Correos, en la encrucijada
La empresa está inmersa en un proceso de transformación estructural que pone en jaque a parte de la plantilla.

Madrid-
Ricardo Mallada trabaja como cartero en una zona rural de Pola de Siero (Oviedo); conoce a todos los vecinos, lleva casi dos años entregándoles paquetes, cartas y certificados. "El reparto rural es un reparto casi artesano, muchos pueblos no tienen direcciones, las casas no siempre tienen número, tienes que saber dónde vive Pepe y dónde vive Manuel", explica en una conversación con este medio. El nuevo acuerdo marco que han firmado empresa y sindicatos, todavía en "fase de negociación", es decir, sujeto a cambios, abre la puerta a la movilidad geográfica; una cuestión que puede comprometer el servicio de proximidad y provocar "recortes de personal", según denuncian desde la CGT.
"La jefatura va a tener herramientas para cambiarnos los turnos, modificar nuestras jornadas e incluso movernos de zona. Los que saldrían peor parados, no obstante, son los usuarios. Los vecinos no van a poder ponerle cara al cartero, la cercanía va a desaparecer por completo", insiste el empleado. Ricardo atiende a Público desde Santiago de Compostela, durante una concentración de los trabajadores de la zona noroeste de Correos. Los gritos se escuchan al otro lado del teléfono.
El nuevo acuerdo marco establece que los gastos de personal no deberían superar el 70% de los ingresos previstos. Los cálculos no salen: mantener la plantilla –"ya insuficiente"– cuesta en estos momentos casi el 90%. Correos tendría que prescindir de entre 8.000 y 10.000 empleados para rebajar este porcentaje, según la Confederación General de Trabajadores (CGT). El sindicato ha convocado una cascada de protestas entre el 26 de febrero y el 14 de marzo, cuando, si nada cambia, los trabajadores de la empresa pública tomarán las calles de Madrid en una "gran manifestación estatal".
Esta es la fecha límite para el desarrollo de la primera fase; la segunda, concluirá como tarde el 1 de octubre de 2025. Correos busca con esta propuesta "establecer un nuevo marco laboral en el que se alineen los intereses de la plantilla por un empleo de calidad con las necesidades de flexibilidad y productividad de un nuevo modelo de negocio, más diversificado y competitivo", tal y como ha explicado el propio organismo en este comunicado. Los objetivos también pasan por "aumentar la competitividad en aquellas áreas de negocio donde concurre con el sector privado" y "asegurar la estabilidad financiera" de la firma.
Los flecos del acuerdo marco
Correos ha firmado este convenio con cuatro de los cinco sindicatos mayoritarios, es decir, los que tienen capacidad de voto en la mesa de negociación: UGT, CCOO, CSIF y Sindicato Libre. CGT es el único que no ha puesto su sello. La empresa busca "fortalecer la estabilidad" y las condiciones del equipo; pero los trabajadores reconocen cierto escepticismo. "El texto supone un recorte de derechos brutal", advierten desde la CGT. Las reformas afectarían a todos los miembros de la plantilla, excepto a quienes han participado en su negociación: consejeros, personal directivo, integrantes de los órganos de administración y delegados sindicales, tal y como ha podido comprobar este diario.
UGT ha confirmado a Público que la empresa considera "imprescindibles" ciertas cuestiones, "como los complementos variables ligados al rendimiento", pero cree que, "teniendo en cuenta la situación actual de desmantelamiento absoluto", este acuerdo marco puede "sentar las bases" para mejorar las condiciones de la plantilla. El sindicato defenderá que las movilidades y los cambios de turno se apliquen "de manera voluntaria y con criterios objetivos y no discriminatorios".
CSIF comparte esta postura y advierte: "No vamos a aceptar ninguna imposición, los trabajadores que quieran mantenerse en los horarios y condiciones actuales, deben poder hacerlo, los cambios tienen que ser voluntarios y bien remunerados". El texto actual sólo habla de "voluntariedad" en lo relativo a la bolsa de horas para poder regular la carga de trabajo. Correos ha rechazado valorar de momento el acuerdo "por respeto a la propia negociación", abierta hasta mitad de mes.
La compañía se compromete en el documento, al que ha tenido acceso Público, a "elaborar" un calendario estacional donde "las horas por jornada" puedan variar "en función de la carga prevista en cada estación". Esto permite jornadas de hasta nueve horas diarias, repartidas entre los turnos de mañana y tarde, tal y como explican los sindicatos. "Es una cuestión de matemática pura y acabará con la contratación, porque cuando tengan épocas de mucho trabajo, haremos nueve horas, y cuando tengan semanas más tranquilas, haremos cinco o seis. Es un modelo propio de empresas precarias como Amazon, Glovo y Uber", defiende Miguel Yeguas, delegado sindical de CGT.
Raquel trabaja como cartera de a pie en Alcorcón (Madrid); tiene 65 años y recorre entre 14 y 15 kilómetros diarios. El municipio tiene medio centenar de secciones y 33 trabajadores en plantilla. "Todos hacemos más de una sección y algunas quedan sin cubrir. Los recorridos son tremendos, camino ahora más que cuando entré, casi el triple: empecé con 50 portales y ahora, un día normal, hago 130", señala. La empleada comparte sus dudas con el reajuste horario, igual que el resto de sus compañeros: "Si unos meses trabajamos cinco horas y otros, nueve, ¿cuánto vamos a cobrar?", se pregunta.
El acuerdo contempla también un "cuarto turno" de martes a sábado, con remuneraciones para las "personas afectadas", además de una redistribución de la plantilla para ampliar el turno de tarde y reducir un 20% el de mañana. Correos propone, asimismo, "desagrupar los centros nodales" y "dinamizar" las rutas de reparto, fomentando la movilidad por criterios funcionales y geográficos de la plantilla. "La empresa quiere agrandar las zonas y sobrecargar al personal. Esto atenta contra los principios del servicio postal universal, ahora mismo casi no me da tiempo a hacer todo el recorrido en un día, imagínate si lo amplían o si tengo que trabajar cada día en un pueblo que no conozco, quedarán cartas y certificados sin repartir" denuncia Ricardo, que recorre 70 kilómetros diarios por pistas y carreteras secundarias.
Polémica con la retribución por incentivos
Correos propone también "una transformación integral del régimen retributivo, incorporando elementos variables vinculados al cumplimiento de objetivos", tal y como reza el documento con las firmas de empresa y sindicatos. "Esto abre la puerta a que cobremos por paquete enviado", critica Miguel Yeguas. UGT reconoce sus "dudas" con este punto, pero confía en que "no altere la estructura retributiva actual", como tampoco sucede en la actualidad, y reitera: "Correos ha marcado aquí una línea roja, lo considera imprescindible, y nuestro deber es negociarlo para que se materialice de la mejor manera posible". El organismo público y los sindicatos firmantes no quisieron hacer público el acuerdo en un primer momento, según detallan desde CGT.
Correos presentó un primer borrador del texto el 29 de diciembre, pero los sindicatos lo rechazaron. "La empresa consiguió sacar adelante el definitivo dos días después, con un único cambio: quitar la movilidad interministerial y añadir una cláusula que premia con medios materiales y humanos a las organizaciones sindicales firmantes", denuncian las mismas fuentes. CGT ha convocado una decena de movilizaciones en todo el país para las próximas semanas, con la mirada puesta en el 14 de abril, fecha límite para ratificar definitivamente el acuerdo. Raquel, cartera de la empresa, sentencia: "La dirección debería escucharnos un poco más".
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