Dinosaurio Descubren en un trozo de ámbar el dinosaurio más pequeño del mundo, similar a un colibrí
El 'Oculodentavis khaungraae', que tenía diminutos dientes afilados y ojos de lagarto, vivió hace casi cien millones de años.
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madrid,
El hallazgo de restos fósiles del tejido blando e incluso los esqueletos de la fauna diminuta es muy poco frecuente, debido al delicado y reducido tamaño de estos animales. Sin embargo, excepcionalmente estos minúsculos individuos, algunos de la era de los dinosaurios, se preservan durante millones de años en ámbar.
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Es el caso de un pequeño dinosaurio similar a un colibrí actual, pero con dientes y ojos de lagarto, denominado Oculudentavis khaungraae. Su cráneo, descubierto hace dos años en la minas de extracción de ámbar al norte de Birmania, quedó atrapado hace unos 99 millones de años en la resina.
Un estudio, publicado hoy en la revista Nature, describe ahora esta nueva especie de dinosaurio, el más pequeño del mundo hasta la fecha. Con un cráneo de solo 7,1 mm de longitud, O. khaungraae tenía un tamaño similar al ave viva más pequeña, el colibrí zunzuncito o pájaro mosca.
Con un cráneo de solo 7,1 mm de longitud, O. khaungraae tenía un tamaño similar al ave viva más pequeña
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El cráneo pertenecía a un pájaro muy primitivo. Como las aves son dinosaurios, el nuevo fósil fue interpretado como un pájaro y un dinosaurio", explica a SINC Luis M. Chiappe, investigador en el Museo de Historia Natural del condado de Los Ángeles en EE UU.
Un dinosaurio-pájaro que vivió aislado
Este hallazgo en ámbar aporta información sin precedentes a los científicos, sobre todo sobre los animales más pequeños cuyos restos no quedan representados en el registro fósil. "Es muy relevante cómo este descubrimiento resalta la importancia de los depósitos de ámbar para revelar una diversidad oculta de pequeños animales", señala Chiappe.
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Los restos de O. khaungraae, bien conservados, han permitido al equipo de investigación, liderado por Jingmai O’Connor del Institute of Vertebrate Paleontology and Paleoanthropology en Beijing (China), conocer de este modo el estilo de vida del minúsculo animal. "Fue diurno, probablemente comió insectos y vivió en los árboles", detalla el experto.
La cuenca ocular era grande, similar a la de un lagarto. Según los investigadores, también tenía una abertura estrecha que solo dejaba entrar una pequeña cantidad de luz, por lo que deducen que el animal debía estar activo durante el día.
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Pero una de las características más llamativas es la presencia de unos 29 o 30 dientes en su mandíbula. A pesar de su diminuto tamaño, esto sugiere que era un depredador y probablemente se alimentaba de pequeños artrópodos o invertebrados, a diferencia de las aves modernas de tamaño similar, que no tienen dientes y se alimentan de néctar.
Finalmente, su tamaño diminuto pudo surgir por vivir en entornos aislados, aunque se desconoce la ecología en la que habitó. Según indican los autores, este ámbar se formó en una isla dentro del arco Trans-Tethyan, una zona donde colisionó India con Asia.