Cargando...

El fantasma del 'impeachment' vuelve a Brasil mientras la calle se rebela contra un Congreso sin legitimidad

Todos contra el Congreso

Publicidad

Una caricatura del presidente de Brasil, Michel Temer, durante una manifestación en Río de Janeiro. - REUTERS

SAO PAULO.- El Gobierno brasileño pasa por su peor crisis desde que Dilma Rousseff fuera apartada de la presidencia. Todo comenzó hace un par de semanas con la dimisión del ex ministro de Cultura Marcelo Calero. Este joven diplomático carioca llegó a Brasilia tras una serie de casualidades. En un primer momento el ministerio de Cultura ni siquiera iba a existir, pero tras meses de reivindicaciones Temer decidió dar marcha atrás y reabrirlo.

Publicidad

Calero denunció que dejaba su cargo por haber sido “coaccionado” por el presidente y por otros ministros para “favorecer intereses particulares”

Click to enlarge
A fallback.

Nadie podía esperar que este ministro, hasta el momento desapercibido por los medios, fuera quien meses después iba a revolucionar el Gobierno Temer y erigirse como un “verdadero político anticorrupción”. Fue el pasado 19 de noviembre cuando Calero denunció en Folha de Sao Paulo y después ante la Policía Federal que dejaba su cargo por haber sido “coaccionado” por el presidente y por otros ministros para “favorecer intereses particulares”.

El hasta ahora ministro de Cultura brasileño Marcelo Calero. - AFP

El pasado domingo Calero dio una entrevista en el programa de televisión Fantástico en la que confesó haber grabado conversaciones telefónicas con el presidente y otros dos ministros por consejo de la Policía Federal. Insistió que su preocupación no era la de inculpar al mandatario, sino dejar claro que él no aceptaría esas presiones. “Me han acusado de ser desleal, pero un servidor público tiene que ser leal, no cómplice”.

Publicidad

Geddel Vieira Lima entendió que su dimisión era la única oportunidad de salvar a su amigo Temer del enfado de las calles

Según el PSOL el jefe de Gobierno habría incurrido en cinco crímenes descritos por la Ley de Impeachment, como las conductas de “abogacía administrativa y desobediencia a los principios de impersonalidad” (decidir de acuerdo con el interés público y no particular) y de moralidad (actuar de forma ética en sus decisiones). El PT junto a algunos movimientos sociales también estudian presentar otra moción en los próximos días.

Publicidad

Manifestantes montan una barricada durante una protesta ante el Congreso brasileño contra el ajuste fiscal del Gobierno de Temer. - EFE

Todos contra el Congreso

Paralelamente al Calerogate, el Congreso de los Diputados trabajaba estos días a todo trapo para aprobar dos polémicas propuestas. La primera era un paquete de 10 medidas anti corrupción elaboradas por el Ministerio Público Federal. Pero su aprobación escondía una letra pequeña que decía que se podría amnistiar a todos los diputados que hubieran recibido dinero no declarado (Caja 2) en sus pasadas campañas.

La posibilidad de amnistiar la Caja 2 de los diputados provocó una oleada de indignación incluso entre los que habían apoyado el proceso contra Rousseff

Publicidad

En medio de las denuncias de Calero, la posibilidad de amnistiar la Caja 2 de los diputados provocó una oleada de indignación incluso entre los propios grupos que habían apoyado el proceso contra Rousseff. Janaina Paschoal, abogada de la acusación en el juicio contra la ex presidenta, pidió a través de un vídeo que el Congreso no fuera “corrupto después de todo lo que habían luchado para cambiar las cosas”. Hélio Bicudo, uno de los redactores del impeachment de Dilma, dijo estar “arrepentido” por haber permitido que ese Gobierno llegara al poder.

El presidente de Brasil, Michel Temer, durante una conferencia de prensa. - REUTERS

La madrugada del jueves el Congreso aprobó el paquete anticorrupción “completamente transformado”, en palabras del Fiscal General Federal, Rodrigo Janot. Aunque no aprobaron la amnistía de la caja 2, tampoco aceptaron la mayoría de las propuestas por considerarlas “fascistas”, según Renan Calheiros. Lo que sí aprobaron fue una serie de medidas anti corrupción para controlar a los jueces y no tanto a los diputados.

Publicidad

Los fiscales de la operación Lava Jato, que investigan el mayor escándalo de corrupción del país, amenazaron esta semana con una dimisión general por “sentirse agredidos por el Congreso”. La presidenta del Tribunal Superior Federal, Carmen Lúcia, también advirtió que el foco anti corrupción “no debía ser el sistema judicial”. Los movimientos sociales de derecha aliados del Gobierno y que promovieron la salida de Dilma anunciaron una gran manifestación este domingo contra el Congreso y contra Renan Calheiros por ser uno de los principales instigadores de los cambios en el paquete de medidas.

Temer tiene que lidiar con una situación económica que no mejora y con una popularidad que no supera el 15%

Publicidad

La propuesta, calificada por varios economistas como de “austericidio”, es para algunos politólogos, como André Singer, “un golpe a la Constitución de 1988 por acabar con las garantías básicas de Educación y Sanidad para todos los brasileños”. La oposición de izquierda también tiene previsto salir a la calle contra esta medida para “defender los derechos de los más pobres que serán los más perjudicados”, decía en un comunicado Guilherme Boulos, del Movimientos de Trabajadores Sin Techo (MTST).

Publicidad