Jean P, el gerente de una tienda de los supermecados Lidl en Barcelona, fue despedido por excederse en las horas del trabajo, según recoge el diario El país. Durante el mes de abril de 2017, la empresa comprobó cómo el gerente accedía al local a las cinco de la mañana y pasaba "entre 49 y 87 minutos”, dice el informe, trabajando sin fichar. Además, Lidl agrega que el resto de empleados también recibieron “invitaciones” por su parte a llegar antes de la hora que estipulaba en su contrato.

Realizar esta serie de acciones es censurable, según la dirección, puesto que falsea los datos de productividad de la tienda y provoca que la compañía “incurra de forma innecesaria en riesgo de ser sancionada por las autoridades laborales o en responsabilidades más graves en caso de accidente laboral”. Además, la compañía argumenta que “cada minuto que se trabaja, se paga”.

Jean trabajaba en ese supermercado de 2005 y alega que su despido es improcedente, por ello ha llevado a la cadena Lidl a los tribunales con la intención de ser readmitido. El miércoles se celebró el juicio en el que Jean P aseguró no haber obligado a ningún empleado a hacer las mismas horas que él y se defiende alegando que no lo hizo en su provecho, sino “en beneficio de la empresa”.

Su abogado lamenta que se le sancione por trabajar demasiado y denuncia también la “hipocresía” de la cadena pues admite que se le sometía a ciertas presiones para conseguir ventas que la dirección esperaba y que, si trabajaba más de la cuenta era porque se vió obligado por las circunstancias, ya que en los días previos a la investigación llevada a cabo por la empresa, se realizó una restructuración de la tienda. “Los mandos sabían y eran conscientes” de que esos cambios “requerían tiempo y dedicación”, sostiene la demanda. Para cumplir los objetivos de ventas, agrega, "a veces hay que trabajar por encima del horario".