Por qué debes ver la serie 'Yellowstone' y no decepcionarte con su final

Caballos, paisajes, rifles y pasiones humanas. Yellowstone tiene muchos más ingredientes que la han encumbrado como una de las mejores series de los últimos años, algunos en clave estadounidense, pues podría entenderse como una producción que ensalza los valores republicanos o, al contrario, que esconde una crítica al patriarcado, una defensa de las minorías y un mensaje feminista. Sin embargo, quizás convenga abstraerse de estas disquisiciones y disfrutarla como un wéstern contemporáneo con gran capacidad adictiva.

Ese enganche inmediato lo provoca una sucesión de acontecimientos, por llamarlos de algún modo, que no dejan títere con cabeza, hasta el punto de que Yellowstone adquiere a medida que avanza tintes de culebrón, aunque el término no tiene por qué entrañar en este caso una connotación peyorativa. Resulta complicado explicarlo, porque sería inevitable destripar los pormenores del argumento, que podría resumirse en la lucha de un terrateniente contra los peligros que amenazan la pervivencia del rancho más grande de Montana.

Un dramón familiar protagonizado por John Dutton (Kevin Costner) y sus hijos, sometidos al dictado del patriarca, enfrentado al líder de una tribu nativa que pretende construir un casino y, a la larga, ampliar su reserva y arrebatarle al hombre blanco las tierras que habían pertenecido a sus antepasados. No tardarán en multiplicarse los rivales y el que antes era enemigo luego podrá ser aliado, porque como le comenta su nuera al viejo vaquero, acosado por autoridades y especuladores urbanísticos, él ha terminado convirtiéndose en el indio.

Emitida por Paramount Network en Estados Unidos —donde ha cosechado un gran éxito— y por SkyShowtime en España, la interpretación de Kevin Costner, quien también ejerce como productor ejecutivo, es uno de los baluartes de la serie. Un ranchero de viejo cuño dispuesto a todo por salvaguardar unas praderas y unos montes que han pasado de generación en generación, aunque se niega a aceptar que la ganadería no es tan rentable como el ladrillo. Si lo más importante es la palabra, él no incumplirá la promesa que le hizo a su padre.

Lo respalda, aun consciente del fin de una era, su indomable hija Beth, encarnada por una magnífica Kelly Reilly, con un pie en el pasto familiar y otro en la moqueta de los tiburones financieros que acosan a su progenitor. Ella simboliza la lealtad, un requisito indispensable para que los vaqueros que trabajan en el rancho sean considerados de la familia, pese a que el precio a pagar sea demasiado alto. En las antípodas del alma, su hermano Jamie, interpretado por Wes Bentley, quien personifica la traición.

Los espectadores despistados no darán crédito cuando lleguen al abrupto final de la quinta temporada. No por duro, sino por precipitado e incomprensible. ¿Cómo puede terminar así una serie? La razón es sencilla: en realidad, ha finalizado la primera entrega de la última temporada, compuesta por ocho episodios. Las huelgas de guionistas y actores de Hollywood han provocado que los seis restantes se emitan en noviembre, aunque los problemas empezaron cuando Kevin Costner antepuso al rodaje la dirección de Horizon.

De hecho, se había descartado su participación en el desenlace de Yellowstone, pero el actor podría intentar que el creador y director Taylor Sheridan vuelva a contar con él. Mientras, los fans pueden disfrutar con las precuelas 1883 y 1923, también escritas y dirigidas por el guionista de Comanchería. Emitidas por SkyShowtime, accesible a través de Movistar Plus+, la acción se retrotrae a esos años, la protagonista es la familia Dutton y los escenarios son el Oeste de los pioneros y Montana, con sus paisajes espectaculares.

Más que de éxito, deberíamos hablar de fenómeno, ya que Hombres de Ley: Bass Reeves (SkyShowtime) es un esqueje de 1883 y está previsto que 1944 tome el testigo de 1923, protagonizada por Harrison Ford y Helen Mirren. El latifundio de los Dutton da para tanto que habrá un spin-off de Yellowstone ambientado en el rancho texano 6666, cuyos domadores de caballos formaron como vaquero a Jimmy (Jefferson White). En el caso de que Costner no vuelva, Sheridan ya le ha echado el ojo a Matthew McConaughey para que sea la gran estrella de una secuela de la serie madre.