Decepción de los extrabajadores de Nissan con la china Chery y Ebro por el retraso en la reactivación de la Zona Franca
Pese a que Ebro, socio de la china Chery para fabricar coches, iniciará la producción en dos meses con 100 empleados, la plantilla recuerda que aún hay 600 personas esperando en una bolsa de formación y 300 pendientes de recolocación.
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Barcelona,
El pasado abril se anunció el acuerdo entre la china Chery y la catalana Ebro para reactivar la actividad en la antigua fábrica de Nissan en la Zona franca de Barcelona, que establecía que los primeros coches se empezaran a producir a finales de este año. Ahora la decisión de la compañía asiática de retrasar el inicio de las operaciones, como mínimo hasta octubre de 2025, ha provocado que los antiguos empleados hayan reaccionado con tristeza y decepción.
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La plantilla teme los efectos sobre la ocupación, las incertidumbres sobre el nuevo contexto internacional que se ha abierto con el incremento de los aranceles de la Unión Europea a los vehículos eléctricos importados de China y se muestra preocupada por absorber el excedente de trabajadores, que estaban ocupados en la planta de Nissan y que restan pendientes de resolver su futuro laboral.
De momento, el otro socio de la iniciativa, Ebro mantiene su calendario y ha confirmado que arrancará su actividad en noviembre con un turno de 100 trabajadores, lejos del millar prometido en el acuerdo firmado hace solo cinco meses.
Paralelamente, tampoco se ha cerrado el acuerdo entre la china Chery y Goodman, la compañía propietaria de los terrenos, puesto que las previsiones de la firma asiática hacen necesaria una mayor disponibilidad de espacio derivado del objetivo de fabricar vehículos eléctricos en un futuro inmediato.
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Mientras tanto, Ebro está a la espera de la homologación final de sus modelos para iniciar la producción, lo cual permitiría arrancar con las líneas de ensamblaje y ocupar un centenar de personas. Fuentes sindicales de Ebro han explicado a Público que, más allá de la decepción por el retraso, la vuelta atrás de Chery impactará en los ritmos de producción del modelo Omoda 5 y en los futuros coches electrificados.
La decisión implica retrasar también el sistema de fabricación previsto: el CKD. Estas siglas en inglés, que corresponden a Completely Knock Down, hacen referencia al método logístico por el cual se consolidan en un almacén todas las piezas necesarias para montar un vehículo. Es decir, la soldadura, el montaje y la pintura.Por el contrario, incluso la producción de Ebro se iniciará con el formato DKD, con el ensamblaje de piezas procedentes de China. La apuesta por el primer sistema afectará también los proveedores locales, que de momento no pueden colaborar con los fabricantes de la Zona franca.
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Incorporación progresiva de trabajadores
"El inicio de la fabricación de los modelos S700 y S800 de Ebro no compensa ni de lejos las cifras que nos prometieron en abril", lamentan las mismas fuentes de la plantilla, poniendo el foco en que en noviembre solo se dará trabajo a 100 trabajadores, en abril de 2025 a dos turnos y en junio del año 2025, a tres.
Este incremento en la contratación será posible gracias al hecho que a partir de noviembre, la fábrica iniciará la producción de los modelos S700 y S800, cada uno con versiones de gasolina y híbridas enchufables. Los dos modelos son de la gama SUV, que son vehículos deportivos utilitarios.
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En este sentido, el consejero delegado de Ebro, Pedro Calef, avanza que tiene la intención de tener hasta cuatro modelos diferentes acoplados en la planta de la Zona Franca antes de finales del año 2025. Además de los dos mencionados, la previsión es iniciar la producción del modelo S400, un coche más pequeño que los anteriores, y una versión reducida de este.
Ebro precisa está trabajando en la creación de una línea completa de producción de vehículos, lo cual implica una inversión significativa en infraestructura y tecnología. Esta acción, según señala la compañía, busca establecer una base sólida para el futuro crecimiento y desarrollo de la marca en el Estado español. Además, el objetivo es establecer una red de distribución con 30 puntos de venta, que podría llegar a los 75 en 2025, que según la empresa "demuestra la confianza en la demanda de sus productos y su compromiso con la accesibilidad para los consumidores españoles".
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Lejos de la recolocación
Pese a estos anuncios de Ebro, que los representantes de los trabajadores han escuchado de primera mano de la dirección de la empresa, el colectivo lamenta que hasta octubre de 2025 ninguna de las dos compañías conseguirá absorber los 600 trabajadores pendientes de recolocación. Estos se encuentran ahora en una bolsa de formación, mientras que hay 300 pendientes de recolocación y que han agotado o están a punto de dejar de cobrar el paro.
La firma del acuerdo del pasado abril parecía el punto final del largo proceso de reindustrialización de la planta de la Zona franca desde que Nissan anunció el cierre el mayo del 2020. En el acuerdo, se preveía fabricar 150.000 coches en el año el 2029 y dar trabajo a los 1.200 empleados que quedaron al paro después del cierre de Nissan.
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La producción en la planta tenía que empezar este pasado verano con la fabricación del Omoda 5 EV, un coche eléctrico de Chery, que permitiría la incorporación de 150 empleados. A finales de año se empezarían a fabricar los primeros Ebro, un SUV de gama media y un SUV de gama media alta, de combustión y híbridos, y seguirían dos modelos más en 2025. El primer objetivo de la planta era fabricar 50.000 vehículos en 2027.
Teniendo en cuenta que los dos socios industriales (Chery y Ebro) no trabajarán al 100% hasta finales del año 2025, este propósito parece difícil de lograr. Ante este escenario, los trabajadores evidencian su desengaño, puesto que afirman que "en abril nos comentaron que empezaríamos muy fuertes con el Omoda y arrancaríamos con dos turnos, pero no ha sido así". Ahora, el punto de confianza lo sitúan con el inicio progresivo de la producción.