Madrid Central Luces y sombras de la ciudad que Carmena quiere diseñar
El equipo de gobierno de Ahora Madrid ha priorizado la movilidad del peatón y ha apostado por la salud de las personas y la mejora medioambiental. Expertos en infraestructuras urbanas, grupos ecologistas y asociaciones vecinales se pronuncian sobre el proyecto Madrid Central, que se pondrá en marcha el próximo 30 de noviembre.
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MADRID,
La gestión de Manuela Carmena al frente de la Alcaldía de Madrid se ha caracterizado por diseñar un modelo de ciudad en el que los peatones ganan protagonismo y las prioridades son la salud de las personas y la mejora del medioambiente urbano. Proyectos ambiciosos como el de Madrid Central y grandes reformas como la de la Gran Vía no han dejado indiferente a nadie y han generado el aplauso o el rechazo tanto de grupos políticos, vecinos, comerciantes y ciudadanos en general.
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Tendrá que pasar un tiempo razonable para comprobar quién gana y quién pierde con estas nuevas propuestas urbanísticas y de gestión de la movilidad, pero existe una coincidencia general en que tales iniciativas tendrán como resultado la configuración de una ciudad con mejor calidad medioambiental y menos ruido, y con más espacios para pasear y disfrutar de los espacios públicos.
Una de las claves del éxito o fracaso del Madrid Central será posiblemente los efectos de las restricciones de acceso en las zonas limítrofes, los colapsos circulatorios que puedan producirse y la forma en que los viarios de la ciudad puedan soportar los nuevos flujos circulatorios.
Pilar Vega Pindado, profesora de Geografía de la Universidad Complutense y experta en infraestructuras urbanas, territorio, movilidad y accesibilidad, considera que las reformas de la Gran Vía y la prevista de la Plaza de España, así como el Madrid Central, no significan, desde el punto de vista técnico, un nuevo diseño de la ciudad, sino una serie de propuestas de gestión de la movilidad encaminadas a la mejora de la calidad ambiental y de la salud pública.
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“A diferencia de la anterior forma de hacer”, explica, “donde el coche era la medida de la planificación de la movilidad: incremento del espacio para aparcamiento y circulación de vehículos motorizados, ahora lo prioritario es responder a las necesidades de los peatones y de las personas más vulnerables (personas con discapacidad, niños, personas ancianas, etcétera)”.
El presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), Quique Villalobos, se muestra más contundente sobre la necesidad de implantar proyectos como el de Madrid Central, para solucionar el “descontrol” del uso del vehículo privado y evitar los daños a la salud que ocasionan la contaminación atmosférica y la alta siniestralidad.
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Medidas más ambiciosas
"En los barrios del extrarradio también se necesita con urgencia esa recuperación de espacio público y medidas de calmado de tráfico"
"Madrid Central", puntualiza el dirigente vecinal, "pretende que no se emplee el camino más corto para ir de un extremo al otro de la ciudad, esto es, atravesando el centro, que progresivamente ha ido perdiendo su uso residencial en favor del uso terciario. Todas estas medidas son necesarias y, a su vez, deberían ser el primer paso de otras más ambiciosas que se deben conseguir de forma progresiva".
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En cuanto a la reestructuración del viario y las reformas de las plazas y calles de la ciudad para que el peatón recupere espacio, Villalobos lamenta que el enfoque utilizado por el Ayuntamiento haya sido "excesivamente centrífugo". En su opinión, se debería haber buscado un mayor equilibrio entre en centro y la periferia. "En los barrios del extrarradio", aclara, "también se necesita con urgencia esa recuperación de espacio público y medidas de calmado de tráfico que, de momento, parecen aparcadas o postergadas a fases futuras".
Por su parte, el coordinador de Ecologistas en Acción, Paco Segura, reconoce que las decisiones del equipo municipal de Manuel Carmena van en la línea de dar prioridad a las cuestiones relacionadas con la calidad de vida y la habitabilidad, frente a la circulación de los coches, como se hacía hasta ahora, pero se queja de que los hechos “van demasiado despacio en este sentido”.
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Una ciudad mucho más grata
Segura lo tiene claro: la mayor parte de los ciudadanos saldrán ganando con estos cambios. "Madrid será una ciudad mucho más grata. Hasta ahora ha sido una ciudad sacrificada a los desplazamientos del 27 por ciento de las personas que se desplazan en coche".
El representante de la asociación ecologista subraya que él vive en Embajadores, una de las cuatro Áreas de Prioridad Residencial (APR), "y la diferencia es abismal en comparación a cuando los coches campaban a sus anchas por todos lados. Ahora hay mucho más gente en las calles, más interacción y conversaciones, más espacios para todos, menos ruido y menos contaminación".
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La prueba del nueve que medirá el éxito o fracaso del Madrid Central es, para muchos, la incidencia que tendrá en el tráfico rodado de las zonas aledañas y la garantía de que los madrileños puedan acceder al centro sin tener que sufrir graves atascos, aglomeraciones o retrasos.
El panorama se complica si se tiene en cuenta que la nueva Ordenanza de Movilidad Urbana Sostenible trae consigo un nuevo modelo del tráfico en la capital, que tiene como ejes los derechos del peatón y de las personas con movilidad reducida, y que fomenta el uso de los transportes públicos colectivos o de uso compartido.
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A 30 kilómetros por hora
Esta nueva ordenanza, que reduce la velocidad a 30 kilómetros por hora en las calles de un único carril por sentido y a 20 kilómetros por hora en las zonas de plataforma única de calzada y acera, regula igualmente la circulación de vehículos como bicicletas, patinetes con o sin motor y segways, modalidades de transporte alternativo que cada vez cuentan con más adeptos.
El presidente de la FRAVM admite que al principio pueden registrarse graves atascos de tráfico, "porque las conductas no cambian de un día para otro y hasta que quienes ahora atraviesan el centro o viajan al centro en sus vehículos cambien de conducta o encuentren itinerarios alternativos, habrá embotellamientos en algunas vías, pero es algo que no tardará en equilibrarse".
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"Los conductores tendrán la oportunidad de pensar en otras alternativas más sostenibles a la hora de emprender su desplazamiento"
A su juicio, Madrid Central debería propiciar un cambio de conducta en la movilidad, reservándose el vehículo privado para usos residuales, en favor del transporte público y de la movilidad de proximidad en el grueso de los traslados. "Todo esto", añade, "debería devolver al centro un mayor uso residencial, desplazando algunas zonas de negocio y de función pública a la periferia".
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Pilar Vega recuerda que durante mucho tiempo han existido problemas de atascos en la ciudad de Madrid, principalmente en la zona centro. "Los conductores", subraya, "tendrán ahora la oportunidad de pensar en otras alternativas más sostenibles a la hora de emprender su desplazamiento. Aprenderán a planificar su viaje de forma más racional. A veces, pensamos que el coche nos acercará rápido a nuestro destino, sin embargo es el medio más ineficiente desde todos los puntos de vista: emplea mucha energía, emplea más tiempo, tiene más riesgos para la salud y contamina más".
"Alarma social"
Respecto a las denuncias manifestadas por algunos dirigentes políticos del Ayuntamiento sobre la "alarma social" causada por la inminente entrada en vigor del Madrid Central y la posibilidad de recurrir ante los tribunales una medida como ésta, las personas consultadas para elaborar esta información rechazan estos planteamientos.
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“La verdadera alarma social es la contaminación. Es inmoral ignorarlo”, denuncia Paco Segura, mientras que el líder de la FRAVM afirma: “Más bien la alarma la han provocado quienes hacen dicha afirmación. Alarma, por otro lado, injustificada, pues hasta la fecha todas las APR implantadas en la capital han sido un éxito”.
Por su parte, la profesora de Geografía experta en cuestiones de movilidad pone de relieve que, en general, los residentes y comerciantes afectados por el Madrid Central han acogido la idea positivamente. “Son otro tipo de intereses mediáticos y políticos los que protestan”, concluye.