Antón Reixa danza sus versos con Kirenia Martínez: "He logrado perder el sentido del ridículo"
El poeta y artista gallego se sube al escenario con 67 años y una discapacidad física del 65% para bailar en 'Cicatriz', espectáculo de danza, teatro y poesía diseñado por la coreógrafa y bailarina cubana.

A Coruña-
Uno se arriesga a quedar como un mentiroso si afirma que Antón Reixa (Vigo, 1957) podría sentir ridículo sobre un escenario. Poeta de vanguardia desde antes de cumplir los 20; fundador, letrista y vocalista de Os Resentidos, grupo emblema de la movida viguesa de los 80; productor y presentador de televisión; articulista; locutor de radio; director y productor de cine... ¿Alguien con ese bagaje podría pensar de sí mismo que es raro o extravagante? ¿Tanto como para provocar la risa ajena sin quererlo?
En 2016, Reixa sufrió un terrible accidente de tráfico que le mantuvo varios días en coma inducido y que le ha dejado como secuelas dolores constantes y una discapacidad física del 65%. Así que cuando a sus 67 años la coreógrafa y bailarina cubana Kirenia Martínez le propuso subirse a un escenario y bailar, sucede que sí, que entonces él temió si no quedaría en ridículo.
Martínez, que ya había trabajado en Galicia conceptos de danza inclusiva e integradora con mujeres mayores de O Caurel, en Lugo, y de Cuntis, en Pontevedra, conoció a Reixa en la montaña gallega en unas jornadas de poesía en las que el artista recitaba los suyos. "Fue como ver a Marlon Brando leyendo poemas. Los leí y decidí montar una pieza de danza con uno de ellos sin decirle nada, por si me decía que no. Le invité al estreno pensando que si no le gustaba, no podría seguir. Fue una apuesta arriesgada, pero cuando terminamos, me abrazó emocionado. Le encantó", cuenta la coreógrafa.
De aquel encuentro surgió Cicatriz, un espectáculo interdisciplinar que combina danza, teatro, performance, poesía, instalación y música, estructurado en torno a 300 versos de Reixa que empiezan todos por la palabra "Quiero" y que según los autores explora "el deseo y el deseo de desear". Sus protagonistas son ellos dos.
Emoción
"Mi edad y mis dolencias no son las mejores premisas para ponerme a bailar. Pero desde que empezamos no sólo he logrado perder el sentido del ridículo. Ha sido duro, pero también físicamente liberador", explica Reixa. "He descubierto que puedo hacer cosas que ya no creía que podría hacer. La danza es técnica, pero sobre todo es emoción", aclara.
El proceso para convertir en coreografía los poemas de Reixa tampoco fue fácil. Kirenia relata que su objetivo era "que la danza se lea y que la poesía se vea", y asegura que cree que el autor "también ha dido descubriendo cosas de sus poesías al verlas en 3D". "Sólo le pedí que me dejara interpretarlas, hacerlas mías y expresarlas", añade.
“Ahora me pregunto, con fascinación, como escribirá el poeta después de haber bailado su poesía", continúa la coréografa. "Cómo se transformarán sus versos tras habitar las palabras con el cuerpo, tras bailarlas, tras descubrir que moverse en su propio texto es otra forma de versar la vida. Porque cuando la palabra se somete a la gravedad, cuando se articula desde la carne, algo en su significado se fractura y se expande. Ya no es solo lenguaje: es pisada, es gesto, es pulso", concluye.
Cicatriz, producida por Fani Vázquez y Uxío Novo, cuenta con música de Marcos Payno y Bruno Baw y escenografía de Suso Mareque, y el apoyo de la Axencia Galega de Industrias Culturais y del Centro Coreográfico Galego. Se estrenó el pasado viernes en la sala Germán Coppini de la delegación de la Sociedad General de Autores en Santiago, y repitió sesión el sábado. Sus autores esperan girar el espectáculo por otras localidades de Galicia, Portugal y Alemania.
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