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Incógnitas y certezas en el Ayuntamiento de Barcelona en el arranque de la alcaldía de Collboni

Tras su sorprendente investidura con el apoyo a la vez de los Comuns y PP, el dirigente del PSC se estrena con un gobierno en solitario, una situación que podría cambiar después de las generales.

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El nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC), a 17 de junio 2023. — Lorena Sopêna / EP

BARCELONA, Actualizado:

Han pasado poco más de 48 horas desde la investidura de Jaume Collboni como alcalde de Barcelona, gracias a haber recibido el inesperado apoyo combinado de Barcelona en Comú y el PP. El dirigente del PSC ya ejerce como primer concejal de la capital catalana, pero después de la frenética sesión plenaria del sábado todavía quedan muchas incógnitas por resolver, algunas de las cuales seguramente no empezarán a despejarse hasta finales de julio, una vez se hayan celebrado las elecciones generales del día 23.

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También hay certezas, como que el gobierno de Collboni arrancará el mandato en solitario y que el alcaldable de Junts, Xavier Trias -el candidato más votado en las elecciones municipales del 28 de mayo-, afronta sus últimos meses como cargo institucional, después de que el sábado se desvaneciese la posibilidad de volver a una alcaldía que ya había ostentado entre 2011 y 2015. Repasamos el escenario que hay ahora mismo en el Ayuntamiento de Barcelona.

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¿Un gobierno en solitario únicamente por un tiempo?

Jaume Collboni se estrena como alcalde de la ciudad con un gobierno formado únicamente por 10 concejales, los del PSC. Es la cifra más baja que se ha registrado en Barcelona desde la recuperación de la democracia. Pese a la experiencia en gestión que acumulan la mayoría de los concejales socialistas, después de formar parte del gobierno de coalición con BComú, difícilmente la situación es sostenible durante muchos meses, dado que la mayoría absoluta se sitúa en 21.

De entrada, el nuevo alcalde habla de buscar consensos y acuerdos amplios y aspira a tirar adelante proyectos tanto con los Comuns y ERC, como con Junts y PP, es decir, aliarse con la izquierda o la derecha en función del tema. Asimismo, Collboni no esconde que tiene la voluntad de ampliar el gobierno, una situación que con toda probabilidad no se va a dar hasta que se hayan celebrado las elecciones españolas del 23 de julio.

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Y con esa idea, el dirigente del PSC ya abre la puerta a reeditar el pacto con los Comuns. En una entrevista en La Vanguardia de este mismo lunes, Collboni ha manifestado que "el jueves, pedí el apoyo de BComú para realizar un gobierno progresista. En tres días no cambiaré mi posición". Paralelamente, ha decidido mantener la estructura técnica de altos cargos del último mandato, muchos de los cuales habían sido nombrados por los Comuns, en lo que puede interpretarse como un guiño hacia sus antiguos socios.

Por parte de BComú, su número dos, Jordi Martí, ha emplazado a Collboni a trabajar desde ahora mismo para "reconstruir un gran acuerdo de izquierdas" -que incluya también a ERC- que lo ve factible una vez "pase el ruido asociado al momento de la investidura". Aunque ahora mismo la formación de Ada Colau mantiene que sólo entraría en el gobierno municipal si se da este "acuerdo progresista", en ningún caso puede descartarse una fórmula similar a la de los últimos dos mandatos, en la que en la práctica las grandes medidas de ciudad han sido aprobadas por estos tres partidos, aunque siempre con ERC fuera del ejecutivo local.

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Entre PSC y BComú suman 19 concejales, a dos de la mayoría absoluta, por lo que necesitarían apoyos externos para aprobar cuestiones como los presupuestos municipales, si bien la gestión del día a día podrían afrontarla mucho más holgadamente que un gobierno del PSC en solitario.

Los movimientos para investir a Collboni han alejado a ERC tanto de Comuns como de socialistas y difícilmente a corto plazo es viable plantear la entrada de los republicanos en el gobierno municipal. Por último, Daniel Sirera (PP) reconoció que no tiene ninguna garantía por escrito que le asegure que los Comuns no entrarán en el gobierno municipal durante el actual mandato, una de las condiciones que puso para apoyar la investidura de Collboni.

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Mejor relación con los grandes poderes económicos

A diferencia de Ada Colau y BComú, Jaume Collboni y el PSC suman años con una relación muy bien engrasada con los grandes poderes económicos de la ciudad. A pesar de autodefinirse como "socialdemócrata", las grandes propuestas de Collboni se enmarcan más en lo que podríamos llamar socioliberalismo, es decir, cierta primacía de la iniciativa privada, acompañada de una regulación pública más o menos flexible y con el mantra del crecimiento económico como centro.

Terminar con la expansión de las superilles, defender la ampliación del aeropuerto del Prat, "flexibilizar" -en sus propias palabras- la reserva del 30% de vivienda social en las promociones inmobiliarias y aplaudir el incremento de turistas son cuestiones de las que ha hecho bandera Collboni y que, a su vez, son bien vistas por la patronal Foment del Treball o el Cercle d'Economia. Esto, muy probablemente, le garantizará una gestión con menos ruido de estos lobbies y le puede facilitar acuerdos con Junts o PP para sacar adelante determinadas medidas, que le alejarían de los ejes centrales del mandato de Colau, donde existía un compromiso mucho más firme con la emergencia climática, por ejemplo.

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El futuro de Trias y Maragall

Tras su sorprendente regreso a la política institucional y que el sábado se desvaneciera la posibilidad de volver a la alcaldía, Xavier Trias recuperará su condición de jubilado. Lo ha confirmado él mismo este lunes en una entrevista en TV3, donde ha comentado que no estará cuatro años en el Ayuntamiento, "pero no sé cuántos días o meses me estaré [en él]".

Trias, que ha confesado que sigue "indignado" por lo que sucedió en el pleno de investidura, ha comentado que en las próximas semanas se dedicará a "consolidar y poner orden" en el grupo municipal de Junts, que será el más numeroso del pleno, con 11 concejales.

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La indignación de Trias con el PSC, sin embargo, acaba en el Ayuntamiento de Barcelona, ya que ha dicho que no vería mal reeditar la alianza entre socialistas y Junts en la Diputació de Barcelona, bajo la presidencia de Núria Marín, también alcaldesa de Hospitalet de Llobregat. "Es una persona que mantiene la palabra", ha comentado un Trias, que también ha elogiado al alcalde de Cornellà y hombre fuerte del PSC en el área metropolitana, Antoni Balmon. Su valoración sobre Marín y Balmon se aleja de la que tiene de un Collboni que, insiste, hace unos días le había ofrecido partirse la alcaldía.

Mientras Trias, de 76 años, afronta su prórroga final como cargo institucional, Ernest Maragall -que tiene 80- asegura que continuará como líder de ERC en el ayuntamiento y, además, será el número dos de la lista del partido en el Senado en la provincia de Barcelona el 26J. Este lunes ha comparecido acompañado del presidente del partido, Oriol Junqueras, para quien con este movimiento dan a los votantes la oportunidad "de corregir lo que el Estado ha impedido, lo que PP, PSOE y Sumar han decidido estropear".

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Horas antes de que se cristalizara la operación Collboni, Trias y Maragall habían cerrado un acuerdo para compartir el gobierno de la capital catalana, con el segundo como primer teniente de alcaldía.

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