Las obras del Metro de Madrid y las de la Vía Laietana en Barcelona dejan restos arqueológicos al descubierto
En la capital se han hallado los restos del Real Canal del Manzanares y en Barcelona cinco casas medievales, pozos y estructuras arquitectónicas que revelan como se construyó la ciudad en el siglo XIV.

Tanto en Barcelona, como en Madrid dos obras de remodelación han dejado al descubierto diferentes restos arqueológicos. En el caso de la capital, se han encontrado las ruinas del Real Canal del Manzanares en las obras de la línea 11 de Metro, mientras que en Barcelona, ha sido en la Vía Laietana en la que se han descubierto restos de cinco casas de origen medieval, entre otros de gran valor arqueológico.
Las casas medievales de Barcelona
Los hallazgos medievales de la Vía Laietana se han dado en el marco de la remodelación de la calzada de la calle Fusteria, entre las calles Ample y de la Mercè, junto a la sede de Correos de Barcelona. Las obras han puesto al descubierto los sótanos de cinco viviendas que los arqueólogos han datado de la época medieval y un pavimento cerámico del siglo XIV.
Las exploraciones dan una idea de cómo se construyó en este tramo de la ciudad catalana en el siglo XIV y se han hallado estructuras como pozos, depósitos y redes de saneamiento.
También se han recuperado materiales arqueológicos como cerámicas de diferentes épocas, elementos arquitectónicos y decorativos de las casas derribadas, metales, restos de fauna y vidrio.
Una de las piezas más singulares es una imagen de San Antonio de Padua, probablemente del siglo XVIII, que se ha encontrado en el pavimento de una de las viviendas.
La imagen del santo ha sido la que más sorprendió a los arqueólogos porque se encuentra en el suelo. Según Laia Macià, arqueóloga del servicio de arqueología de Barcelona, un conjunto de baldosas policromadas como este "acostumbra a estar en las paredes, y no en el suelo".
De momento todavía no se sabe por qué la imagen está en el pavimento, pero la arqueóloga aseguró que están haciendo "trabajo de campo" para lograr entender el motivo de su localización.
Los restos de esta manzana se pueden relacionar con los restos de la Fuente del Ángel, de cronología similar, hallados anteriormente en la plaza de Correos. Aunque las estructuras de la fuente recuperadas eran cimentaciones, tienen gran relevancia histórica, ya que se trataba de una de las pocas fuentes públicas de la Barcelona medieval, encargada de abastecer de agua al puerto y de recibir a los primeros viajeros que llegaban a la ciudad por mar.
Así, la intervención ha permitido aportar nueva información sobre la ocupación de este espacio de la ciudad en cronologías medievales.
La excavación arqueológica ocupa una superficie total de 239 metros cuadrados, con una longitud de 36,7 metros y una anchura de 6,5 metros. Los trabajos arqueológicos continuarán hasta completar la documentación de todos los restos y finalizarán una vez se pueda realizar el análisis posterior por parte del arqueólogo al frente de la excavación.
La intervención está dirigida por el arqueólogo Toni Fernández, bajo la supervisión del Servicio de Arqueología de Barcelona (ICUB) y del Servicio de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico de la Generalitat. El equipo está formado por un director arqueólogo, una arqueóloga técnica y cinco auxiliares de arqueología de la empresa Actium Patrimoni Cultural, SL.
Los restos arqueológicos del Real Canal del Manzanares
En Madrid, por su parte, avanzan las obras de la Línea 11 de Metro sobre los restos arqueológicos del Real Canal del Manzanares, destapado en la futura ubicación de la estación Madrid Río, una de las dos que serán de nueva construcción, junto a la de Comillas.
La arqueóloga encargada de la obra, Esther Andreu, explicó en una visita al epicentro de la estación el pasado jueves que "se están guardando tablas para ser restauradas y se están utilizando escáneres láser para recoger toda la información" del viejo canal.
El objetivo final de la restauración de algunas partes del Canal es una musealización en la futura estación de Madrid Río, ya que "no se puede conservar".
"No ha sido ninguna sorpresa encontrarnos con este tramo del canal aquí", explicó Andreu. La arqueóloga detalló que la obra se realizó a mediados del siglo XVIII y se utilizó como vía de transporte de mercancías hasta el mar hasta finales del siglo XIX, cuando la llegada del ferrocarril terminó tapándolo.
El Canal de Manzanares unió mediante un canal fluvial Madrid y Aranjuez, para tener salida al río Tajo, y por tanto al mar. Durante el tiempo de actividad, centenares de barcazas atravesaban las aguas mediante tracción animal, según explicó la arqueóloga.
Fue una infraestructura de 22 kilómetros de longitud, 14 metros de anchura y tres de calado, con un embarcadero en Madrid, y casas de personal y de mantenimiento.
El equipo arqueólogo está recabando toda la información posible antes de que llegue la tuneladora y de que prosigan las obras para convertir lo que ahora es barro y piedras en una nueva estación de metro. Esta será una de las 20 que conformarán la ampliada línea 11, cuyas obras se estima que finalicen entre finales de 2027 y principios de 2028.
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