Asia Putin envía tropas a Kazajistán en plena escalada de la violencia por los disturbios

Rusia ha enviado paracaidistas a Kazajistán para sofocar las  revueltas que afectan a todo el país, después de que un estallido mortal de violencia se extendiera rápidamente por la república exsoviética. En un comunicado, el Ministerio de Exteriores ruso ha señalado que la "aviación de transporte militar ha trasladado a las primeras unidades del contingente de las fuerzas de mantenimiento de la paz al territorio kazajo".

El Gobierno del país ha decretado el estado de emergencia en todo el territorio. Según Reuters, los efectivos policiales han acabado con la vida de decenas de manifestantes en la principal ciudad del país, Almaty. La Policía de Almaty ha cifrado en 18 el total de agentes muertos en los enfrentamientos y sitúa en 748 el número de militares y miembros de las fuerzas de seguridad que han resultado heridos. El Ministerio del Interior kazajo estima que unas 2.000 personas han sido detenidas en la ciudad.

El aeropuerto de la ciudad está bajo el firme control de los militares

Una residencia presidencial y la oficina del alcalde de la ciudad han sido incendiadas. El aeropuerto de la ciudad está bajo el firme control de los militares tras haber sido tomado por los manifestantes. Las calles están llenas de vehículos quemados. La OTSC —una alianza militar conformada por Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán— había anunciado el envío de tropas al territorio kazajo en respuesta a la petición del presidente.

"En relación con la petición del presidente de Kazajistán y en vista de la amenaza a la seguridad nacional y la soberanía de Kazajistán causada, entre otras cosas, por la interferencia externa, el Consejo de Seguridad Colectiva de la OTSC (...) ha decidido enviar a las Fuerzas Colectivas de Mantenimiento de la Paz a Kazajistán", ha destacado el primer ministro de Armenia y presidente del Consejo, Nikol Pashinián.

La posición vigilante de la Unión Europa

El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha asegurado que Bruselas vigila "con cautela" la llegada de tropas extranjeras a Kazajistán. "Esperamos que la presencia de fuerzas internacionales no socave la independencia de Kazajistán", dijo Borrell, quien se encuentra de visita oficial en Ucrania.

Agregó que la llegada de las fuerzas extranjeras a Kazajistán se basa "en un acuerdo entre países independientes", de lo que "no tenemos nada que decir". Con todo, insistió durante una reunión con periodistas en que la presencia de fuerzas extranjeras en territorio de otro país es algo que hay que "vigilar con cautela".

Asimismo, instó a las autoridades kazajas a mostrar moderación en su reacción a las protestas. A la vez, reconoció que "parece que eso no ha ocurrido", puesto que hay "decenas de muertos y víctimas entre las fueras del orden".

El llamamiento del Gobierno a los ciudadanos españoles

El Ministerio de Asuntos Exteriores ha recomendado a los españoles que se encuentran en Kazajistán que eviten aglomeraciones y manifestaciones y limiten sus movimientos, ante los violentos disturbios.

Según las informaciones de los responsables de la Embajada española en Nur Sultán, la capital de Kazajistán, no hay ciudadanos españoles afectados por las revueltas. Desde la Embajada se está en contacto con la colectividad española, en la medida en que las comunicaciones lo permiten, y se ha hecho hincapié en que se eviten los desplazamientos que no sean "estrictamente imprescindibles".

El Ministerio ha indicado a los ciudadanos españoles que en caso de necesitar asistencia y si no funciona el teléfono de emergencia por la interrupción de las comunicaciones se contacte con la Embajada por correo electrónico.

Por qué surgen las protestas 

Las protestas comenzaron el pasado 2 de enero tras el incremento del precio del gas licuado, principal combustible automotriz del país, que pasó de valer 60 tenge por litro (0,14 dólares) a valer 120 tenge por litro (0,28 dólares).

Las reclamaciones inicialmente económicas de las protestas han derivado paulatinamente en políticas, con la principal exigencia de poner fin al "régimen de Nazarbáyev" —el expresidente del país—, a quien acusan de todavía mantener el poder político en Kazajistán a la sombra del actual mandatario. Además, las fuerzas militares de Kazajistán están en máxima alerta ante la posibilidad de nuevos disturbios este viernes, en el inicio de la celebración de la Navidad ortodoxa en el país.

La Fiscalía General de Kazajistán ha anunciado la apertura de casos penales por "organización y participación en disturbios masivos", así como el inicio de "una investigación previa al juicio por un acto de terrorismo". La institución avisa de que los participantes de disturbios en Kazajistán podrían enfrentarse a penas desde ocho años de prisión hasta cadena perpetua con privación de la ciudadanía.