Este artículo se publicó hace 3 años.
La contrarreforma laboral de la CEOE no rompe la mesa de diálogo y Gobierno y agentes sociales avanzan en la negociación
La patronal presentó una propuesta que, entre otras cuestiones, rechazaba los límites a la temporalidad defendidos por el Ejecutivo y los sindicatos. Desde CCOO se advirtió de que si el empresariado no daba marcha atrás habría movilizaciones, pero la reun
Madrid-
La reunión de la mesa de diálogo social que aborda la reforma laboral celebrada este miércoles ha sido una prueba de fuego que ha servido para blindar el foro ante eventuales rupturas (un escenario que todavía no se descarta en ningún caso).
Los antecedentes de la misma y los acontecimientos que se sucedieron el martes y en la mañana del miércoles anticipaban un encuentro tenso que podría reforzar el bloqueo que la mesa sufre, debido sobre todo a la complejidad de los asuntos que trata y al alejamiento de las posiciones entre las partes.
El martes tuvo lugar una reunión en la que, por primera vez, la CEOE presentó una propuesta integral que abordaba todos los temas que se estaban tratando en la negociación de la reforma laboral.
Este documento rechazaba de facto los límites a la temporalidad que tanto el Gobierno como las organizaciones sindicales querían establecer, y suponía prácticamente una enmienda a la totalidad en muchos de los asuntos en los que se habían producido avances, como la negociación colectiva o la recuperación de la ultraactividad.
El movimiento del empresariado no gustó nada a las organizaciones sindicales, y este mismo miércoles el secretario general de CCOO, Unai Sordo, advirtió de que si la patronal no retiraba esta propuesta que solo buscaba, a su juicio, provocar "tensión" en la mesa de diálogo por su "agresividad" con los trabajadores, los sindicatos convocarían movilizaciones "de alto voltaje".
Sin embargo, al término de la reunión de este miércoles, el escenario ha sido completamente distinto del esperado. Tanto desde el Ejecutivo como desde las organizaciones sindicales se ha trasladado que se han producido "avances" en materias tan sensibles y con posiciones tan alejadas entre las partes como los contratos temporales y el impulso del contrato fijo-discontinuo.
Lejos de derivar en una ruptura o en un incremento de la tensión, en este último encuentro se ha constatado que hay posibilidad de llegar a acuerdos en las materias más complejas de la reforma laboral, aunque se admite que las posiciones siguen alejadas en muchos temas y se insiste en que este miércoles no se ha cerrado ningún punto concreto.
Algunas fuentes conocedoras de las negociaciones ya apuntaban el martes que el hecho de que la patronal presentara una propuesta concreta a la mesa, lejos de ser contraproducente, era algo positivo, porque permitía salir de la dinámica de bloqueo y conocer los "límites" del empresariado a la hora de negociar. "Es un punto de partida en un momento clave", aseguraban estas mismas fuentes.
Recelo sindical
Sin embargo, las organizaciones sindicales recibieron con recelo la propuesta de la CEOE, sobre todo porque muchos de sus contenidos pretendían impugnar los avances logrados. Finalmente, la reunión ha sido bien valorada por todas las partes, que destacan el "buen ambiente de trabajo".
Por parte de la UGT, ya se advirtió el mismo martes que la propuesta de la CEOE incluía algunos aspectos "absolutamente inasumibles" y advirtió de que los aspectos cruciales como la prevalencia del convenio del sector sobre el convenio de empresa eran temas irrenunciables para el sindicato socialista.
Desde UGT también se criticó que la propuesta de la patronal incluyera elementos nuevos o superados por la propia negociación, dando a entender que querían reabrir temas prácticamente cerrados. UGT no quiso valorar la reunión de este miércoles, pero fuentes consultadas indicaron que había ido mucho mejor de lo que se preveía a primeras horas de la mañana.
La mesa de diálogo social se volverá a reunir el viernes para tratar buena parte de los temas más sensibles y que menos consenso suscitan (sobre todo entre el empresariado, por un lado, y el Gobierno y los sindicatos, por el otro): la subcontratación, la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa y la ultraactividad.
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