El TSJA confirma la condena a un profesor de Málaga por abusar, acosar y controlar a una alumna durante tres años
El acusado y la menor comenzaron a entablar conversaciones por Whatsapp que derivaron en tocamientos y abusos sexuales continuados en distintos escenarios. El hombre deberá cumplir 11 años y diez meses de cárcel.
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madrid, Actualizado:
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado este jueves la condena a 11 años y diez meses de prisión impuesta por la Audiencia de Málaga para un hombre por delitos de abusos sexuales y por someter a un "acoso continuo y a un férreo control" a una alumna durante tres años. Así, se desestima el recurso de apelación presentado por la defensa del acusado.
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Según se declaró probado en la sentencia de la Audiencia de Málaga, y ahora ha ratificado el tribunal andaluz, el acusado ejerció como profesor en un centro educativo de la provincia de Málaga donde, tras pedir permiso a los padres, creó un grupo de Whatsapp con sus alumnos. Así fue como el hombre tuvo acceso a los datos de la menor, con la que comenzó a mantener conversaciones privadas a finales de 2014.
En un principio, todos los mensajes eran acerca de cuestiones relacionadas con asuntos escolares pero, poco a poco, fueron ascendiendo al plano personal. Con el paso del tiempo, el hombre comenzó a sostener conversaciones con su alumna de índole sexual, "a pesar de que se trataba de una menor, sin experiencia alguna en dicha materia", según apunta la sentencia.
Quedaba con la menor
En la misma época en que el profesor mantenía conversaciones con su alumna, también empezó a quedar con ella a la hora del recreo. En una ocasión, ambos se encontraron en un aula y, de manera sorpresiva, la primera vez que se acercó físicamente a ella, "la cogió por detrás, la abrazó y la besó. A partir de entonces la fue seduciendo y comenzaron a mantener frecuentes encuentros cada vez más íntimos, aprovechando los recreos escolares", según la sentencia.
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Según se recoge en la resolución, también la citaba por la tardes en el aula de su clase del centro escolar, al menos una vez a la semana, donde le realizaba tocamientos y abusaba sexualmente de ella. Dichas prácticas también se repitieron en un descampado donde el procesado la llevó varias veces tras recogerla en su coche.
"No quería que hablase con nadie"
La profesora del colegio donde se estaban produciendo los hechos sospechó de ellos cuando otra alumna le comentó algo y ella y otro profesor comprobaron en dos ocasiones que el acusado estaba en un aula a solas con la alumna. Un inspector habló con el hombre, que "le negó los hechos", por lo que el centro no adoptó más medidas que tratar el tema del acercamiento de los alumnos a los profesores en una reunión.
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El procesado, según la resolución, "ejercía un férreo control de todos sus movimientos, impidiéndole realizar cualquier tipo de actividad si no era con su conocimiento y consentimiento". En el verano de 2015, le dijo "que no quería que hablase con nadie, exigiéndole capturas de los chats que mantenía abiertos para conocer las conversaciones y con qué personas se estaba relacionando", según dicta la sentencia.
También se declaró probado, y ahora ha sido ratificado, que el acusado abusó de la menor durante el viaje de estudios y, además, en al menos dos ocasiones, él reservó una habitación de hotel y le indicó "cómo debía vestirse, maquillarse y peinarse para aparentar tener más edad". Por otro lado, tampoco dejaba que su alumna se durmiera hasta que él la llamaba y le daba las buenas noches.
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El acusado, además, creó cuentas falsas para dirigirse desde ellas a amigos de ella a los que "les hablaba mal de ella con el fin de desprestigiarla". También por redes sociales, el hombre insistió hasta que logró que la alumna le remitiera fotografías suyas de índole pornográfica o de su cuerpo en posiciones eróticas.
Un total de 2.937 en menos de dos años
Cuando ella fue consciente "del daño que esta situación le estaba provocando, decidió romper cualquier tipo de contacto con el procesado, si bien él no aceptó dicha decisión y la llamó por teléfono repetidas veces". Se han contabilizado un total de 2.937 llamadas entre octubre de 2016 y enero de 2018, además de que le enviaba mensajes de Whatsapp "aun con más frecuencia" que antes.
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Cuando la menor ya no pudo más, con 15 años, decidió contarle a su madre lo que le estaba pasando y la presentaron una denuncia. A raíz de toda esa situación, ha tenido que acudir a la Unidad de Salud Mental Infanto Juvenil a recibir tratamiento psicológico.
Para el TSJA, esa "amplia y repetitiva experiencia sexual alumna/profesor fue progresando con el tiempo para ampliar los espacios donde tenía lugar". Además, confirma la "intromisión del acusado en la vida de la menor hasta convertirse en un auténtico hostigamiento, tanto mientras duró su relación sentimental/sexual como después de la ruptura decidida".
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Dos delitos de abusos sexuales
Por estos hechos se le condenó por dos delitos de abusos sexuales, uno continuado, y por otro de acoso. Además de prisión, se le ha impuesto el pago de 60.000 euros de indemnización, así como la prohibición de aproximarse o comunicarse con la víctima durante un periodo de diez años, según se recoge en la sentencia, adelantada por Diario SUR.
Asimismo, se mantiene la pena de inhabilitación para cualquier tipo de profesión u oficio que conlleve contacto con menores durante 20 años, libertad vigilada por un periodo de diez años, y la obligatoriedad de someterse el procesado a un programa de educación sexual.