El Kremlin ha anunciado la completa rendición de la acería Azovstal. Así lo ha señalado el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, que ha añadido que se ha producido la entrega de los últimos 531 combatientes en lo que ya era considerado un símbolo de la resistencia ucraniana. 

Shoigú ha transmitido al presidente ruso, Vladímir Putin, que ha concluido "la operación y la completa liberación de la planta de Mariúpol", principal ciudad portuaria con acceso al mar de Azov.

Entre estos soldados, se encuentran los comandantes del batallón nacionalista ucraniano Azov. Moscú ha considerado a los integrantes de este grupo radical "neonazis" y "criminales de guerra", según ha expresado el portavoz militar ruso Ígor Konashénkov.

El general ha indicado que el comandante de los Azov ha sido evacuado en un vehículo blindado, aunque no ha revelado el nombre. Según la agencia Efe, podría tratarse de Denís Prokorenko, que esta mañana ha expresado en un vídeo tener confianza en que los combatientes ucranianos sean intercambiados por prisioneros de guerra rusos. 

Sin embargo, los representantes rusos, entre los que se encuentra el presidente de la Duma, han defendido que los soldados que han resistido sean juzgados en territorio ruso por sus crímenes en el Donbás. También han manifestado su voluntad de declarar a Azov como una organización terrorista. 

Konashénkov no ha precisado el destino al que llevarán a los combatientes. Estos últimos días, las tropas rusas han trasladado a algunos de ellos a territorio ruso y a otros a zonas controladas por las milicias prorrusas en la región de Donetsk. De esta forma, las fuerzas de Putin controlan la totalidad de Mariúpol y, según el Instituto para el Estudio de la Guerra, las autoridades rusas y sus delegados están buscando establecer un control administrativo en la ciudad.

Mientras, las tropas rusas han intensificado la ofensiva en la ciudad de Popasna con el objetivo de avanzar hacia el norte para tratar de ocupar Severodonetsk. Ambas localizaciones están en el este del país, donde Rusia ha redoblado su presión estas últimas semanas. 

Asimismo, las fuerzas de Rusia han intentado recuperar posiciones que perdieron en la ciudad de Kharkiv, en el norte del país. Y también se han registrado movimientos navales alrededor de la Isla de las Serpientes, donde se han agrupado más fuerzas rusas.  

Italia propone un plan para la paz

Entretanto, el Gobierno ucraniano está "estudiando" la propuesta de Italia para alcanzar la paz y poner fin a la guerra. Así lo ha asegurado el portavoz del Ministerio de Exteriores de Kiev, Oleg Nikolenko: "La parte italiana ha compartido su visión sobre las maneras de concluir el conflicto de Rusia contra Ucrania. Las propuestas relevantes están siendo estudiadas".

El representante ucraniano ha afirmado que están abiertos a cada uno de los esfuerzos internacionales para restaurar la paz, pero añade que "toda decisión política debe basarse en el respeto a la soberanía e integridad territorial de Ucrania, en sus fronteras reconocidas internacionalmente".

La propuesta italiana, presentada por el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, en la ONU, se trata de un plan para "facilitar un diálogo por pasos" entre Rusia y Ucrania. La estrategia comprende cuatro fases: la primera es un alto el fuego bajo supervisión de Naciones Unidas y a continuación un acuerdo sobre el estatus de Ucrania en relación a la OTAN y a la Unión Europea. El tercer paso pasa por una resolución de las cuestiones territoriales, algo que incluye a la península de Crimea y el Donbá. El último movimiento debe ser llegar a un nuevo pacto de seguridad en Europa.