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Guerra Rusia - Ucrania La presunta "sangre judía" de Hitler sacude la guerra de Ucrania y salpica a Israel

Hitler ha vuelto a irrumpir en la guerra de Ucrania mediante una alusión a su hipotético origen judío, una cuestión que los historiadores no han logrado aclarar de manera inequívoca. Las declaraciones del ministro de Exteriores ruso Sergey Lavrov comparando al dictador nazi con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky han sido rechazadas con indignación por las autoridades israelíes.

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El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, el pasado 6 de marzo en Jerusalén. — RONEN ZVULUN / EFE/EPA/ POOL

segovia, Actualizado:

La última semana ha visto cómo las relaciones entre Rusia e Israel se han deteriorado significativamente. El quebranto más reciente comenzó el pasado domingo cuando el ministro de Exteriores Sergey Lavrov declaró a un medio italiano que al igual que el presidente Volodymyr Zelensky, por las venas de Adolf Hitler corría "sangre judía", implicando que la sangre judía no exime necesariamente a un judío de ser nazi.

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En Israel pusieron el grito en el cielo replicando de inmediato que era un argumento "antisemita" y el ministerio de Exteriores ruso respondió poco después que hay israelíes judíos que están combatiendo como "mercenarios" al lado del Batallón Azov, un grupo neonazi y ultranacionalista que se ha incorporado al ejército regular de Ucrania.

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Los medios hebreos cifran en "centenares" el número de los "mercenarios" israelíes luchando en las filas de Ucrania

Medios hebreos cifran en "centenares" el número de los "mercenarios" israelíes luchando en las filas de Ucrania. Aunque su número exacto se desconoce, la mayoría son veteranos del ejército de Israel, y según la portavoz del ministerio ruso de Exteriores, Ias autoridades de Tel Aviv no lo ignoran en absoluto e incluso lo toleran.

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Lo que más ha ofendido en Israel ha sido lo de la presunta "sangre judía" de Hitler, una teoría que no es nueva, que ya circuló en vida del dictador, y que han considerado con atención historiadores judíos, pero que a día de hoy es imposible confirmar o descartar con certeza. Está relacionada con el oscuro nacimiento de Alois, el padre del Führer.

"Creo que Hitler también tenía sangre judía", dijo Lavrov en alusión a Zelensky. "Eso no significa absolutamente nada. Sabios judíos han dicho que los más ardientes antisemitas son habitualmente judíos. Cada familia tiene su oveja negra, como se dice".

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Existen numerosos y controvertidos estudios sobre la cuestión. Una investigación, realizada para la revista belga Knack en 2010, se basó en el análisis de ADN de parientes del Führer que viven en Austria y Estados Unidos. Los resultados causaron sensación al relacionar el ADN de Hitler con el de griegos, sicilianos y sobre todo norteafricanos de origen bereber oriundos de Marruecos, Argelia y Túnez. Pero la investigación no quedaba ahí ya que también vinculaba gran parte del ADN con los judíos asquenazis oriundos de Europa oriental.

Ya antes de la Segunda Guerra Mundial circularon rumores de que Hitler tenía un origen en parte judío

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Ya antes de la Segunda Guerra Mundial circularon rumores de que Hitler tenía un origen en parte judío. En la mayoría de los casos, aunque no en todos, esas teorías arrancan con el hecho de que el padre de Hitler nació de una relación extraconyugal y hasta el día de hoy se desconoce quién fue su abuelo, que pudo ser o no ser judío, algo que históricamente no es concluyente.

Estas dudas sobre el enigmático origen de Hitler circulaban en Austria y Alemania en los años veinte del pasado siglo, y fueron creciendo en la década siguiente, cuando el Führer accedió al poder, publicándose incluso en diarios sensacionalistas de la época para satisfacer la necesidad que tenían los ciudadanos alemanes de conocer el origen de su líder.

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Resumiendo la cuestión, el diario Haaretz afirma que los rumores obedecían tanto a la creencia de que Hitler era un apellido judío, y que había una familia judía con ese apellido en Bucarest, como al hecho no contrastado de que el padre de Hitler, Alois, nació de una relación ilícita entre un miembro austriaco de la conocida familia judía Rothschild y una criada no judía, la abuela de Hitler.

Aunque estas y otras teorías similares fueron difundidas en vida del dictador, existe además el testimonio de una conocida relación con Hitler y convicto criminal de guerra, Hans Frank, que dirigió el gobierno nazi en Polonia y fue ejecutado al acabar la guerra en 1946. En sus memorias, publicadas después de su muerte, Frank asegura que a finales de los años treinta Hitler le mostró una carta de un sobrino del dictador que lo extorsionaba con la amenaza de revelar que el Führer tenía sangre judía.

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Asimismo, Frank afirma que el propio Hitler inició una discreta investigación sobre su origen que determinó que su abuela paterna, Maria Anna Schicklgruber, se quedó embarazada del padre de Hitler, Alois, que nació ilegítimamente en 1837, mientras la abuela trabajaba como cocinera en casa de la familia austriaca judía Frankenberger. En los documentos de bautismo, el espacio reservado al nombre del padre de Alois está en blanco.

Según esta versión, un miembro de la familia Frankenberger sería el abuelo de Hitler, y de hecho esa familia pagó regularmente un estipendio a la abuela hasta que el padre de Hitler alcanzó la edad de 14 años. Frank agregó que había visto correspondencia entre la abuela de Hitler y la familia Frankenberger que confirmaba esta versión.

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Pese a la indignación causada en Israel, el ruso Lavrov no ha corregido sus declaraciones

Los historiadores han estudiado esta versión sin descanso, incluidos historiadores judíos, buscando documentación que la pruebe o la rechace, pero la ausencia de testimonios decisivos hace que se trate de una teoría que, a pesar de haber circulado durante muchos años, no ha podido confirmarse. Lo que hasta ahora se conoce no es concluyente ni en un sentido ni en otro. Es decir, a día de hoy no se sabe con absoluta certeza si Hitler tenía o no sangre judía.

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Pese a la indignación causada en Israel, el ruso Lavrov no ha corregido sus declaraciones. El jueves el primer ministro Naftalí Bennett llamó por teléfono al presidente Vladimir Putin. Según el comunicado de la oficina de Bennett, Putin se disculpó por las declaraciones de Lavrov relativas a la supuesta "sangre judía" de Hitler, pero en el comunicado simultáneo del Kremlin no aparece ninguna alusión a este embrollo. El viernes el Kremlin dijo que declinaba confirmar o desmentir el comunicado de Bennett.

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