Este artículo se publicó hace 8 años.
Madrid prohibirá los coches diésel a partir de 2025
El Ayuntamiento de Manuela Carmena firma un compromiso junto con los consistorios de París y Ciudad de México de cara a reducir los niveles de contaminación en la ciudad.
-Actualizado a
MADRID. -Los coches con motores diésel desaparecerán de Madrid en 2025. La alcaldesa, Manuela Carmena, ha firmado este compromiso, junto con los consistorios de París y Ciudad de México, en un acuerdo alcanzado este viernes durante la Cumbre de Alcaldes que se celebra en la capital mexicana. El pacto también incluye incentivar el uso de vehículos alternativos y promover los desplazamientos a pie, así como las infraestructuras para las bicicletas.
“Alzamos la voz para anunciar que no seguiremos tolerando la contaminación atmosférica y los problemas de salud y muertes que provoca, especialmente entre nuestros ciudadanos más vulnerables. Los grandes problemas como la contaminación atmosférica requieren grandes acciones para hacerles frente. Por ello, pedimos a los productores de coches y autobuses que se unan a nosotros”, dijo la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, como nueva presidenta del grupo de Ciudades C40.
Aunque el anuncio se ha hecho desde el grupo de Ciudades C40, el Ayuntamiento de Madrid todavía no ha aportado información ni detalles sobre el mismo. Desde el consistorio se limitaron ayer a explicar a este periódico que, de llegar a firmarse, "habría que pensar cómo desarrollarlo".
La capital francesa ya ha restringido el tráfico a los vehículos diésel de más de 20 años desde el mes de julio de este año y en Ciudad de México existen restricciones en función de la antigüedad de los coches varias veces por semana.
En Madrid, hasta ahora, el único pronunciamiento que había por parte del Ayuntamiento en este sentido era el de la concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, que en una entrevista concedida en enero al diario El País, anunció que entre sus planes estaba poner en marcha una estrategia para prohibir la circulación en la ciudad de aquellos coches más contaminantes de cara a 2020, aunque no hay concretado un listado. La alcaldesa, Manuela Carmena, matizaba poco después: “Una vez el plan [de calidad del aire] esté aprobado lo podremos estudiar y ver las distintas alternativas que del mismo se desprenden”, pero poco más se ha sabido de las intenciones del consistorio a este respecto.
A diferencia de otros territorios, donde las Comunidades Autónomas son las encargadas de velar por la calidad del aire, en Madrid esta responsabilidad recae sobre el Ayuntamiento, que ya disponía de estaciones de medición antes de que se aprobara la legislación europea sobre esta materia.
Madrid afronta un serio problema legal con este asunto. Sobre el Ayuntamiento recae un expediente de infracción pendiente de fijar una sanción económica por haber rebasado en 2010 los límites legales de contaminación atmosférica establecidos en la directiva europea, y obligatorios desde ese año. El consistorio solicitó una prórroga para poder adaptarse a la nueva normativa, pero la Comisión Europea la rechazó en 2013 al considerar que el Plan de Calidad del Aire del Ayuntamiento (por entonces liderado por Ana Botella) no era suficiente para cumplir con la directiva.
En realidad, Madrid lleva incumpliendo los límites legales de contaminación consecutivamente desde que se implantó la normativa europea en 2010, en concreto con el dióxido de nitrógeno (NO2), un contaminante que se genera directamente de los tubos de escape de los coches, especialmente los diésel, y que es el responsable de las boinas de polución en la ciudad.
Según los datos de los registros oficiales de las estaciones de medición del Ayuntamiento, el año pasado 13 de las 24 estaciones rebasaron el valor límite legal de dióxido de nitrógeno (fijado en 40 microgramos por metro cúbico) y dos más lo igualaron. Un incremento notable con respecto a 2014, cuando sólo 6 lo superaron.
Otros dos contaminantes, las partículas en suspensión y el ozono troposférico, también afectan gravemente a Madrid. Las primeras, aunque no superan los límites legales, sí rebosaron en 2015 las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Las partículas en suspensión, especialmente las más pequeñas, PM2,5, están consideradas como las más perniciosas para la salud. Por su parte, el ozono troposférico, que se forma en la atmósfera por la reacción química del sol y otros contaminantes, irrumpió con fuerza en Madrid en 2013 y ya el año pasado 12 de las 14 estaciones que lo miden superaron el límite legal.
Aunque tienen diferentes orígenes, la contaminación en Madrid está fuertemente vinculada al tráfico. La Estrategia Local de Calidad del Aire de la Ciudad de Madrid entre 2006 y 2010 señalaba que el 77% de los óxidos de nitrógeno, el 72,8% de las partículas en suspensión PM10 y el 78,1% de las PM2.5 provienen de los coches.
Según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente, publicado hace poco más de una semana, la contaminación produjo en España 29.980 muertes prematuras sólo en el año 2013.
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