El Ministerio del Interior ha comunicado al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena que ni la Policía Nacional ni la Guardia Civil detectaron en ningún momento al expresident catalán Carles Puigdemont en los dispositivos de control en la frontera con Francia.

Según un comunicado de prensa, el ministerio dirigido por Fernando Grande-Marlaska ha entregado el informe solicitado por Llarena, donde se detallan los factores que contribuyeron al "fracaso" de la captura de Puigdemont desde un punto de vista técnico-policial. El documento subraya que la detención de Puigdemont sigue siendo un objetivo prioritario para todas las unidades policiales.

El informe también menciona que los Mossos d'Esquadra informaron al Ministerio sobre su plan para detener a Puigdemont en cuanto fuera localizado. Aunque Interior ofreció apoyo operativo por parte de la Policía Nacional y la Guardia Civil, los Mossos no solicitaron ayuda adicional más allá de la cooperación habitual.

En días previos al 8 de agosto, la Policía Nacional y la Guardia Civil mantuvieron controles activos en las fronteras, puertos, aeropuertos y en todo el territorio catalán, especialmente en la ciudad de Barcelona y su área metropolitana. Sin embargo, las competencias de la policía judicial en Catalunya pertenece al cuerpo autonómico, por lo que no se desplegaron operativos paralelos.

Una vez conocida la fuga de Puigdemont el pasado jueves, el Ministerio del Interior impartió instrucciones al jefe superior de Policía y al general jefe de Zona de la Guardia Civil, a través del delegado del Gobierno de Catalunya, para que "se activasen los recursos operativos y de inteligencia extraordinarios de ambos cuerpos" para localizar y proceder a la detención del expresident.

El informe también destaca que, según el artículo 67 del Tratado de la Unión Europea, no se pueden realizar inspecciones fronterizas en las fronteras interiores, lo que complica la efectividad de cualquier dispositivo policial para garantizar una impermeabilidad total.

Aunque el código de fronteras Schengen permite establecer controles temporales en casos excepcionales, como durante la cumbre de la OTAN en Madrid o la crisis sanitaria de la covid-19, esta medida no está prevista para situaciones como la de Puigdemont.

El 8 de agosto, Puigdemont regresó a Catalunya y asistió a una concentración en Barcelona, después de lo cual volvió a desaparecer. Posteriormente, desde Bélgica, afirmó que su salida de España demuestra la capacidad del independentismo para desafiar al Estado y que no se rinde.