Este artículo se publicó hace 9 años.
"Cada nación tiene que hablar de su historia y no ocultarla"
Miembros del sindicato noruego que donó 12.000 euros para abrir fosas del franquismo se han reunido con el hermano de un desaparecido cuyos restos se recuperaron el pasado verano gracias a ese respaldo económico.
Patricia Campelo
MADRID.- En el otoño de 2013, representantes de la mayor confederación sindical noruega de electricistas, EL&IT, que aglutina a 38.000 miembros, viajaron a Madrid para conocer el impacto de la crisis económica entre los trabajadores españoles. Para comprender la complejidad de la situación presente, consideraron necesario ahondar en el pasado, en la historia reciente del país. Así, miembros de UGT y de Comisiones Obreras pusieron en contacto a la delegación noruega con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).
“Nos hablaron de la Guerra Civil y de los casos de desaparecidos en cunetas. Fue algo emocionante porque entendimos muchas cosas”, reconoce el portavoz del sindicato, Henning Solhaug, de 63 años y ascensorista de profesión. Cuando regresaron a Noruega se preguntaron "¿cómo vamos a dejar así a nuestros anfitriones?", y se organizaron para aprobar una donación de 100.000 coronas (12.000 euros) que han entregado a la ARMH en dos fases para recuperar restos de desaparecidos en cuatro fosas del franquismo.
Con ese dinero se localizaron, el pasado julio, los restos de Perfecto de Dios, asesinado tras una refriega con la Guardia Civil en 1950. Los representantes del sindicato noruego se encontraron con Camilo, el hermano de Perfecto, el pasado viernes en Ponferrada, y pudieron comprobar los resultados del respaldo económico otorgado al colectivo de víctimas a través de la visita al laboratorio donde técnicos de la ARMH examinan restos de desaparecidos.
"Es difícil entender que no sea el Estado quien se esté encargando de esta tarea, sobre todo cuando parece que sí está ayudando a recuperar restos de soldados de la División Azul", expresa Solhaug, al mismo tiempo que subraya la importancia de otorgar a la gente "posibilidades para aprender, para conocer la historia y poder avanzar tras la dictadura".
“Es terrible porque aún vive esa gente y sus recuerdos”, exclama sobre los familiares de los más de 100.000 cuerpos de desaparecidos en fosas y cunetas de todo el país.
Del encuentro con uno de esos familiares, Camilo de Dios, la comitiva noruega ha extraído conclusiones que les llevan a comprometer nuevas vías de ayuda a la ARMH, siguiendo de este modo las premisas del Comité de Ayuda Popular, un órgano dentro del sindicato fundado en los años 30 y desde el que se promueven proyectos con Palestina y Latinoamérica, entre otros.
"La historia de Camilo es la de miles de personas. Nos contó que le quitaron su casa cuando ya la había pagado y que tuvo que volver a comprarla. Nos impresionó su humildad, su sensibilidad, su inteligencia y su vitalidad a los 85 años", defiende Solhaug. El encuentro tuvo lugar en un acto público en el que Camilo recuperó las botas que llevaba su hermano en el momento de su muerte. "Se trata de gente muy mayor, es importante ayudarles ahora", insiste.
Contra el fascismo en Europa
Los sindicalistas noruegos enmarcan la recuperación de la memoria histórica en España dentro de un contexto internacional de lucha contra el fascismo, otro de los motivos que justifican su ayuda económica para buscar a los desaparecidos españoles. "La lucha contra el golpe militar de julio de 1936 fue internacional. Aquí se trató de parar el fascismo por primera vez; vinieron jóvenes de diferentes países y murió mucha gente en esa lucha", apunta Solhaug sobre la Guerra Civil, donde participaron cerca de 700 noruegos con las Brigadas Internacionales defendiendo la Segunda República. Uno de esos jóvenes es el padre de dos integrantes del sindicato noruego. "Vino a España por sus ideas de izquierdas, comunistas, y jugándosela, porque era ilegal ya que Noruega se mantuvo al margen de la guerra", explica.
En la Guerra Civil española participaron cerca de 700 noruegos con las Brigadas Internacionales
Solhaug asume que se trata de una "obligación" colaborar con iniciativas relacionadas con la defensa de los derechos humanos ante un contexto en el que los movimientos de extrema derecha se manifiestan con dureza. "El fascismo sigue presente, y nosotros lo padecimos en 2011 con los atentados en la isla de Utoya", recuerda Solhaug sobre un episodio que se saldó con 77 muertos a manos de un fanático ultraderechista. "Es importante entender que el fascismo es violencia", apunta, precisamente, a escasos metros de la estatua de los Abogados de Atocha (Madrid) el mismo día de la concentración por el 38 aniversario de la matanza perpetrada por un grupo de extrema derecha contra cinco letrados laboralistas en enero de 1977.
En España, opina el portavoz de EL&IT, no se trata sólo de ayudar a las víctimas y a sus familiares, sino de hacer una pedagogía de la historia. "Encontrar gente como Camilo es importante y ha sido emocionante hablar con él. Nos llevamos una impresión muy positiva al comprobar que aún viven los familiares cercanos, aunque son mayores y es necesario que se sigan abriendo fosas", insistió. "La recuperación de la historia no debe quedar para cuando mueran los supervivientes de la Guerra Civil. Esta labor continúa. Cada nación tiene que hablar de su historia abiertamente y no ocultarla, es una cuestión de progreso y democracia", concluye.
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