Aisibizia Una empresa ligada a la Iglesia despide a un trabajador que quería ser delegado sindical
Aisibizia, una entidad fundada por dos grupos de 'scouts' vizcaínos, dejó sin empleo a un educador social que iba a presentarse a las primeras elecciones sindicales que se realizaban allí. El candidato fue igualmente elegido por sus compañeros en las urnas, lo que ha provocado una situación inédita. El sindicato LAB ha exigido su readmisión.
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bilbao, Actualizado:
La parroquia de Romo, un populoso barrio de Getxo (Bizkaia), no solo ofrece misas y confesiones. Allí también está la sede de Aisibizia, una entidad “sin ánimo de lucro” que fue fundada por dos grupos de scouts y que ahora, diez años después de su nacimiento, ya ha firmado contratos con el Ayuntamiento de esta ciudad para llevar distintos servicios infantiles y juveniles. Tras un meteórico ascenso, sus fundadores se enfrentan ahora al primer conflicto sindical de su historia.
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“Me han despedido por organizarme sindicalmente”, resumió M., un joven educador social que acaba de quedarse sin trabajo. Su caso ha provocado un terremoto en esta pequeña empresa nacida en el entorno del catolicismo en Getxo, y en cuyo patronato también figura otra entidad vinculada a la Iglesia que desarrolla tareas en el denominado tercer sector –centrado en la intervención social-, la Fundación EDE.
Aisibizia contaba hasta la semana pasada con siete trabajadores. Cuatro de ellos –entre los que se encontraba M., quien solicitó que su nombre y apellido no sean incluidos- realizaban sus labores en el Gazteleku (Casa de la Juventud) de Getxo, un servicio municipal dirigido a chicas y chicos de entre 11 y 17 años, mientras que los tres restantes desempeñan labores en la ludoteca de Las Arenas, otro barrio de esta localidad vizcaína. Sin embargo, desde el pasado jueves la plantilla se redujo a seis.
Los primeros temblores de este terremoto empezaron a sentirse a finales de octubre pasado. M., que llevaba en la empresa desde hacía exactamente un año, decidió afiliarse al sindicato LAB. El motivo: “había bastantes cosas del trabajo que no estaban claras”, relata. Entre otros aspectos, asegura que llevaba algunos meses sin contrato y que tampoco se le reconocía la categoría laboral que le correspondía en su puesto.
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“A comienzos de noviembre hicimos una asamblea de trabajadores –indicó-, y decidimos organizar unas elecciones sindicales”. Las primeras en la historia de esta empresa. Seguido, se lo comentaron al gerente. “Le dijimos que no estábamos contentos con la manera en que se estaban haciendo las cosas”, recordó.
M. decidió presentarse a las elecciones, convirtiéndose en el único postulante. En ese contexto, el sindicato LAB se puso en contacto con el gerente para pedirle el censo de trabajadores, a efectos de organizar la cita con las urnas, prevista para el miércoles 20. Algunos días antes, el jueves 14, la dirección de Aisibizia convocó a la plantilla a una nueva reunión. “Cuando llegué –relata M.- estaba también una responsable de la Fundación EDE y una representante del grupo de scout de Algorta”, una de las organizaciones impulsoras de esta empresa. La cosa tenía mala pinta.
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“Mal ambiente”
"Les dije que me echaban porque iba a salir electo delegado sindical y porque me había atrevido a reclamar mis derechos"
“Cuando estábamos todos, pidieron a mis compañeros que les dejaran a solas conmigo. Entonces me dijeron que habían perdido la confianza en mí, que había cometido faltas de respeto y que había creado mal ambiente en la empresa, por lo que me entregaron una carta de despido. Entonces les dije que me echaban porque iba a salir electo delegado sindical y porque me había atrevido a reclamar mis derechos. Me fui, pero no firmé ningún papel”, relató el trabajador a Público.
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Según su testimonio, la empresa intentó quitarle del censo para evitar que, a pesar del despido, fuese elegido delegado sindical. Sin embargo, la mesa a cargo de las elecciones decidió mantenerle en las papeletas, por lo que finalmente fue candidato. Aisibizia incluso envió una carta a los trabajadores, “diciendo que no tenían constancia de las elecciones y que, en todo caso, sería un proceso irregular e ilegal”, afirmó M. A su juicio, el objetivo no era otro que “meter miedo para que mis compañeros no celebraran las votaciones”.
Sin embargo, el miércoles 20 hubo elecciones y el postulante de LAB resultó elegido delegado sindical con cuatro votos a favor y tres en blanco, lo que ha generado una situación inédita: el trabajador despedido es, al mismo tiempo, el representante de quienes continúan en la empresa. “Vamos a pedir mi readmisión y que el despido sea declarado nulo, ya que me echaron por organizarme sindicalmente”, afirmó.
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"Me echaron por organizarme sindicalmente”
En ese contexto, el sindicato LAB ha acusado a la empresa de pretender “cortar de raíz la posibilidad de organización de las y los trabajadores, vulnerando sus derechos y amenazando con el despido a quienes traten de mejorar y hacer respetar las condiciones laborales”. Advirtió además que se trata de unos hechos muy graves que “atentan contra los derechos fundamentales de las trabajadoras como son la libre sindicación y la representación”. “La unión para la defensa de nuestros intereses como trabajadoras es fundamental para mejorar nuestras condiciones de vida y seguiremos impulsando la organización de la clase trabajadora frente al caciquismo de algunas empresas”, apuntaron. Público se puso en contacto con la dirección de Aisibiza, que rechazó formular declaraciones sobre este tema.
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Hay antecedentes
La central obrera denunció en varias ocasiones las “prácticas antisindicales” que se producían en esa fundación
Si el tema se judicializa, en los órganos de dirección de Aisibizia encontrarán a personas con experiencia en esta materia: no en vano, la Fundación EDE ya ha enfrentado acciones judiciales por parte del sindicato CNT, que logró hacer caer el despido de un afiliado en ST3 Elkartea, otra de las empresas que forman parte de este grupo. La sección de la central anarcosindicalista en EDE denunció que la compañía había despedido al trabajador “mientras tomaba parte en unas negociaciones con la empresa sobre una posible inaplicación del convenio”.
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El empleado despedido, aseguró entonces CNT, había sido elegido para esta tarea “por sus compañeras y compañeros de ST3”. Por tales motivos, la central obrera denunció en varias ocasiones las “prácticas antisindicales” que se producían en esa fundación, nacida también en el seno de la iglesia vizcaína.