EL ANÁLISIS DE PABLO IGLESIAS
¿Quién dio el golpe en Perú?
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madrid,
Pocas horas después de que se desencadenaran los acontecimientos de Perú, que nos hablan de una gran crisis institucional y social con movilizaciones y cortes de carreteras en todo el país, el politólogo formado en la Complutense, Elvin Calcaño Ortiz, publicaba un hilo de Twitter que se hizo viral y que fue compartido por personas de diferentes ideologías en muchos países.
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Calcaño explicaba que, mientras los medios nos decían que el destituido Castillo había dado un golpe de Estado y que se convertía en dictador, lo que estaba pasando era otra cosa y proponía algunas claves para entender la situación. Decía, en primer lugar, que la propia destitución de Castillo desmontaba la narrativa de dictador que los aparatos mediáticos al servicio de los poderes oligárquicos peruanos y regionales quisieron imponer desde que Castillo fue candidato. ¿Qué dictador puede ser un presidente débil como Castillo que nunca tuvo apoyo militar ni de ningún sector del poder político, económico o mediático? Se preguntaba el politólogo.
Castillo, razonaba Calcaño, siempre se encontró con una correlación de fuerzas contraria: Congreso, medios de comunicación hegemónicos, Tribunal Supremo y militares, todos en contra. Nadie puede ser dictador sin contar con, al menos, apoyo militar y una parte de los otros poderes mencionados. Parece obvio.
La destitución de Castillo demuestra, según Calcaño, lo que señaló el profesor Lipset en relación a la importancia del orden simbólico en América Latina. Castillo, un maestro rural sin aval de las elites económicas y raciales lo tenía muy difícil.
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En Perú, país andino donde la forma hacienda de raigambre colonial sigue definiendo subjetividades y estructuras sociales, racismo y clasismo son decisivos. Para las clases altas dueñas de Perú -y operadores del poder real allí- Castillo era un cholo desautorizado para mandar.
El caso Castillo da cuenta de cómo opera la lógica de construcción de verdades mediáticas. Mientras nos decían que nacía un nuevo dictador, la verdad era que se estaba concretando la caída de un presidente que nunca tuvo poder real.
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Qué quieren que les diga; el hilo me parece impecable. Hoy en Perú, las movilizaciones y los bloqueos de carreteras han paralizado el país. Defender la democracia es siempre escuchar al pueblo; nunca reprimirlo. Cuando el sistema político no da más de sí, toca dar la palabra a la gente. Eso se llama proceso constituyente.