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Los candidatos de ERC se enrocan en sus posiciones en el debate decisivo previo al congreso del partido

Las candidaturas alternativas a Junqueras cuestionan el liderazgo del expresidente, mientras la sombra de la estructura B planea sobre la discusión.

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Los tres candidatos presidenciables de ERC en un debate en la sede nacional del partido. — ERC

barcelona, Actualizado:

A cuatro días de la votación para decidir el liderazgo de ERC en el marco del 30º Congreso Nacional del partido, los tres candidatos a la presidencia se han mantenido firmes en sus propuestas durante un debate celebrado en la sede nacional en Barcelona. El evento, más que un intercambio de ideas o réplicas entre rivales, ha servido para reforzar los discursos de cada candidatura, mostrando una falta de interacción inicial.

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Oriol Junqueras, de Militància Decidim, ha hecho un llamamiento a "salvar ERC" y ha detallado medidas para impulsar una Catalunya próspera. Por su parte, Xavier Godàs, de Nova Esquerra Nacional, ha abogado por iniciar una nueva etapa con una dirección renovada que priorice un proyecto político sólido con la mirada puesta en las elecciones municipales de 2027. Helena Solà, de Foc Nou, ha sido especialmente crítica con la gestión de la anterior ejecutiva, destacando la sombra de la estructura B y prometiendo acabar con el "vasallaje" al PSC.

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El debate, moderado por el vicesecretario de comunicación del partido, Oriol Duran, se ha estructurado en varios bloques. Los candidatos han expuesto los motivos por los cuales quieren presidir ERC, las diferencias con las otras candidaturas, cómo esperan recuperar la confianza de la militancia y cuál será su primera acción si son elegidos.

Junqueras centra el discurso en la militancia

Junqueras, el candidato con más avales, ha puesto énfasis en los retos que afectan al país, como la pobreza, el aumento de los precios del alquiler, la calidad de los servicios públicos y la mejora de las infraestructuras. Según él, el partido debe priorizar "acciones políticas efectivas" y reconectar con sectores clave como los agricultores y los trabajadores, que considera desatendidos en los últimos años.

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Esta estrategia ha servido a Junqueras para esquivar las críticas sobre la estructura B y las preguntas directas sobre su voto en la consulta para la investidura de Salvador Illa. Sin embargo, Helena Solà ha lanzado un ataque frontal, afirmando que "no se puede acusar a Illa de ser un delegado de la Moncloa durante la campaña y, después, entregarle la llave de la Generalitat". Solà también ha denunciado la falta de coherencia del partido y ha asegurado que el aparcamiento de la independencia es la causa principal de la pérdida de apoyos en los últimos años.

Solà y Godàs exigen responsabilidades

La única mujer presidenciable ha defendido que para recuperar la confianza de la militancia es necesario "hacer limpieza" y "recuperar el orgullo de pertenencia". Ha anunciado que, si gana, contratará una auditoría para esclarecer los asuntos internos, mientras Junqueras ha propuesto la creación de una Comisión de la Verdad. La candidata de Foc Nou también ha subrayado su oposición total a pactar con el PSC, que considera incompatible con los valores del partido.

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Godàs, por su parte, ha presionado a Junqueras para que revelara su apoyo a Illa, a la vez que ha prometido asumir responsabilidades en cualquier situación, "sea buena, mala o regular", si lidera el partido. Sobre la estructura B, ha cargado contra la falta de transparencia y ha subrayado la necesidad de una separación clara entre los cargos en el Govern y la organización interna de ERC.

Junqueras ha intentado desviar la atención, afirmando que solo se considera responsable del partido "cuando tenía plena capacidad", en referencia al período que pasó en prisión. Esta misma semana ha trascendido que durante su encarcelamiento en Lledoners recibió más de 500 visitas.

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Un debate con menos reproches de los esperados

A pesar de los desacuerdos, el debate ha resultado más conciliador de lo previsto. Junqueras ha invitado al resto de candidatos a trabajar juntos para recomponer el partido, mientras Godàs ha propuesto colaborar en la redacción de una ponencia política. Las principales diferencias han surgido en puntos como la relación con el PSC y la necesidad de regeneración interna, con Solà manteniendo una postura inflexible y Godàs apostando por una dirección más pragmática.

En definitiva, el debate ha reflejado un ERC dividido, con visiones contrapuestas pero con un denominador común: la necesidad de recuperar la confianza de la militancia y reconstruir el proyecto político del partido para afrontar los retos futuros.

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