Como era previsible, la actualidad política ha pasado por delante de las propuestas económicas y el caso Pegasus, el escándalo de espionaje que se arrastra desde hace más de dos semanas, ha marcado la sesión inaugural de la reunión anual del Cercle d'Economia. Como manda la tradición, el encargado de abrir el 37 encuentro del lobby económico -que este año se celebra en el Hotel W, en Barcelona- ha sido el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, quien ha dedicado los minutos iniciales de su intervención a hablar del caso Pegasus. Y lo ha hecho en términos duros, hasta el punto de advertir al presidente español, Pedro Sánchez, de que la gestión que está haciendo del caso de espionaje "está dinamitando la vía del diálogo y la negociación" para resolver el conflicto político.

Este viernes, Sánchez será precisamente el encargado de cerrar las jornadas del Cercle, que reúnen a buena parte de la élite política, empresarial y económica catalana. Aragonès ha insistido en que él mantiene su compromiso por la vía del diálogo y la negociación para llegar a un "acuerdo que permita dar la palabra a los catalanes" como solución al conflicto entre Catalunya y el Estado, pero ha instado a la Moncloa a crear un "punto de inflexión" que permita "reconstruir una confianza mínima" para "reanudar la negociación". Y lo ha rematado diciendo que si Sánchez se cree el diálogo con Catalunya, debe "depurar responsabilidades" por el caso Pegasus. La semana pasada, Aragonès ya pidió la cabeza de la ministra de Defensa -y como tal, responsable política del CNI-, Margarita Robles.

Hay que "detener la espiral inflacionista"

Bajo el título "El momento de Europa. Esperanza política, autonomía estratégica", el Cercle plantea su encuentro anual a partir de la idea de la necesidad de impulsar unos nuevos "Pactos de la Moncloa", que permitan afrontar un "malestar social" que va a más, en parte por una inflación desbocada que está recortando el poder adquisitivo de buena parte de la población. En este sentido, cuando ha hablado del ámbito estrictamente económico, el presidente de la Generalitat ha situado como prioridad "detener la espiral inflacionista", porque si "no somos capaces de hacerlo, la consecuencia será una pérdida aún mayor del poder adquisitivo para la mayoría del país". "Hay que tomar medidas adecuadas para que no se genere una nueva crisis social".

Aragonès, que tras su anterior etapa como conseller de Economía ya no transmite la sensación de ser un actor ajeno en los encuentros empresariales, ha querido poner en valor que en el último año el crecimiento de la economía catalana -del 5,8% del PIB- ha sido "superior a las medias española y europea" y ha defendido la necesidad de fortalecer "la economía productiva del país". Sin embargo, es consciente de que en parte esto depende de la apuesta que hagan las administraciones y por eso ha defendido la necesidad de disponer de más recursos, algo que pasaría por que el Estado aumente el margen de déficit de la Generalitat, una petición que, hasta ahora, el Gobierno no ha atendido.

Paralelamente, ha reclamado un "pacto de rentas" que permita un incremento de los salarios y palie la pérdida de poder adquisitivo. Además, también ha insistido en dejar atrás los "discursos derrotistas", con el argumento de que, a nivel estatal, Catalunya lidera la creación de empleo, las exportaciones y la captación de inversión extranjera y ha afirmado que la aspiración es captar el 20% de los fondos Next Generation que lleguen al Estado español, básicamente porque es el volumen que corresponde a la economía catalana. Con el añadido verde siempre presente -al menos en el plano retórico-, Aragonès ha dejado claro que es primordial intensificar el proceso de reindustrialización de Catalunya, para que vuelva a ser unos de los territorios más industrializados de Europa.

Colau quiere un gran pacto para combatir la desigualdad

En la jornada inaugural también ha intervenido la alcaldesa de Barcelona, ​​Ada Colau, quien ha defendido la necesidad de "diálogo y consensos" en un contexto como el actual, que directamente ha definido como un "cambio de era". Con todo, Colau se ha alejado bastante del discurso dominante en un foro como éste -en las notas de opinión que hace el propio Cercle d'Economia, por ejemplo- y ha priorizado un pacto para "combatir la desigualdad", aparte de reclamar un cambio en el modelo productivo y en los hábitos de consumo "porque son insostenibles y nos estamos cargando el planeta". Ahora bien, ha querido dejar claro que estos pactos y diálogos deben ser amplios y en el caso estatal no pueden reducirse a una especie de tentación de "gran coalición" entre PSOE y PP, básicamente porque "el bipartidismo no volverá".

Como Aragonés, Colau también defiende la necesidad de un pacto de rentas, que a partir de una mejora salarial, una contención de precios y medidas fiscales evite la pérdida de poder adquisitivo y, sobre todo, una ruptura social debido a la desigualdad. Y ha advertido que cuando la desigualdad crece, se abona el terreno para la polarización, un fenómeno que va a más a nivel global. Además, también ha defendido la necesidad de un cambio de modelo energético, para acabar con la dependencia de los combustibles fósiles, y ha vuelto a mostrar su oposición a la ampliación de grandes infraestructuras como el Puerto de Barcelona o el aeropuerto del Prat, básicamente porque no serían sostenibles medioambientalmente.

Faus reclama una mejor financiación para Catalunya

El encargado de presentar a Aragonés y a Colau y de abrir la reunión ha sido el presidente del Círculo de Economía, Javier Faus, para quien para afrontar retos como los derivados de la invasión rusa de Ucrania o las crisis energética, económica y social, "necesitamos unidad, pero también pragmatismo y realpolitik, que es necesario para llevar a cabo las políticas necesarias".

Dicho esto, ha puesto de relieve que Catalunya ha experimentado un crecimiento menor al de otros territorios del Estado en los últimos 20 años, si bien no está en decadencia como apuntan determinados discursos. A nivel político, más allá de apelar a la "estabilidad", ha reclamado una "mejor financiación" para Catalunya, a la vez que ha defendido la ampliación del aeropuerto de El Prat, un proyecto que genera un fuerte rechazo ciudadano como consecuencia de su impacto ambiental. Como, minutos más tarde, mostraría la propia Ada Colau.