El puerto de Sagunto ocupa un lugar preferente en la ruta de los barcos de la muerte saudíes. La terminal marítima valenciana se ha convertido en una de las principales escalas en la ruta europea que utiliza la dictadura de Salmán bin Abdulaziz para transportar armamento comprado en distintos países. 

El Bahri Yanbu, uno de los seis buques empleados por Arabia Saudí para cargar todo tipo de material militar, se convertirá el próximo día 31 en el tercer barco del régimen que atraca en Sagunto en menos de tres meses. Será, además, la escala número 40 de un barco saudí en España desde que la monarquía absolutista emprendió los ataques contra Yemen en marzo de 2015.

"Una desagraciada cifra", apunta Luis Arbide, experto en el seguimiento de las actividades de estos buques e integrante de la comisión La Guerra Empieza Aquí de Ongi Etorri Errefuxiatuak. Todas esas visitas han estado cubiertas por un manto de silencio oficial: los sucesivos gobiernos han mantenido un absoluto hermetismo sobre las cargas realizadas por estos barcos en puertos españoles.

Solo ha habido una excepción. En una respuesta escrita enviada al diputado de EH Bildu Jon Iñarritu en noviembre de 2021, el Gobierno admitió por primera vez que el barco Bahri Jeddah había utilizado la escala realizada un mes antes en Sagunto para "cargar dos contenedores con cartuchos no metálicos y dos contenedores de cohetes con carga explosiva".

La terminan marítima de esta localidad valencia apareció por primera vez en la ruta europea de los buques saudíes en febrero de 2019. De acuerdo a los datos recopilados por Arbide, la naviera Bhari ha utilizado este puerto hasta en diez ocasiones. La última escala tuvo lugar el pasado 10 de octubre, cuando el Bahri Hofuf arribó a dicha terminal.

Ese mismo día, activistas de Amnistía Internacional (AI) junto a militantes del Movimiento de Objeción de Conciencia y de Acció Ecologista - Agró –entre otros colectivos– se concentraron allí para protestar contra esa visita. 

Las escalas de barcos saudíes en Sagunto cuentan además con el rechazo del Ayuntamiento de esta localidad valenciana. En abril de 2021, el pleno municipal aprobó una moción presentada por Esquerra Unida, PSOE y Compromís en la que se instó a las autoridades políticas y portuarias a "condenar la entrada de cualquier nave que transporte armamento". 

Sin embargo, ni las protestas de las asociaciones de derechos humanos ni tampoco los reclamos formulados de forma oficial por el Ayuntamiento de Sagunto han sido suficientes para que el Gobierno impidiese la llegada de nuevos barcos de la muerte saudíes a ese puerto valenciano.

Génova y Sagunto

El activista Luis Arbide aporta otro dato relevante. A día de hoy, Génova y Sagunto son los dos únicos puertos europeos visitados "por estos infames viajeros". Ambas terminales marítimas ocupan así un lugar clave en la ruta europea de la naviera pública saudí en el transporte de armamento, un negocio que mueve toneladas de dinero.

La llegada de estos buques se incrementó al calor de los ataques contra Yemen. No en vano, desde que la coalición encabezada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos iniciara la campaña militar en ese empobrecido país, la Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Material de Defensa y de Doble Uso (JIMMDU) –encargada de autorizar las exportaciones de armas por parte de empresas españolas– dio su visto bueno a operaciones armamentísticas con ambas dictaduras por un valor superior a los 2.400 millones de euros.

Los barcos de la naviera Bhari ocupan un papel central en ese negocio, ya que cumplen la tarea de cargar el material militar adquirido por Arabia Saudí. En el caso de España, los buques cuentan con garantías de absoluta confidencialidad sobre el armamento que suben a las bodegas.

A finales de agosto pasado, el Ministerio de Defensa que dirige Margarita Robles facilitó la renovación automática del acuerdo suscrito entre el CNI y la dictadura saudí en 2016 para garantizar la "protección mutua de información clasificada en el ámbito de la defensa", otro aspecto fundamental para blindar la venta de armas.