Algunas de las voces implicadas en la reconstrucción de Siria tras la caída de Al Asad hablan español
La bandera de España vuelve a ondear en la Embajada situada en Damasco casi 13 años después, un gesto que simboliza el apoyo a las primeras intenciones mostradas por los nuevos líderes del país.
"Lo más urgente es una Constitución", señala Fida Al Boutros, traductora en la Embajada.

Damasco/Sednaya (Siria)-
La bandera de España vuelve a ondear desde este pasado jueves en la Embajada de nuestro país en Siria. No lo hacía desde el año 2012, cuando se produjo la salida del embajador por decisión del Gobierno de Mariano Rajoy tras la represión del régimen de Bashar Al Asad. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, presidió en Damasco el histórico momento. Es un gesto que simboliza el apoyo a las primeras intenciones mostradas por los nuevos líderes del país.
La nueva etapa abierta en Siria es una mezcla de esperanza e incertidumbre. España, como así lo ha mostrado Albares durante su visita, parece de momento optimista. El ministro ha recibido signos positivos tras la reunión mantenida con el líder de facto del país, Ahmed Al Sharaa, hasta hace poco cabeza visible de HTS, un grupo de corte islamista y considerado como terrorista por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Entre los retos principales, marcados como líneas rojas para el Gobierno español, se encuentra la capacidad que tenga el nuevo Ejecutivo sirio de integrar a todos los sectores religiosos y étnicos o de respetar los derechos de las mujeres. La siguiente meta, en todo caso, es la celebración de elecciones libres en un periodo estimado de mínimo seis meses mientras se complete de manera pacífica la transición.
"Siento mucho orgullo por levantar hoy la bandera". Kalim Hiami es un veterano abogado sirio que ha colaborado con la Embajada española y que no ha querido perderse el acto presidido por Albares. Destaca en conversación con los medios de comunicación desplazados a Damasco que "desde siempre" hay buenas relaciones entre España y su país.
La bandera española vuelve a ondear en la Embajada de Damasco tras casi 13 años
Hiami tiene claro que "la víctima" de todos estos años de represión y guerra ha sido "el pueblo”" Aunque reconoce que todavía es pronto para valoraciones más profundas, afirma con rotundidad que "hay esperanza" y que espera que el futuro de Siria sea mejor. Para ello, añade, "nadie puede salirse del camino que marcan las leyes".
Condecoraciones en la embajada
"Me ha producido un enorme orgullo poder reconocer, a través de la imposición de condecoraciones, la labor del personal local que ha permanecido en esta delegación durante todos estos años tan difíciles, que tan activamente colaboró en la evacuación de españoles en momentos muy complicados. Han dado lo mejor de ellos mismos, en ocasiones teniendo que desplazarse a trabajar a la embajada bajo el fuego para que los españoles aquí pudieran sentirse más seguros". Son palabras de Albares durante su rueda de prensa ofrecida tras la reunión con las autoridades sirias.
Una de las personas condecoradas se llama Fida Al Boutros. Ejerce como traductora de la embajada e interlocutora con el Gobierno sirio desde tiempos de Felipe González. La última década, por la guerra abierta, no ha sido nada fácil. "Venía todos los días a la Embajada bajo una lluvia de obuses y mucho peligro”" afirma. Fida tuvo que salir a Líbano pero todas las semanas regresaba alguna vez para ejercer su trabajo. "La guerra es la guerra pero yo nunca salí del país del todo", añade.
"Necesitamos la cooperación de muchos países, porque el país tiene muchas carencias en infraestructuras", señala como reto a corto plazo. También apunta de manera tajante que "lo más urgente es la Constitución", que pueda haber elecciones y que el pueblo pueda elegir a su propio Gobierno. "Sin constitución no hay leyes", añade. Fida pide que vuelvan todos los sirios que tuvieron que irse. Pero advierte que sus casas están destrozadas. "Necesitamos construcción y hay mucha pobreza", añade. Albares anunció este jueves que aportarían 6 millones de euros para ayuda humanitaria y 1,6 para ayuda alimentaria.
La prisión de Sednaya
La visita de Albares a Siria no se quedó únicamente en la Embajada y la reunión con Al Sharaa. A apenas 20 kilómetros de Damasco se encuentra la prisión de Sednaya. Un "matadero humano", según la han descrito organizaciones humanitarias. Miles de personas han sido encarceladas, torturadas o asesinadas dentro de sus muros. Tras la caída de Al Asad, las imágenes de su apertura, la salida de los presos o la búsqueda de documentos sobre desaparecidos han dado la vuelta al mundo.
Albares es recibido a la entrada de la prisión por los Cascos Blancos. Se trata de una organización de voluntarios en diferentes ámbitos y que han colaborado en la liberación de los detenidos, así como en la búsqueda de desaparecidos. Tanto a los medios como al ministro cuentan en detalle cómo era vivir encerrado en esta prisión, que nada más entrar te recibe ahora con un graffiti que ahora pone "Free Siria" (Siria Libre). Dentro, en decenas de celdas se pueden ver todavía montones de ropas y mantas que dejaron los presos al ser liberados. Cuentan que por la escasez de higiene decidieron abandonar las prendas ahí. "Algunos presos llevaban años sin ducharse".
"Lo más urgente es una Constitución", señala Fida Al Boutros, traductora en la Embajada
Por Sednaya han pasado antes de Albares sus homólogos de Francia o Alemania. También centenares de ciudadanos sirios que no quieren dejar pasar la oportunidad de comprobar in situ lo que significa un lugar simbólico para representar el cambio que espera la sociedad.
Majad Hamdam es uno de ellos. Al escuchar a los periodistas hablar en español comienza a conversar en su mismo idioma. Cuenta que es el presidente de la Asociación de Siria en España, donde lleva viviendo desde hace ocho años. Está de visita en su país, al que no venía desde hace 14 años. Pese a dominar el idioma casi a la perfección, dice que no puedo explicar cómo se siente en ese lugar. "Emoción", afirma.
Cuenta también que cuando ha llegado a la prisión ha recordado algo que tenía olvidado en su memoria. En 2011 lo detuvieron y estuvo encerrado en este lugar oscuro durante un día. Dice que era solo un estudiante más en aquellos momentos de estallido de la llamada Primavera Árabe. De Sednaya lo trasladaron entonces a otra prisión donde pasó 62 días detenido junto a su hermano.
Hamdam ha tratado de rehacer su vida en nuestro país y reside en Zamora. Pero no ha dejado pasar la oportunidad de poder volver. "Es muchísimo mejor el Gobierno que puede salir ahora que el de antes. Veremos a ver si avanzan y cuentan con recursos", afirma. Precisamente esa labor de reconstrucción es uno de los argumentos que ha esgrimido Albares para defender que puedan comenzar a retirarse las sanciones de la UE a Siria una vez se ha iniciado una nueva etapa.
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