Este artículo se publicó hace 9 años.
El Consejo de Europa condena a Francia por no prohibir los castigos corporales a los niños
El Comité Europeo de Derechos Sociales considera que el Código Penal galo no es del todo claro ya que permite un "derecho de corrección" reconocido por la Justicia
Actualizado a
PARÍS.- El Consejo de Europa ha condenado a Francia por no haber prohibido explícitamente los castigos corporales a los niños. El Código Penal galo no permite la violencia grave, pero pervive "una incertidumbre sobre un 'derecho de corrección' reconocido por la justicia".
Esa falta de claridad constituye, según el Comité Europeo de Derechos Sociales (CEDS), una violación de la Carta Social Europea, ratificada por Francia en 1999, por lo que emitió esta alerta, la primera que hace este organismo, tras la denuncia colectiva presentada por una ONG británica Asociación para la Protección de Todos los Niños (APPROACH) contra seis países.
El dictamen no implica ninguna multa, pero la organización paneuropea espera que sirva para una modificación de la legislación, máxime porque podría abrir el camino a denuncias contra Francia ante el Tribunal Europeo de Derecho Humanos. La decisión del Consejo sobre los otros cinco países que fueron objeto de la demanda ─Bélgica, Italia, República Checa, Eslovenia e Irlanda─ llegará a finales de mayo.
La APPROACH alegó en su demanda que Francia viola el artículo 17 de la Carta Europea de Derechos Sociales "por la falta de una prohibición explícita y efectiva de todo tipo de castigos corporales a los niños en la familia, las escuelas y otros lugares, y porque Francia no ha actuado con la debida diligencia para eliminar esos castigos en la práctica".
Detrás de ese argumento jurídico está la teoría, apoyada por diversas asociaciones, médicos y cargos electos, que reclaman un cambio legislativo porque los golpes no sólo no son efectivos con los niños, sino que contribuyen a la difusión y a la reproducción de la violencia.
A ese respecto, el coordinador de la campaña contra la violencia educativa en la Fundación por la Infancia, el médico Gilles Lazimi, avanzó que recurrirán ante el Tribunal de Estrasburgo para que París sea condenado judicialmente. Lazimi resaltó que "en Francia no se puede pegar a los animales, pero se puede pegar a los niños".
Sin embargo, de acuerdo con las últimas encuestas, un 80% de los franceses son hostiles a esa prohibición, entre otras razones porque a su juicio eso podría amenazar la autoridad de los padres, que ya está de por sí cuestionada. Los diputados ecologistas introdujeron en mayo pasado una enmienda destinada a prohibir de forma explícita pegar a los niños, pero finalmente fue retirada.
El Gobierno francés, más allá de lanzar llamamientos sobre la necesidad de tomar conciencia sobre los efectos perversos del recurso a la violencia por parte de los profesores, se ha mostrado reticente a intervenir en el terreno normativo.
Este mismo miércoles, la secretaria de Estado francesa de Familia, Laurence Rossignol, afirmó que no es favorable a una ley que prohíba pegar a los niños. "Las evoluciones de la sociedad no se hacen a golpe de código penal. No lo haremos con una ley. No quiero dividir a Francia en dos, entre los partidarios de dar un azote a un niño y los que están en contra", afirmó Rossignol.
La cuestión no se limita a Francia, ya que un total de 27 de los 47 estados miembros del Consejo de Europa han adecuado su legislación a la normativa del Consejo de Europa para prohibir explícitamente los castigos corporales contra los menores, pero no así los otros 20 restantes.
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