Opinión
¿Para qué servirán el 'Rearm Europe' y el libro blanco de la Defensa?


Profesora de Ciencia Política y Estudios Europeos en la UCM.
-Actualizado a
El plan Rearm Europe presentado hace unos días por la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, no fue demasiado concreto más allá de dar una cifra inmensa: 800.000 millones de euros para gasto en Defensa. La primera reacción fue impactante; en general no hubo discrepancias sobre la necesidad de incrementar el gasto en defensa en el marco de los Estados Miembros. De hecho, todos ellos, los 27 dieron el ok al plan de Von der Leyen sin fisuras. Cuando se trata de incrementar el gasto en defensa no hay fisuras. Hubo más problemas con la cuestión de la unanimidad para continuar apoyando a Ucrania. Ahí Hungría se desmarcó, pero esa es otra historia.
Sorprendió observar, no obstante, como no se esgrimió ningún argumento ni tan siquiera para pedir algo más de detalle sobre un incremento del gasto que iba a recaer fundamentalmente sobre los presupuestos de los Estados miembros. Ahí fue cuando definitivamente se hizo realidad el relato sobre el que se venía trabajando desde hace tiempo y que justo ahora ha encontrado su ventana de oportunidad. La quiebra del vínculo transatlántico en combinación con la asertividad rusa daban el marco perfecto para articular un relato sin fisuras: Europa se encuentra bajo una amenaza terrible y ya no tenemos quién nos defienda ¿Quién podría resistirse a una lógica tan contundente?
Incluso alguien ajeno a estas cuestiones podría llegar a preguntarse que, si tan poderoso es el ejército ruso, ¿cómo es posible que en tres años no haya conseguido controlar a Ucrania? Un país mucho más pequeño territorial y demográficamente, y que, aunque ha contado con ingentes cantidades de ayuda financiera y militar (insuficiente para ganar la guerra), todavía no ha sido arrasada en su totalidad.
Quizás la respuesta podría ser que en Europa no se gasta lo suficiente en Defensa, aunque es sabido que el conjunto de los presupuestos europeos superaba casi en cuatro veces en 2022 al ruso. Entonces, ¿dónde está el problema? La respuesta es simple, no existe una fuerza militar de la UE, sino la suma de sus partes, algo que es altamente ineficiente. Por tanto lo que haría falta sería una mayor coordinación entre todos y avanzar en la conformación de un ejército europeo. Esto, claro, tiene que ser lo que propone la Comisión; y, sin embargo, no ha sido así.
Una vez pasado el shock inicial los distintos gobiernos volvieron a sus capitales a digerir la noticia ,y a pensar en cómo harían para poder realizar la encomienda que se les había encargado. Es claro que existe un consenso amplio acerca de la necesidad de avanzar en pos de una autonomía estratégica. Pero esto no es algo nuevo. Justo en 2022 se presentaba, casi en paralelo con el inicio de la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania, la denominada Brújula Estratégica donde se apuntaban ya algunas cuestiones esenciales, como que es imprescindible ser menos dependientes en materia energética, de suministros y de defensa (allí donde la UE había delegado a lo largo de los años en terceros actores: Rusia, China y EEUU). Por tanto, nada nuevo. La variable que cambia la ecuación no es el ataque a Ucrania, sino el cambio de rumbo estratégico de EEUU. Ya venía avisando desde los tiempos de Obama de que esto podría pasar. Trump ha acelerado el proceso, nada más.
Pero, si no es algo nuevo y es una idea sobre la que se lleva trabajando cierto tiempo, quizás la UE podría haber estado más preparada; sin embargo, este no ha sido el caso. La confianza ciega en la OTAN, una organización cuyo origen se sitúa en el Guerra Fría, es lo que ha hecho que los países europeos se hayan relajado en la política de defensa. De los tres ejes de dependencia era imposible que justamente el militar pudiera fallar. De los chinos y los rusos se podía esperar cualquier cosa, no así de los norteamericanos. Y no será porque ya en otras ocasiones no nos hubieran demostrado a los europeos que por encima de cualquier cosa lo primero estaba su interés particular.
En esta tesitura podría parecer del todo razonable que alguien con los arrestos de Von der Leyen cogiera al toro por los cuernos y diera un giro de 180 grados a la situación en un periodo de tiempo récord de cinco años, justo los que dura su segundo mandato. El problema es que el plan Rearm Europe y el libro blanco de la Defensa no tienen como objetivo avanzar hacia la autonomía estratégica europea, o, si se prefiere, hacia la construcción de la Unión Europea de la Defensa que tenga capacidades disuasorias ante una potencia como Rusia. Así que, si no es para construir una autonomía estratégica ni para ganar en disuasión creíble, sólo resta deducir que esto va de un plan Rearm Ucrania: se trata de tener la capacidad para sustituir una potencial salida de EEUU del conflicto en Ucrania.
Esto explica muchos de los detalles que se han conocido durante las últimas horas, como que la OTAN continuaría siendo la piedra angular de la defensa europea, o como que sólo quedarían sujetas al 65% de componentes Made in Europe aquellas compras realizadas con los préstamos impulsados por la Comisión Europea. El resto de las adquisiciones individuales a cargo de los presupuestos nacionales (el grueso de la cantidad informada) podrá dedicarse a compras de otros proveedores (Países Bajos ya ha declarado que va a comprar aviones F35 a EEUU dentro de este marco presupuestario). Así que industria europea sí, ma non troppo.
Se trata, además, de un plan que no avanza en una mayor integración política en el seno de la UE, que apunta a mayor interoperabilidad de los ejércitos sin más (una interoperabilidad que no se realiza en exclusiva entre los estados de la UE, sino también con otros)... Así que ni ejército europeo, ni autonomía industrial de defensa, ni tampoco una UE de la Defensa, pero sí un incremento considerable del gasto en defensa para nutrir a una industria europea, y no europea, que acepte a seguir produciendo armamento durante un largo periodo de tiempo.
Y si eso es así la amenaza tiene que ser creíble, pero ¿está Rusia en disposición de atacar a otros países europeos? Sabemos que la guerra híbrida esta operativa, pero para eso no hacen falta carros de combate. Entonces ¿de qué estamos hablando? Pues ni más ni menos que sobre el refuerzo del pilar europeo de la OTAN. En ello trabajan ya Francia, Reino Unido, Alemania y los países nórdicos. Y sobre esa base se pondrá en marcha un proceso de modernización industrial que, entre otras cosas, conseguirá sacar a Alemania de su tercer año de recesión y se conseguirá pagar a Francia su paraguas nuclear, pero en ningún caso avanzará en más autonomía estratégica, al menos no dentro de la UE. Por tanto, esto no va de más UE. Saquen sus conclusiones.
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