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La futura CaixaBank-Bankia descarta entrar en nuevas fusiones en España

Gonzalo Gortázar confirma que la nueva entidad no cobrará por los depósitos y cifra en 216 millones el dividendo que repartirá entre sus accionistas.

El logo de Caixabank delante de sus oficinas centrales en Madrid. E.P./Jesús Hellín
El logo de Caixabank delante de sus oficinas centrales en el Madrid. Jesús Hellín / EUROPA PRESS

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El consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, descartó este viernes que la entidad que surja de la fusión del banco catalán con Bankia vaya a entrar en nuevas fusiones en España o acometer un proceso de internacionalización vía tener filiales en nuevos mercados durante, al menos, los próximos "dos o tres años", aunque precisó que la estrategia deberá definirla su futuro equipo de gestión.

"No veo que en este momento debamos pensar en hacer más operaciones en España. Creo que la potencialidad de la entidad y el tamaño será más que suficiente", estimó al ser preguntado al respecto durante la presentación de resultados del 2020, convencido de que el futuro grupo tiene "ahora el tamaño adecuado". Nacerá con más de 600.000 millones de euros en activos y una cuota de mercado de alrededor del 25%, que llega al 10-12% en Portugal.

El banquero que, también descartó a la filial portuguesa de CaixaBank BPI de participar en integraciones, está, sin embargo, convencido de que "hay espacio" para que siga habiendo una consolidación en España y en el mercado luso ante el "entorno de presión tan fuerte" que sufre la banca y "que, al final, deriva de que el dinero tiene un tipo de interés negativo y eso es un cambio radical en nuestra materia prima". Según explicó, antes se ganaba dinero teniéndolo bajo gestión y "ahora se pierde dinero" si debe administrarlo.

Encarar ese desafío exige a su juicio tomar decisiones y "ajustes". "Es una respuesta lógica, en España, en Portugal y en otros países de Europa, y pronostico que podrá haber más", resumió, indicando que, precisamente, es bajo este escenario donde CaixaBank y Bankia acordaron su integración para encarar con mayor posición de fortaleza los desafíos que se avecinan.

Gortázar eludió, al igual que hizo la víspera el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, dar detalles de la estructura directiva que tendrá el nuevo banco o los potenciales ajustes en red y plantilla, asegurando que son temas aún por abordar y decidir y comunicarán en su momento, empezado por los representantes de los trabajadores.

El consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, y el presidente de la entidad bancaria, Jordi Gual, durante la junta de accionistas que aprobó la fusión con Bankia. E.P./
El consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, y el presidente de la entidad bancaria, Jordi Gual, durante la junta de accionistas que aprobó la fusión con Bankia. EUROPA PRESS

Sin embargo, sí reiteró que la fortaleza con que nace la nueva entidad permitirá conservar las sucursales en los alrededor de 300 municipios donde ya no hay oficinas de otros bancos para evitar la exclusión financiera.

Aseguró que el foco "tiene que estar en hacer que esto -la integración- sea un éxito", excluyendo también abordar un proceso de internacionalización. "Yo no preveo cambiar esto en los próximos dos-tres años, debemos enfocarnos en que esta integración sea un éxito", insistió, apuntando que una estructura así aporta diversificación pero también "complejidad".

"No necesariamente necesitamos desarrollar bancos minoristas en otros mercados", abundó, subrayando que eso no impide al grupo dar servicio internacional, recordando que CaixaBank ofrece servicios a clientes españoles en otros países y extranjeros aquí con las más de 25 oficinas de representación que tiene desplegado en todo el mundo.

Como hizo Goirigolzarri, que será el futuro presidente del banco fusionado, Gortázar habló de continuidad en la política comercial del nuevo banco. En concreto descartó de plano el cobro a clientes particulares y la aplicación de comisiones a los clientes vinculados ya que ambos bancos tienen una cultura ahí parecida, aunque precisando que los equipos tendrán que verificar aún la política comercial futura.

Dividendo

Lo que sí han lanzado ya es la decisión de distribuir hasta el 15% del beneficio conjunto proforma logrado por ambos bancos en 2020 como dividendo, es decir, hasta el umbral máximo permitido por el Banco Central Europeo (BCE). Se trata del abono de unos 216 millones de euros de unos 1.440 millones de beneficio proforma conjunto, según detalló Gortázar.

El presidente de CaixaBank, Jodi Gual, explicó que la propuesta la ha realizado el actual Consejo de Administración de CaixaBank "siguiendo el ordenamiento legal" y deberá ser aprobada en Junta de Accionista cuando tenga el plácet del BCE. En cuanto a la política futura y cuando el BCE retire sus restricciones, indicó que "corresponderá al nuevo Consejo de la nueva entidad" fijarla en su momento.

De cara al 2021, los banqueros mostraron su confianza en que 2021 sea mejor que un 2020 donde según recordaron CaixaBank logró reforzar su fortaleza financiera pese a la crisis, además de reducir la morosidad y mejorar la eficiencia, arrojando una rentabilidad sobre Rote del 6%, "con mejoras de cuotas".

Gortázar aseguró mirar el ejercicio "con muchísima confianza", aunque arranca con el "reto singular" de ensamblar "una gran integración" que "nos tiene que dar mucha motivación porque creemos que es el movimiento correcto". "Lo que espero es un gran esfuerzo de todos para poder hacer esta integración, que sea modélica", indicó descartando que vaya a implicar un riesgo de pérdida de clientes y confiado también en que la CNMC no impondrá condiciones.

El cuanto al impacto de la crisis, Gortázar se mostró convencido de que "el impacto de morosidad va a ser absolutamente gestionable" y que las provisiones realizadas por el banco "debería dar mucho confort para hacer ese viaje del 2021". "El nivel de provisiones que esperamos para el año 2021 va a ser inferior a lo que hemos hecho en el 2020. Cuánto de inferior lo veremos en función de las circunstancias del año, pero el pico de impacto en la cuenta de resultados ya ha tenido lugar y el pico de impacto en morosidad se producirá en el 2021", ilustró.

Según relató, la morosidad de CaixaBank bajó al 3,3% el pasado año contra pronóstico y no ve auge relevantes en impagos relacionados con el crédito con particulares, aunque sí lo teme en el mundo de las pymes y autónomos más vinculados a sectores afectados por la crisis. Al respecto recordó que ya se ha ayudado mucho al tejido empresarial, pero "tenemos que seguir buscando la manera de ayudarles para salir de este difícil periodo".

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