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Israel reanuda las matanzas en Gaza y utiliza el fin de la tregua para acallar sus errores en esta crisis con Palestina

Netanyahu intenta tapar con la guerra los errores cometidos por Israel, al ignorar informes de inteligencia que pudieron haber evitado la masacre del 7 de octubre.

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Un grupo de personas en la ciudad de Rafah rodea los cuerpos tapados de varias víctimas (algunas niños), al sur de la Franja de Gaza, tras reanudarse los bombardeos de Israel este 1 de diciembre de 2023. — Anas Baba / EFE

Israel desoye las llamadas internacionales a la contención y reanuda con mayor violencia si cabe los bombardeos sobre la Franja de Gaza. Allí, la población palestina tiene la certeza de que no podrá aguantar una nueva fase de la guerra en la que es objetivo prioritario de la venganza israelí contra los islamistas de Hamás.

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"¡Los resultados son impresionantes! Hamás solo entiende la fuerza", afirmó ufano el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, quien participó en los bombardeos de este viernes a bordo de un avión de combate.

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Tras poner fin a la tregua que ha estado vigente en los últimos días, el ejército israelí informó de su ataque a "200 objetivos terroristas" de Hamás por toda Gaza. La información del Ministerio de Sanidad de este territorio palestino fue mucho más sombría. Un centenar de personas murió en estos bombardeos.

Desde que comenzó la guerra el pasado 7 de octubre, el ejército israelí ha matado a más de 15.000 palestinos, la mayor parte niños y mujeres. La media de edad de los 6.500 menores asesinados por el ejército israelí es de siete años. Además, entre 6.000 y 7.000 personas más pueden estar sepultadas bajo las ruinas de los edificios bombardeados por Israel.

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Bloqueado también el paso de ayuda humanitaria

De nada ha valido ni siquiera la petición de Estados Unidos para que el ejército de Israel garantice la seguridad de los civiles. De nuevo, la población palestina de Gaza ha recibido el principal impacto de los ataques israelíes y decenas de miles de personas han huido hacia el sur y oeste de la Franja, donde Israel pretende acorralarlas en un territorio cada vez más reducido y con las condiciones de supervivencia al mínimo.

De nada ha valido ni siquiera la petición de Estados Unidos para que el ejército de Israel garantice la seguridad de los civiles

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La ruptura del alto el fuego ha traído también consigo el bloqueo del paso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, después de que en los últimos días pasaran desde Egipto centenares de camiones con alimentos, agua, combustible y medicinas procedentes de la solidaridad internacional con el pueblo palestino asediado por la maquinaria de destrucción israelí.

Ahora, a las muertes causadas por los ataques aéreos y las fuerzas de tierra israelíes se une el alto riesgo de epidemias, como ha denunciado la Organización Mundial de la Salud (OMS). El sistema hospitalario ha colapsado en la Franja de Gaza desde que comenzaran los ataques israelíes y apenas hay centros sanitarios que funcionen en ese territorio palestino.

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El más importante de estos hospitales es el de Nasser, sin camas ya, con los pacientes al 200% de las capacidades del centro, de forma que muchos ocupan los pasillos y salas de espera. La afluencia de refugiados que buscan en los hospitales y centros de la Cruz Roja un lugar donde no pasar frío y donde puedan evitar las bombas israelíes, completa este dantesco escenario.

Solo habrá una carnicería, dice UNICEF

James Elder, portavoz de UNICEF en Gaza, sobre un hospital: "Se puede ver a familias de hasta cinco personas en un solo colchón"

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"Niños con heridas causadas por la guerra están en los pasillos. Hay cientos de mujeres y sus hijos refugiados en el patio del hospital. Se puede ver a familias de hasta cinco personas en un solo colchón. Y todos ellos buscan refugiarse aquí del frío", señaló James Elder, portavoz de UNICEF en Gaza.

"Es terrible pensar que más ataques contra la población de Gaza no conducirán a otra cosa que no sea una carnicería", refirió Elder.

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En varios mensajes colgados en la red social X, el responsable de UNICEF lamentó las consecuencias de la guerra en la población infantil y cómo son ignoradas en Occidente por quienes ven en este conflicto una acción de Israel sujeta a su derecho "a defenderse".

"Es desalentador escuchar cómo tantas personas pasan por alto los horrores que afectan a los niños en Gaza. Lleven a esos niños israelíes a casa, y dejen de matar a miles de personas en Gaza. Por favor, detengan esto", clamó el trabajador de Naciones Unidas junto a una desvencijada camilla donde yacía un niño herido.

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Elder se refería a los niños israelíes secuestrados el 7 de octubre y aún en manos de las milicias de Hamás. En esa fecha, miles de comandos de Hamás atravesaron la frontera con Israel y atacaron las colonias israelíes cercanas a esos límites. Más de 1.200 personas fueron asesinadas por los terroristas islámicos, que secuestraron a 240 hombres, mujeres y niños israelíes y de otras nacionalidades.

Después, el Gobierno extremista de Netanyahu y sus fanáticos religiosos desató la guerra sobre Gaza, que solo el alto el fuego ahora roto pudo calmar durante una semana.

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Un centenar de rehenes liberados en la tregua

Fueron así puestos en libertad 105 rehenes (81 israelíes y 24 extranjeros) y se excarceló a 240 prisioneros palestinos

Los siete días de tregua ampliada concluyeron este jueves. La mediación de Estados Unidos, Catar y Egipto sentó a la mesa de la negociación a los enviados israelíes y de Hamás, que finalmente acordaron el intercambio progresivo de rehenes secuestrados por los extremistas a cambio de prisioneros palestinos encarcelados en Israel. También se abrían las puertas del puesto de Rafah, en el sur de Gaza para la entrada de ayuda humanitaria con destino a la Franja.

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Fueron así puestos en libertad 105 rehenes (81 israelíes y 24 extranjeros) y se excarceló a 240 prisioneros palestinos, todos ellos mujeres y adolescentes.

Durante la tregua, Netanyahu y algunos de sus ministros más radicales, como el titular de Defensa Gallant, dejaron bien claro que la intención de Israel era reanudar los combates para acabar con Hamás y borrar toda posibilidad de una futura rebelión palestina en Gaza.

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Sin embargo, la desmesura de la ofensiva de Israel, la brutal matanza de civiles por las bombas israelíes y el rechazo creciente entre la sociedad estadounidense de tales acciones, han llevado a Washington a tratar de apaciguar, sin mucho éxito, a sus aliados de Tel Aviv.

El secretario de Estado Antony Blinken visitó esta semana Oriente Medio y en Tel Aviv fue claro: "Israel tiene la capacidad para neutralizar la amenaza de Hamás y a la vez minimizar el daño a civiles inocentes".

Uno de los miedos es que Israel en la nueva fase bélica que arrancó con el fin de la tregua se lance con igual brutalidad contra el sur de la Franja. EEUU teme que se puedan producir esas "pérdidas masivas de vidas civiles y el desplazamiento (de refugiados) a la escala en que ocurrió en el norte", como dijo Blinken.

Por eso, demandó "la designación precisa de áreas en el centro y sur de Gaza donde los civiles puedan estar a salvo y fuera de la línea de fuego".

Blinken ha pedido "medidas más eficaces para proteger la vida de los civiles"

Blinken pidió "medidas más eficaces para proteger la vida de los civiles" palestinos, reconociendo de facto la barbarie que está cometiendo Israel contra los habitantes de Gaza. Pero como se trata del amigo estadounidense quien hace esta demanda y no España o Bélgica, cuyos Gobiernos han criticado abiertamente a Israel por las masacres cometidas sobre civiles, ni Netanyahu ni ninguno de sus acólitos ha abierto la boca para protestar o retirar su embajador en Washington.

Siguen los intentos de mediación

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, calificó el fin de la tregua entre Israel y Hamás como un hecho "catastrófico" y pidió a la sociedad internacional y a las partes negociadoras que "redoblen sus esfuerzos inmediatamente para garantizar un alto el fuego, por motivos humanitarios y de derechos humanos".

Los otros dos países participantes en las negociaciones de Doha para alcanzar el alto el fuego, el anfitrión Catar y Egipto, ya han subrayado su intención de seguir sus esfuerzos de mediación, mientras mantienen encuentros urgentes con israelíes y palestinos de Hamás para tratar de restablecer la tregua.

Pero ninguno de los dos países tiene dudas a la hora de responsabilizar a Israel de violar el alto el fuego y retomar su agresión militar. Ya lo habían manifestado Netanyahu y Gallant, y las nuevas noticias conocidas esta semana sobre lo que ocurrió el 7 de octubre parecen confirmar la intención de la cúpula israelí por tapar con la guerra los errores de seguridad que dieron vía libre a la matanza de inocentes a manos de los fundamentalistas de Hamás.

Israel ignoró las señales de alarma que llevaron al 7-O

El diario estadounidense The New York Times ha publicado un artículo de investigación en el que se cita un importante documento israelí hasta ahora secreto, titulado "Muro de Jericó", y en el que describe paso por paso un eventual ataque de Hamás contra Israel según las mismas pautas que siguieron los guerrilleros islamistas el 7 de octubre.

Un importante documento israelí hasta ahora secreto describía paso por paso un eventual ataque de Hamás

Este informe de 40 páginas fue distribuido hace un año a militares, oficiales de inteligencia y altos funcionarios. No daba una fecha del eventual ataque, pero sí lo describía con profusión, incluidos el tipo de armas y vehículos que se emplearían para superar las defensas fronterizas (parapentes, excavadoras o motocicletas) y el uso de drones y cohetes para despistar y cegar la eventual respuesta inmediata a la incursión.

Meses antes del ataque, en julio, una analista de inteligencia israelí describió maniobras por parte de Hamás ya apuntadas en 'Muro de Jericó'. Tampoco se le prestó atención. Según esa experta, era evidente que había "un plan diseñado para iniciar una guerra, no un simple ataque a una aldea". Sus jefes desecharon tal plan como "fantasioso".

Los funcionarios a cargo de la seguridad nacional en Israel fueron incapaces de ver las razones por las que Hamás llevaría a cabo tal acción y por ello ignoraron las señales.

Pero ya se pretendiera romper el acercamiento que se venía dando entre Israel y los estados árabes, relanzar una yihad internacional tras el fracaso de Al Qaeda y el Estado Islámico, o quizá atraer la atención del mundo hacia la causa palestina, lo cierto es que, tal y como señalaba el informe ignorado, se quería iniciar una guerra y se consiguió.

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