La Policía argentina vuelve a cargar contra la marcha de jubilados: 38 heridos por gases lacrimógenos
El Gobierno de Milei acaba de oficializar un aumento del 2,4% para las pensiones a partir de abril, y ha ratificado el bono extraordinario de 70.000 pesos (unos 60 euros).

Juan Pablo Pucciarelli (Página 12)
-Actualizado a
Con un operativo desmedido, las fuerzas de seguridad argentinas usaron gas pimienta para reprimir a los jubilados que se manifestaban frente al Congreso e hirieron a 38 personas, entre ellas a una menor de ocho años que pasaba por el lugar tras salir del dentista. Incluso un cordón policial impidió que la columna de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y otras organizaciones se unieran a la manifestación.
Tras la brutal intervención del 12 de marzo en la que resultó herido de gravedad un fotógrafo y el megaoperativo del miércoles pasado, la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, ha vuelto a optar por la represión contra los adultos mayores. Pero no solo eso, el Gobierno de Milei acaba de oficializar un magro aumento del 2,4% para los haberes y pensiones a partir de abril, y ha ratificado el bono extraordinario de 70.000 pesos (unos 60 euros), que se mantiene en esa cantidad desde marzo del año pasado.
Un doble ataque a las cuentas de los jubilados que tiene lugar la misma semana en la que expiró la moratoria que deja afuera del sistema jubilatorio a más de 250.000 personas, la mayoría de ellas mujeres.
Pasadas las seis de la tarde, tras la movilización alrededor del Congreso que realizan cada miércoles los jubilados, la división motorizada de la Policía Federal comenzó a amedrentar a la columna de manifestantes que estaba entre la calle Hipólito Yrigoyen y la avenida Entre Ríos. Minutos después, en la esquina de Rivadavia con Callao, los agentes comenzaron a golpear y gasear a los manifestantes.
"Atendimos a 38 personas por efectos del rociamiento del spray pimienta", aseguró el presidente del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), Esteban Chalá, quien confirmó que entre las personas afectadas por el gas policial hay una menor de ocho años de nombre Ludmila, que "volvía con su padre del dentista".
El rescatista comentó que la familia vive a siete manzanas del Congreso y que "ambos recibieron el rociamiento del spray". "Una vez que fueron atendidos se fueron a su casa", añadió Chalá. Es la segunda vez que la Policía ataca a una menor, en septiembre del año pasado también fue gaseada una niña que estaba con su madre, hecho por el que Bullrich tiene una denuncia.
El operativo fue nuevamente exagerado en comparación con las personas que habían asistido a la marcha: se desplegaron cientos de efectivos de Prefectura, Policía Federal, Gendarmería y la Policía Aeroportuaria, una fuerza que no participa habitualmente en estas marchas. "A fuerza de golpes, empujones y bastonazos se obligó a los manifestantes a permanecer sobre la vereda", indicaron desde la Comisión Provincial de la Memoria (CPM).
La organización también denunció que algunos de los integrantes de su equipo de monitoreo fueron agredidos, al igual que trabajadores de la Asociación contra la Violencia Institucional (ACVI). "La Policía motorizada también irrumpió una vez para evitar los cortes de calle. De manera violenta redujeron a los manifestantes hasta ubicarlos sobre la vereda y la plaza", agregaron desde la CPM.
Además de las organizaciones que se congregan cada miércoles, como Jubilados Insurgentes, Unión de Trabajadores Jubilados en Lucha (UTJEL) y el Plenario de Trabajadores Jubilados, también estuvieron partidos de izquierda y sindicatos como la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y la agrupación Madres de Plaza de Mayo, entre otros. Uno de los gremios que participó fue la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
Sin embargo, la columna que encabezó Abel Furlán, secretario general de la UOM, que se había congregado más temprano en Avenida de Mayo para luego avanzar hacia el Congreso, fue rodeada por efectivos de la Policía, que los rodearon y le impidieron llegar al epicentro de la convocatoria, en un nuevo atropello al derecho a la protesta por parte de las fuerzas que comanda la ministra Bullrich.
"Yo en este momento estoy únicamente con los que vengan hoy a la calle a apoyar a los jubilados, porque más que una cuestión partidaria, si bien las ideologías obviamente son importantes, lo que vale es estar hoy acá en la calle", dijo uno de los jubilados que todas las semanas asiste con su bicicleta.
Esta es la segunda movilización después de la brutal represión del 12 de marzo en la que fue herido Pablo Grillo, un fotógrafo que hoy lucha por su vida en el Hospital Ramos Mejía. Fabián, su padre, contó que su hijo "sabe" que estuvo allí, "pero no sabe lo que le pasó". Si bien la semana pasada no hubo represión, el gobierno de Javier Milei intentó frenar la masiva movilización a través del amedrentamiento en las estaciones de trenes y los decomisos en las entradas a la Ciudad de Buenos Aires.
Por su parte, Rubén Cocurullo, miembro fundador de Jubilados Insurgentes, denunció que "hubo más milicos que jubilados" y criticó la magnitud del operativo. Además, le envió fuerzas a Grillo: "Espero que te vea un día en la plaza de nuevo, para darte un abrazo, compañero. Y espero que termine en la cárcel el que te hizo semejante daño", afirmó.
En una de las banderas ubicadas sobre la avenida Rivadavia, en la vereda del edificio del Anexo de la Cámara baja, se leía: "Todos somos jubilados, es una cuestión de tiempo". En la congregación no faltaron camisetas de fútbol, no solamente de Boca y River sino también de Godoy Cruz de Mendoza o Rosario Central, y hasta una bandera de Dock Sud que aseveraba: "Robar a los jubilados es un crimen social". "Ayúdame a luchar, el próximo viejo sos vos", decía otro cartel.
Pero la violencia de Milei no es solo física, este miércoles el Gobierno Nacional oficializó un mínimo aumento del 2,4% en las pensiones a partir de abril, y confirmó que otorgará nuevamente un bono extraordinario de 70.000 –la misma cantidad de hace un año– y que no lo incorporará formalmente. Ahora, la mínima pasa a unos irrisorios 285.820 pesos (unos 248 euros), que mantienen las jubilaciones por debajo de la línea de indigencia.
La integrante del Plenario Nora Biaggio denunció la gravedad de la eliminación de la moratoria previsional, que expiró el domingo y que deja afuera del sistema a nueve de cada diez mujeres y ocho de cada diez hombres. "Además del aumento inmediato de haberes para llegar a una mínima de 1,2 millones y de la restitución del 100% de descuento de los medicamentos de PAMI [Medicamentos sin cargo por subsidio social] y obras sociales, lo que también pedimos es que haya jubilación universal cualquiera haya sido la situación de contratación", sostuvo.
A su vez, Biaggio aseguró que habrá otras instancias para continuar con la organización de las agrupaciones de adultos mayores. "Este sábado 29 hacemos el tercer plenario de las organizaciones de jubilados en la Mutual Sentimiento, para definir un nuevo plan de lucha", sostuvo.
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