Este artículo se publicó hace 14 años.
"No creo estar tan lejos del tenista que era"
Rafael Nadal. Mejor tenista español de todos los tiempos. En horas bajas, con 23 años, hay quien ve próxima su fecha de caducidad
El cielo de Manacor dispuso un día plomizo para que su hijo predilecto volviese a entrenarse tras su última lesión. Rafael Nadal (3 de junio de 1986) es por derecho propio el mejor jugador de tenis que ha tenido España y resiste con solvencia la comparación con casi cualquier jugador de la historia. En los últimos meses, sin embargo, los problemas físicos han decidido ponerle las cosas grises. Después de 15 días de descanso, el lunes tocó de nuevo la raqueta.
¿Qué tal ha ido la vuelta a los entrenamientos?
Físicamente, bien, muy bien. He empezado poco a poco, hay que ir progresivamente. Saliendo de una lesión, siempre se necesita hacer las cosas con precaución los primeros días y es lo que vamos a hacer. Pero la herida está cerrada.
¿Qué trabajo ha estado haciendo en la recuperación?
He estado trabajando con las máquinas adecuadas para curar el desgarro lo más rápidamente posible y también he hecho mucho trabajo en el gimnasio. Las cosas han ido muy bien.
Mucha gente pregunta si Nadal volverá a ser el mismo de antes.
¿Ser el mismo de qué? No nos tenemos que engañar, he hecho cuartos en Australia y final en Doha. No creo que esté muy lejos de ser el que era. Estamos jugando en una superficie complicada. No es la que se me da peor, ni mucho menos; se me da peor la pista cubierta. Pero sí que es un tipo de pista en la que sólo he ganado cuando estaba muy bien y en momentos de máxima confianza. Yo creo que estoy muy cerca del nivel que tenía antes de lesionarme.
En Australia, jugó bien contra Murray: se puso por delante en los dos sets pero no pudo rematar. ¿Qué pasó?
Estaba jugando muy bien, preparado para ganar el partido, creo yo, pero Andy lo hizo realmente bien en los momentos importantes, sacó muy bien y jugó un gran partido. A mí, probablemente por llevar un tiempo sin ganar un partido así, me faltó ese pequeño extra de tranquilidad para mantener mi servicio en el 4-2 del segundo set y en el 2-1 del primero, aprovechar más las oportunidades. Mi nivel estaba cerca, estaba jugando bien, muy bien, creo yo, y por momentos me sentía que llevaba yo el peso del partido. Pero no lo rematé.
Le pasó algo parecido en Doha con Davydenko, en el que salió arrasando y terminó perdiendo.
No creo que se pareciese. Partidos como ese, gano nueve de diez seguro. Pasaron mil y una desgracias, tuve dos bolas de partido en el segundo set con mi servicio: en una, pensé que era doble falta cuando la pelota había ido a la línea; en otra, él pegó una buena volea y después tuve 3-1 y 15-40, dos bolas de ruptura que hubiesen supuesto un doble break y casi el final del partido. En esa situación, Davydenko jugó dos puntos buenos, yo me pasé en un passing y terminó remontando. Se dieron todas las circunstancias para que no ganase. Fue un encuentro muy extraño.
Desde que volvió de su lesión en Roland Garros le ha costado ganar a los jugadores del top-10. Sólo lo ha conseguido con Tsonga. ¿Hay problemas de ansiedad o confianza?
No, creo que el problema era de nivel más que de confianza. Entre las dudas por la rodilla, aún en recuperación, apareció también la lesión del abdominal en el Abierto de Estados Unidos. Probablemente, el parón, la falta de ritmo, las dudas de si puedes jugar al cien por cien se suman y las cosas se van complicado. Además, esa parte de la temporada se juega en la superficie más difícil para mí, la pista cubierta. Se complicó ganar a los mejores, pero creo que este año estaba más que preparado para hacerlo.
Si alguno de esos torneos hubiese sido en tierra, ¿las cosas habrían sido diferentes?
No podría decirlo, porque no fue así. Seguro que las opciones hubiesen sido distintas. Especular sobre eso es tontería, pero lo veremos dentro de dos meses, cuando empiece la temporada de tierra.
¿La tierra exige menos físicamente?
No, no, en tierra tienes que estar también muy fuerte, si no es imposible. El físico es importante y tácticamente es la pista para la que se necesita más inteligencia. Jugar en tierra es diferente, pero también exige mucho.
¿Necesita mejorar el servicio para acortar los puntos y castigar menos el físico?
Más que para eso, para jugar mejor. Claro que lo tengo que hacer y lo estoy intentando desde hace muchos años. Lo he hecho, pero no es suficiente, lo tengo que intentar más. En eso trabajo todos los días y tendré que hacerlo hasta que termine mi carrera. Soy consciente de que debo mejorar, pero tiene sus dificultades. No todos tenemos facilidad para las mismas cosas. A mí, el servicio siempre me ha costado más. Por eso debo trabajar el doble.
¿Jugará la primera ronda de Davis?
No estaré entrenándome a tope hasta la semana que viene y en ese momento ya será un poco tarde para estar allí, así que no creo que vaya. Necesitaría estar a tope en una semana y dudo que llegue a eso. Espero contribuir en otras rondas.
¿Volverá entonces en Indian Wells?
Sí, pero será difícil volver un mes y medio después. Espero que no sea demasiado pronto para regresar. El torneo se me da bien, lo he ganado dos veces.
Su temporada de tierra incluye Montecarlo, Barcelona, Roma, Madrid y Roland Garros, ¿se ha planteado quitar alguno este año para castigar menos el físico?
Veremos cómo va la temporada. No es la cantidad de torneos que uno juega, sino la cantidad de partidos. Si sólo juegas un partido por torneo, no te castigas mucho. De los resultados y las victorias depende cómo se va a desarrollar el calendario.
En Madrid, el pasado año, jugó la final e hizo un gran partido de semifinales ante Djokovic, pero en ningún momento pareció cómodo y a gusto. ¿Qué ocurrió?
Madrid es un torneo más complicado que la mayoría, hay altura, la pelota es difícil de controlar y probablemente no es la preparación perfecta para Roland Garros, que es muy poco tiempo después. Es una pista complicada, pero siempre he dicho que para mí jugar en Madrid es especial y la victoria en 2005 es de las más emocionantes de mi carrera. El año pasado, con las condiciones totalmente negativas para enfocar el torneo, jugué por ser Madrid. Si no hubiese sido allí, no habría acudido.
El año pasado no sentaron bien algunas de sus críticas al torneo.
Cada uno es libre de opinar. Yo no critiqué el torneo, pero tiene que tener un proceso de adaptaciones. Era un evento completamente nuevo y yo sólo expuse mi opinión.
¿Sigue sin gustarle el color azul de la tierra?
La tierra es roja, no es azul. Aunque se diga que no cambia, cuando se la pinta, es distinta. Le estás quitando su color natural y cambia sus condiciones. Además, la gira de tierra tiene una historia y es en color rojo; en pista azul, ya jugamos cuando es en superficie dura. La gira de tierra es suficientemente importante como para no necesitar cambios radicales. Aun así, yo no soy nadie para imponer si la tierra tiene que ser azul o roja. Sólo digo mi opinión como jugador y que lo decidan los que lo tengan que decidir.
¿La altura influye tanto?
Muchas veces, los periodistas no habéis jugado o, al menos, no a ese nivel. Es normal que piensen que es una crítica a Madrid o vetar a Madrid. Pero ni mucho menos. Yo soy pro Madrid. No puedo decirte nada malo de esa ciudad porque, aparte, la gente siempre ha sido genial conmigo. Pero la altura está ahí, nos guste o no. Ya me gustaría que no hubiese altura en Madrid, pero está ahí. Y menos a los que son de Madrid, se lo puedes preguntar a cualquier jugador: es un factor que se nota.
Esta semana ha recuperado el número tres, ya no es Murray.
¿Ah, sí?
Parece que no le preocupa mucho.
Bueno, me gustaría estar el uno o el dos, claro que sí, pero cuando uno lleva cinco años entre los dos primeros, el ránking pasa a un segundo plano. La clasificación mundial es importante, pero no lo más importante. Lo fundamental es salir a todos los torneos con garantías de poder ganarlo.
Federer volvió a su mejor versión ¿pensó en los malos momentos que empezaría el declive?
El declive también fue más cosa de la prensa que de la realidad. Había jugado la final de los cuatro Grand Slam, ¡vaya declive! Ha ganado todo lo que tenía que ganar y probablemente seguirá ganando. Ahora, sí hay competencia fuerte entre los primeros, pero es uno de los grandes y haber ganado tanto le ayuda a sacar adelante las situaciones límite.
Usted empezó a jugar muy joven. ¿Su carrera será más corta?
Depende a lo que se refiera con corta. Puede ser que yo termine más pronto que otros jugadores que empezaron a los 21, pero es que yo lo hice a los 16. Cuando hablamos de longitud de carrera, nos tenemos que fijar en los años que se juegan. Es mi octava temporada en el circuito. La gente que lleva tanto tiempo en profesionales ya tiene una larga carrera. Tengo 23 años, no pienso ni mucho menos que está cerca mi final, eso lo puedo asegurar. Salvo desgracias grandes, me siento contento con el tenis. Pase lo que pase, mi carrera en el deporte ya no es corta, pero será mucho más larga.
Los jugadores se quejan de la dureza del calendario. Usted es uno de sus representantes. ¿Cómo van las negociaciones con la ATP?
Es un proceso lento, hay muchos intereses de por medio. Hay muchos torneos, pero ni los jugadores ni los dirigentes son nadie para llegar y decir "tú ya no eres parte del circuito", porque, además, sería una falta de sensibilidad brutal hacia el torneo. Se está intentando arreglar de la manera menos drástica que perjudique menos. A partir de ahí, se intenta acortar el calendario y mirar las fórmulas.
¿Se llegará a un pacto?
Confiemos. Ojalá el acuerdo llegue para nuestra generación. Y si no, para las siguientes. Hay que intentar que los próximos tenistas tengan una carrera más tranquila, sin tener que jugar con este exceso de tensión y de sobrecarga.
En el deporte, se habla mucho de dopaje, pero en el tenis pasa menos. ¿Hay algún motivo?
Hay deportes que han hecho mucho daño. Deportes que han hecho mucho daño a los otros deportes por el exceso de dopaje. Eso lo pagamos todos los demás ahora. Yo soy el primero que quiere un deporte no limpio, superlimpio. No quiero enfrentarme a ningún tramposo, quiero todos los controles que se puedan hacer. Pero a veces las formas no son las adecuadas. Ahora bien, los controles son necesarios. Yo creo que el tenis es uno de los deportes más limpios y lo demuestra. Con la barbaridad de controles que tenemos, sale muy poca gente con positivo. Hemos demostrado ser limpios. Claro que hay alguna excepción, pero eso existe en todas partes.
Agassi dio positivo y se le encubrió, ¿su caso es excepcional o puede haber pasado más?
Estoy convencido de que no ha pasado en otras ocasiones. Al menos, no ahora. Si no, no estaría hablando con tranquilidad de este tema. Hoy, está todo muy controlado y, además, es algo que no vigila la ATP sino la Agencia Mundial Antidopaje. Está claro que un caso como el de Agassi no ayuda en absoluto al deporte. Él hizo cosas muy buenas, hay que agradecérselo, pero hay que poner en la balanza lo que ha salido ahora, que no ayuda. Quizá al final pese más lo positivo.
¿Federer está muy por encima de los rivales?
Sí, por su historia y por todo lo que ha conseguido. Pero el nivel ahora es parejo y gana el que tiene mejor día o más confianza, no hay una diferencia de nivel importante.
¿Quién le gusta más, Murray o Djokovic?
Son buenos jugadores, aunque distintos. Hay que ver a Murray en tierra, ha mejorado año tras año, pero está un poco por debajo.
¿Qué objetivos le quedan por cumplir en el tenis?
El primer objetivo es el orgullo personal de ser mejor cada día y año tras año. Después, la superación de uno mismo, que es lo más importante. Uno tiene que saber que ha hecho todo lo posible, cuando haya terminado su carrera, para retirarse tranquilo. Mi objetivo es claro, estar lo más arriba, ganar lo máximo y trabajar todo lo posible.
Ha habido momentos malos. ¿Se ha planteado cambiar de entrenador, aunque fuese temporalmente?
No, en absoluto. Estoy contento con el equipo que tengo, hay máxima confianza entre nosotros. Llevo con el mismo entrenador toda la vida y mal no me ha ido, al contrario. Estoy muy bien como estoy. A veces, las cosas van peor y hay más nervios, la gente empieza a opinar cosas diferentes. Es lícito, pero yo también he tenido épocas no tan buenas y he vuelto donde estuve antes con el equipo de ahora. Creo que para estar donde me gustaría, es lo mejor que puedo tener.
Pero su tío sí se lo propuso.
Hace ya años, en 2006 o 2007. Le repetí lo mismo que le acabo de decir a usted: no necesito a nadie más. Esto es cosa de uno mismo. Si ganas, es por ti y, si pierdes, también es por tu culpa. De fuera, te pueden ayudar, pero al final eres tú el que cuenta.
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