Este artículo se publicó hace 6 años.
Bosnia busca miles de obras de arte que fueron robadas durante la guerra
El expolio afectó a todo tipo de centros, desde galerías, museos, lugares de culto o instituciones públicas y privadas, y también a coleccionistas privados que dejaron atrás sus pertenencias al huir del conflicto.
Sarajevo-
Casi un cuarto de siglo después del final de la guerra en Bosnia (1992-1995), siguen desaparecidas miles de obras de arte robadas durante el conflicto, lo que supone un duro revés para la cultura y la identidad de un país todavía dividido por líneas étnicas y religiosas.
La destrucción y el robo de patrimonio cultural y religioso del enemigo, como el que albergaban iglesias o mezquitas, era una práctica habitual durante una contienda que enfrentó a ortodoxos serbobosnios, católicos bosniocroatas y musulmanes.
El expolio afectó a todo tipo de centros, desde galerías, museos, lugares de culto o instituciones públicas y privadas, y también a coleccionistas privados que dejaron atrás sus pertenencias al huir del conflicto.
Entre las piezas desaparecidas figuran dos obras maestras del suizo Ferdinand Hodler (1853-1918) -"Autorretrato", de 1912, y "Luna llena sobre el lago de Ginebra", de 1881-, dos oleos que desaparecieron en 1993 de la Galería Artística de Bosnia-Herzegovina en Sarajevo.
Según los expertos de la ONG Centro contra el contrabando de obras artísticas (CPKU), han desaparecido cerca del 60 por ciento de las obras de arte que se encontraban en el país antes de la guerra.
"Nunca hemos recibido información de dónde están los iconos y otros objetos robados"
No obstante, la cifra exacta se desconoce ya que la Comisión estatal de Protección de los Monumentos de Cultura no ha elaborado hasta el momento una base de datos de las obras desaparecidas.
Las obras abarcan todos los campos, desde libros y manuscritos, hasta joyas, iconos religioso, piezas numismáticas o arqueológicas, pinturas o estatuas.
Los expertos consideran que muchas de estas piezas fueron vendidas en el mercado negro y se encuentran en Europa Occidental o en países vecinos, como Serbia y Croacia.
La primera institución que elaboró un inventario de piezas sustraídas fue la Galería Artística de Sarajevo, en 1993, cuando se supo que faltaban 46 iconos religiosos, dos obras maestras de Hodler, y tres manuscritos árabes iluminados.
"Nunca hemos recibido información de dónde están los iconos y otros objetos robados", declaró a Efe la comisaria de la Galería, Ivana Udovicic.
El bosnio Enver Mulabdic lleva dos décadas intentando recuperar cuatro obras de su colección privada, robadas en 1992.
Mulabdic, entonces empleado en el museo local, vivió en Bosanski Novi (noroeste), y abandonó en ese año su hogar ante la llegada de las tropas serbobosnias. Se fue a Alemania, y regresó en 1998.
En su ausencia cuatro de sus obras acabaron en manos de un coleccionista serbio, al que acusa de beneficiarse de la guerra.
"Presenta en las exposiciones mis pinturas, que forman parte oficialmente del patrimonio nacional bosnio", lamentó Mulabdic, hoy comisario del Museo de Bihac.
"Es obvio el progreso con respecto al tiempo en el que empezamos con las actividades"
Mulabdic logró recuperar por canales privados desde Serbia unas 60 obras de su colección, pero no tres pinturas de autores bosnios del siglo XX y una escultura de un autor croata, cuyo valor conjunto estima en 85.000 euros.
Numerosas obras de arte de los monasterios franciscanos fueron destruidas o robadas, como el monasterio Plehan cerca de Derventa (norte), Guca Gora (centro), o la Teología franciscana de Sarajevo, desde donde han desaparecido 400 obras.
Las cosas han empezado a cambiar gracias a los esfuerzos de la CPKU, establecido en 2014 en Tuzla (norte), y que ha logrado ampliar a 109 -de las 15 piezas originales- la lista de obras buscadas por la Interpol.
"Es obvio el progreso con respecto al tiempo en el que empezamos con las actividades", declara Dzenan Jusufovic, quien encabeza el CPKU.
Jusufovic se dedica a ese trabajo prácticamente desde hace ocho años, cuando fue nombrado director de la Galería Internacional de Retratos de Tuzla, de la que faltan 72 obras valoradas en 1,5 millones de euros.
"Hemos empezado a trabajar en ello para que a nivel estatal coordinemos las actividades y busquemos las obras para que sean devueltas adonde pertenecen", dijo Jusufovic.
Algunas han retornado al país, como una colección de 44 obras del pintor esloveno Bozidar Jakac, que por canales privados fue entregada de forma anónima al Museo de AVNOJ en Jajce.
Jusufovic avanza que el CPKU pedirá enmendar la actual legislación para impedir que prescriba el delito de robo grave, como se califica la sustracción de obras artísticas.
Además, la organización quiere que Bosnia-Herzegovina pacte con Croacia y Serbia acuerdos sobre la búsqueda de obras de arte, países donde se cree que se encuentran numerosas piezas expoliadas.
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