Miles de personas, convocadas por partidos, sindicatos y organizaciones de izquierda, salieron este sábado a las calles de Francia para protestar por el nombramiento del derechista Michel Barnier como primer ministro por parte del presidente Emmanuel Macron.

El líder de la Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, fue uno de los líderes políticos presentes en el desfile de París, que comenzó en la plaza de la Bastilla, donde señaló que ésta será "una batalla y una lucha que durará tiempo".

Mélenchon confirmó la presentación de una moción de censura contra Barnier, que se han comprometido a votar todos los partidos de izquierda, en cuanto empiecen las sesiones en el Parlamento, algo que podría no ocurrir hasta octubre.

Cerca de 150 manifestaciones se organizaron este sábado por toda Francia, dentro de una acción de oposición dura a la que se añadirá esa moción de censura y también un procedimiento parlamentario para la destitución de Macron promovido por LFI, pero no por otros partidos de izquierda.

Mientras, el nuevo primer ministro, ha realizado su primer acto oficial tras el nombramiento en el Hospital Necker, un centro especializado en pediatría ubicado en la capital francesa para reunirse con profesionales sanitarios.

Organizaciones juveniles como la Unión de Estudiantes y la Unión de Escuelas Secundarias han convocado las protestas en todo el país con el apoyo de la Francia Insumisa, ecologistas, el Partido Comunista, el Nuevo Partido Anticapitalista y Génération·s, es decir, todo el Nuevo Frente Popular menos el Partido Socialista. También se han sumado varios sindicatos y organizaciones civiles como Attac.

El Nuevo Frente Popular (NFP) constituido por los partidos de izquierda para presentarse a las elecciones legislativas que convocó Macron de forma anticipada el 30 de junio y el 7 de julio obtuvo 193 diputados de un total de 577 y reclamaba al presidente poder formar gobierno al ser el primer grupo en la Asamblea Nacional.

En lugar de eso, Macron optó por Barnier, miembro de Los Republicanos (LR), el partido de la derecha tradicional, que se quedó con el 6% de los votos y 47 escaños, pero que cuenta con el apoyo implícito de la mayoría presidencial saliente (166 diputados).

La razón esgrimida por el Elíseo es que era el único que no corría el riesgo de ser tumbado rápidamente con una moción de censura, ya que la extrema derecha de Marine Le Pen, que fue con diferencia el bloque más votado (un 37%, frente al 28% de la izquierda), aunque se quedó con solo 142 escaños, ha dicho que no votará una moción de censura contra él, al menos de momento.

Jordan Bardella, el presidente de la Agrupación Nacional (RN) de Le Pen insistió este sábado en que el suyo es "el primer partido de Francia" en votos y en diputados, y que la Cámara no puede hacer nada sin su "aprobación o censura". El líder ultra se felicitó de "haber impedido que la extrema izquierda se haga con el poder".

En respuesta a esas palabras, el primer secretario del Partido Socialista (PS), que no se ha sumado a las protestas en la calle contra Barnier que lidera LFI, acusó en su cuenta de X a Macron de haberse puesto "bajo la tutela" de la extrema derecha al nombrar a ese primer ministro.

El líder socialista enfrenta críticas dentro de su propio partido por parte de algunos barones, quienes se quejan de que el NFP adoptó una postura cerrada hacia el macronismo en su intento de formar un gobierno de compromiso, lo que ha resultado en el nombramiento de un primer ministro de derechas.

También se han pronunciado de forma similar en los últimos días otros dirigentes socialistas, como la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, o la presidenta de la región de Occitania, Carole Delga.

Decenas de personas protestan en Madrid

En Madrid, varias decenas de personas también se han manifestado para protestar por el nombramiento de Barnier, una designación que consideran "antidemocrática" y que, según ellos, no refleja el sentir de los franceses expresado en las elecciones del pasado 7 de julio, en las que ganó la coalición de izquierdas.

A partir de las 12.00 horas se han ido congregando los manifestantes, tanto franceses como españoles, en la céntrica plaza de la Villa de París, cerca del consulado francés, en la que el presidente francés, Emmanuel Macron, ha sido el blanco de las críticas.

Además de cánticos solicitando su dimisión, los manifestantes le han tildado de "traidor" y "canalla". También han portado pancartas en las que, entre otras consignas, se podía leer "La gente vota, Macron conspira" o "La democracia francesa, en peligro", todos ellas escritas en francés.

En cambio, los congregados han vitoreado a Jean-Luc Mélenchon y su partido, la Francia Insumisa, que también ha convocado -junto a otras agrupaciones de izquierdas- manifestaciones en Francia por la negativa a nombrar como primera ministra a la candidata Lucia Castets, de la coalición Nuevo Frente Popular.

Michael Blanchard, secretario en la península Ibérica de Los Ecologistas, partido también integrado en el Nuevo Frente Popular, ha incidido en la falta de "respeto a la democracia" que, a su juicio, supone el nombramiento de Barnier.

"Hemos hecho unión con el centro para que no gane la extrema derecha, y ahora está dando un Gobierno a la derecha que va a depender la extrema derecha. Eso no lo aceptamos", ha apuntado antes de deslizar su deseo de que se presente una moción de censura contra el nuevo Gobierno francés.

Al final de la protesta varios de los participantes han leído un manifiesto en el que acusan a Macron de negarse a asumir la derrota en las elecciones y de maniobrar para no respetar "la voluntad del pueblo".

"¿A quién estamos engañando? ¿Cómo puede Emmanuel Macron comportarse como si el 7 de julio no hubiera ocurrido? ¿Cómo puede gritar en la cara del pueblo francés que su voto, su voluntad, no tienen importancia? El presidente de la República se está comportando de manera antidemocrática", han leído algunos de los manifestantes.