Mazón compromete el liderazgo de Feijóo en su tercer aniversario como presidente del PP
Para algunos dirigentes del PP, la forma en la que Génova resuelva el "problema" de Mazón marcará definitivamente la presidencia de Feijóo.

Madrid-
Tres años después, el Partido Popular vuelve a Sevilla, la ciudad donde Alberto Núñez Feijóo fue aclamado como presidente nacional gracias a la defenestración de Pablo Casado. Un congreso extraordinario que se celebró el 1 y 2 de abril de 2022, en el que no solo no tuvo rival, sino que la delicadísima crisis interna del partido le catapultó como la gran esperanza entre los conservadores. Feijóo llegó a Génova con el único objetivo de llegar a La Moncloa, y no tanto con el de liderar la formación, coinciden distintos dirigentes populares consultados por este periódico, aunque más de mil días después siga haciendo solo lo segundo.
Así, y aunque en su equipo rechazan la idea de que se haya organizado a modo de aniversario, este fin de semana, 29 y 30 de marzo, el PP volverá a reunirse en la capital andaluza para una reunión interparlamentaria que congregará a diputados y senadores del partido. Un cónclave en el que Feijóo ha impuesto que los presidentes autonómicos no tengan protagonismo. Solo el anfitrión, Juan Manuel Moreno Bonilla, participará activamente.
En los últimos meses, los grandes actos en los que Feijóo se rodeaba de sus barones, haciendo valer su poder territorial contra Pedro Sánchez, se han convertido en un quebradero de cabeza para Génova. Tanto la presencia como la ausencia del president de la Generalitat, Carlos Mazón, empañan cualquier evento del partido y los presidentes autonómicos del PP no protagonizan una foto de familia desde el mes de enero. La incomodidad es tal que Génova ha intentado convencer al Partido Popular Europeo para mover de ciudad el congreso previsto para el mes de abril en València, aunque los costes económicos del cambio han terminado frenando al PPE.
La gestión de la crisis política abierta por Mazón —la mayor a la que se ha enfrentado Feijóo en los últimos tres años— está comprometiendo su liderazgo, a ojos de un sector del partido. La preocupación por el desgaste al que el president está llevando las siglas del PP es el gran elefante en la habitación de los populares; y Feijóo decidió hace seis meses no hacer nada. Para algunos dirigentes del PP, la forma en la que Génova resuelva el "problema" de Mazón marcará definitivamente la presidencia de Feijóo.
"Usted llegó al frente del PP para tapar la corrupción de la señora Ayuso y pretende mantenerse tapando la negligencia del señor Mazón", le espetó Sánchez durante una de las últimas sesiones de control al Gobierno. Un ataque que resonó en las filas populares. En Génova creen que ya han conseguido "librarse" de la sombra de tutelaje de Ayuso, así como de la supuesta falta de sintonía entre Feijóo y la presidenta de la Comunidad de Madrid: "La relación con Ayuso es mucho más fluida y cercana que con otros presidentes", asegura un colaborador de Feijóo.
Lo cierto es que la dirigente madrileña, a ojos de Génova, ha demostrado "lealtad" en los últimos tiempos. El problema ahora es Mazón. Si algo quiere evitar Feijóo es que los asuntos internos empañen su dura oposición al Ejecutivo, pero son cada vez más en el PP quienes creen que es precisamente lo que está ocurriendo al seguir apoyando que Mazón continúe como president.
Hace unos días, el jefe del Consell volvía a dejar fuera de juego a la dirección nacional de su partido al sacar pecho de su acuerdo presupuestario con Vox, ante la presencia de Elías Bendodo como enviado de Génova, retando a Sánchez: "Si tú no tienes lo que tienes que tener para presentar los presupuestos de la reconstrucción después de la desgracia [de la DANA], es que no mereces ser el presidente del Gobierno de España". Feijóo ha intentado que Mazón se mantenga en perfil bajo para esquivar polémicas, pero el president de la Generalitat está dispuesto a dar la pelea orgánica por su futuro político.
Como ya contó este periódico, el entorno de Feijóo ha dejado claro que los presupuestos no cambian "nada" la situación de Mazón. Génova quiere un relevo, pero aguarda el momento idóneo para pisar los menos callos posibles. Así las cosas, los planes le han vuelto a fallar a Feijóo, que pensaba convertir el 2025 en el año del "cerco judicial" al Gobierno de Sánchez y se ha encontrado con el mayor reto en su presidencia del partido hasta la fecha.
Durante el último Comité Ejecutivo Nacional, el líder de la oposición, consciente de que su aniversario se acercaba en un momento delicado para la formación, quiso mandar un mensaje nítido: "Estamos más unidos que nunca y a todos los partidos les gustaría tener la misma unidad que tiene el PP". Casi todas las fuentes consultadas por este periódico coinciden en que "lleva razón", pero también avisan: no hay que esquivar los "líos" internos, como pensaba hacer Feijóo cuando llegó.
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