El Sella tiene un ascenso pendiente: la competición en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres. Algo que todavía no ha ocurrido pese a la lucha que lleva varios años liderando una deportista. Beatriz Manchón se ha convertido en la primera piragüista en denunciar la discriminación de la mujer en este deporte. 

Manchón no puede competir en igualdad de condiciones en la categoría absoluta de piragüismo del Descenso Internacional del Sella. En 2016, esta noticia puso en el punto de mira la desigualdad de género en el deporte. Ocho años después, la piragüista sevillana asegura a Público que quienes elaboran las normas en el deporte español "no quieren que las mujeres hagamos historia".

El Tribunal Supremo sentenció que el caso de Manchón no presentaba desigualdad de género. La deportista cuenta que ha tenido que asumir una batalla en la que, según ella, han "ganado" argumentos como que "la mujer no puede competir en las mismas condiciones que el hombre para proteger su integridad física" o "las mujeres pueden entorpecer el transcurso de la carrera". 

Durante este tiempo, el Instituto Asturiano de la Mujer, distintos órganos políticos, una recogida de 62.000 firmas y la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional, han acompañado a Manchón en su lucha. Sin embargo, la piragüista considera que las leyes españolas en el deporte "no están preparadas para estos casos". "La igualdad real no existe", afirma.

Discriminación por razón de género

En el año 2016, Manchón decidió inscribirse junto a su compañero Manuel Busto en el Descenso Internacional del Sella. La Federación Española de Piragüismo permite que las embarcaciones mixtas participen en la categoría masculina en competiciones de este tipo. De hecho, esta no era la primera vez que ambos piragüistas habían participado juntos en un descenso en igualdad de condiciones que los hombres. Y, en todos ellos, Busto y Manchón obtuvieron resultados sobresalientes.

El Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella (CODIS) obligaba a ambos deportistas a ocupar la posición número 700 en la salida de la carrera si querían participar. Manchón denunció ante el Juzgado de Cangas de Onís la discriminación en esta competición por razón de género, ya que en este descenso los hombres son los primeros en salir de la orilla del río.

La sentencia del Juzgado respaldó que el CODIS no incurría en discriminación de género, a lo que Manchón apeló ante la Audiencia Provincial. En la sentencia se destacó que las características del río y el alto nivel de participación en esta competición determinan la necesidad de adoptar lo que llama "sistemas lógicos". 

"Si una mujer gana, no hay nivel en la competición"

La competición del Descenso del Sella se inicia a ras de orilla, por lo que la posición en puestos de salida es crucial para optar al podio. Para ordenar a los participantes, días antes hay una prueba contrarreloj clasificatoria para designar a los 20 primeros. El resto de los participantes arrancan en posiciones indicadas a través de un sorteo.

Las embarcaciones femeninas empiezan el descenso en posiciones más atrasadas que las masculinas. Y, más atrás de las femeninas, comienzan las embarcaciones mixtas, donde se encontrarían Manchón y Busto. El Supremo subrayó que la norma se basa en una cuestión organizativa, y que, si Manchón saliera en las primeras posiciones junto a los hombres, estaría discriminando al resto de sus compañeras mujeres que salen en posiciones posteriores.

La piragüista sevillana asegura que en este tipo de competiciones los hombres salen con una ventaja competitiva. "Esto supone que la visibilidad gira en torno a ellos y dificulta la posibilidad de buscar un patrocinador, ya que estos se enfocan en la cabeza de carrera", lamenta. La deportista asegura que quienes elaboran las normas en el deporte español creen que "si una mujer gana significa que no hay nivel en la competición".

Manchón lamenta que su lucha no haya terminado con una victoria y subraya que la discriminación de género en la competición de este tipo de descensos seguirá afectando a sus compañeras hasta que no se modifiquen las normas.