Este artículo se publicó hace 9 años.
"Desde allá", del venezolano Lorenzo Vigas, León de Oro de Venecia
El realizador Pablo Trapero se alza con el premio al mejor director por "El clan", mientras "Anomalisa" consigue el Gran Premio del Jurado.
"Desde allá", ópera prima del venezolano Lorenzo Vigas, se llevó hoy el León de Oro a la mejor película de la 72 Mostra de Venecia. "¡Viva Venezuela!", gritó de forma muy expresiva el realizador tras recoger un premio por su ópera prima, una historia íntima y social al mismo tiempo, centrada en la vida de Armando (un gran Alredo Castro), un técnico dental homosexual que busca a jóvenes con los que mantener relaciones en una Caracas muy convulsa.
Un premio que fue toda una sorpresa ya que no estaba entre los favoritos para hacerse con el León de Oro. "Es la primera vez en la historia que tenemos un filme (de Venezuela) en Venecia", dijo un emocionado Vigas, quien aseguró: el premio "será muy bien recibido en un país en el que hemos tenidos problemas en los últimos años y espero que esto ayude un poco".
El realizador quiso resaltar la generosidad del guionista y director mexicano Guillermo Arriaga, que le ayudó a escribir el guion y le hizo "llegar al límite", y a los productores que le acompañaron en este proyecto, entre ellos el realizador mexicano Michel Franco, así como, Gabriel Ripstein o Rodolfo Cova, además del trabajo del actor chileno Alfredo Castro.
"Quiero dedicar este increíble premio a mi país, Venezuela", un país con problemas pero, que, agregó: "somos muy positivos, somos una increíble nación y no vamos a parar de hablar unos con otros" hasta solucionarlo todo. Y recordó a su padre, Oswaldo Vigas, "uno de los artistas más importantes de Latinoamérica".
Pablo Trapero, León de Plata al mejor director por "El clan"
El argentino Pablo Trapero consiguió hoy el León de Plata al mejor director por "El clan". Protagonizada por un gran Guillermo Francella, "El clan", una coproducción hispano-argentina, cuenta la historia de la familia Puccio, que entre 1983 y 1985, los años finales de la dictadura argentina y el comienzo de la democracia, se dedicaron al secuestro y asesinato, incluso de amigos.
"Estoy verdaderamente emocionado", dijo Trapero, por un premio en Venecia, el festival donde presentó su primera película "Mundo grúa" (1999), que también fue galardonada. "Soy un gran admirador del cine italiano" y de una Mostra que "ha recibido con tanto caluroso entusiasmo" el filme, dijo en italiano.
Trapero agradeció el premio al jurado, presidido por el mexicano Alfonso Cuarón, "al festival que me ha regalado muchos momentos muy lindos", a su equipo, que hizo la película "con mucho amor y mucha entrega". También recordó el trabajo enorme de los dos protagonistas, Guillermo Francella y Peter Lanzani, así como a "toda la producción de la película, a Matías, a Hugo, a Pedro Almodóvar, Agustín, Esther".
"Amo el cine y amo estar aquí con ustedes", agregó el realizador, que recordó a su hijo Mateo, su mujer, la actriz Martina Gusman, y al hijo que están esperando. "¿Gracias y que viva el cinema!", agregó
"Boi neon", del brasileño Gabriel Mascaro, se llevó hoy el premio especial del Jurado de la sección Horizontes. Mascaro dedicó el premio a todos los miembros del equipo, que hizo posible un filme que mezcla elementos de ficción y documental y en el que el género de los personajes queda pretendidamente difuso.
"Como artista no hago distinción entre ficción y documental, para mí la observación del mundo es híbrida y estamos siempre mirando y recreando la realidad. El hecho de inventar es parte de la experiencia del mundo ordinario", explicó Mascaro tras presentar la película en Venecia.
Situada en el noroeste de Brasil, la historia sigue la vida diaria de un grupo heterogéneo de personas que viven alrededor de las vaquejadas, unos rodeos muy populares en los que dos hombres a caballo tienen que lograr hacer caer a un buey tirándole de la cola.
El protagonista, Iremar (Juliano Cazarré) se ocupa de los animales mientras sueña con convertirse en diseñador de moda; Galega es una bailarina exótica que entretiene a los hombres que participan en los espectáculos; Cacá es su hija, una niña criada en un ambiente totalmente libre, y Zé es un nuevo trabajador obsesionado con su pelo.
Todos ellos conforman, de alguna manera, una familia en el mundo surrealista creado por Mascaro. "Es una alegoría simbólica muy fuerte de lo que pasa en el Brasil actual, con un crecimiento económico rápido, acelerado, que tiene un gran impacto en las relaciones humanas. Ese es el punto de partida, ver cómo los personajes están viviendo en un nuevo contexto y buscando un nuevo significado para un Brasil contemporáneo".
Una película tan bella como árida, que fue muy bien recibida en Venecia y que es el segundo largometraje de un director que anteriormente se dedicó en exclusiva a los documentales. Mascaro ganó el premio especial de una sección en la que también competía su compatriota Anita Rocha da Silveira con "Mate-me por favor", y el mexicano Rodrigo Plá con "Un monstruo de mil cabezas".
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