Marine Le Pen inicia una guerra contra la justicia tras ser condenada e inhabilitada
La líder de la ultraderecha francesa ha abandonado la moderación que en años recientes había intentado proyectar y ha retomado una retórica de confrontación, ahora contra el sistema judicial.

Marine Le Pen, líder de la extrema derecha francesa, se encuentra en el epicentro de un terremoto político tras su condena por malversación de fondos del Parlamento Europeo. La sentencia le impone una pena de cuatro años de cárcel, dos de ellos bajo arresto domiciliario, y una inhabilitación de cinco años con aplicación inmediata, lo que la deja fuera de la carrera presidencial de 2027, salvo que su apelación prospere.
Después de conocer esto, la estrategia de Le Pen y su partido, Agrupación Nacional (RN), ha cambiado drásticamente. La líder ha abandonado la moderación que en años recientes había intentado proyectar y ha retomado una retórica de confrontación, ahora contra el sistema judicial. En sus propias palabras, la condena es "una bomba nuclear" lanzada por el establishment para evitar su llegada al poder.
Cinco posibles escenarios para 2027
Las opciones de Le Pen dependen, ante todo, de cómo avance su apelación:
Absolución en apelación: si los jueces revierten la sentencia, podría presentarse sin obstáculos.
Confirmación de la condena: mantendría la inhabilitación y quedaría fuera de la contienda.
Condena sin inhabilitación inmediata: podría recurrir al Supremo y seguir en la carrera.
Reducción de la pena de inhabilitación: si la pena se reduce a uno o dos años, podría cumplirla antes de 2027.
Adelanto electoral: si Emmanuel Macron anticipa elecciones y la inhabilitación sigue vigente, Le Pen quedaría fuera de juego
Un fallo que ha incrementado la polarización
El fallo ha generado debate en la política francesa. Mientras RN lo denuncia como un atentado contra la democracia, desde el Gobierno y otros sectores se insiste en que la justicia actuó conforme a la ley. La legislación vigente, aprobada en 2016 tras un escándalo de corrupción muy mediático, permite la inhabilitación inmediata en casos graves de malversación.
En este contexto, el primer ministro François Bayrou ha señalado que, aunque apoya el fallo, considera que la inelegibilidad inmediata es debatible y podría requerir cambios legislativos. Esta postura es importante dado que su Gobierno depende, en parte, de la actitud de RN en el Parlamento.
Mientras tanto, Jordan Bardella, considerado el posible sucesor de Le Pen, ha adquirido también cierto protagonismo, liderando la respuesta de RN con llamamientos a la movilización popular. "Los franceses deben indignarse", afirmó en una entrevista reciente.
A nivel social, una encuesta de Elabe para BFM TV ha mostrado que el 57% de los franceses consideran la sentencia justa, mientras que el 42% la perciben como una maniobra política. En Henin-Beaumont, bastión de Le Pen, la reacción parece mixta: algunos ven la condena como un obstáculo injusto, mientras que otros creen que podría perjudicar la imagen de RN.
Por otro lado, figuras como Shannon Seban, miembro del partido de Macron, han advertido sobre los riesgos del populismo. "Democracia no es solo elecciones, también es respeto por la ley", declaró en una entrevista reciente en Nueva York, rechazando la narrativa de victimización promovida por Le Pen.
En todo caso, la situación de Marine Le Pen y su posible candidatura en 2027 está marcada en estos momentos por la incertidumbre legal y la estrategia política. Mientras la apelación sigue su curso, RN busca convertir el caso en una causa política para movilizar a su electorado.
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