No es algo extraño que los escenarios que sitúan en el centro a Yolanda Díaz arrojen más dudas que certezas.  En un mundo poco acostumbrado a los grises, todavía hay quien se pregunta "¿qué es Sumar?". La vicepresidenta segunda del Gobierno está desempeñando un papel destacado en la campaña electoral de las elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán el próximo domingo.

Antes de que comenzara la campaña, algunas voces apuntaron a que Díaz apenas se involucraría en la misma, dado que después del 28M retomará la negociación para configurar una confluencia de izquierdas con formaciones que compiten entre ellas en territorios como Madrid o el País Valencià.

Sin embargo, cuando dio a conocer su agenda (18 actos en 15 días) y el tipo de actos que tendría (mítines al uso, visitas, declaraciones y paseos), estas mismas voces apuntaron a que la intención de la ministra de Trabajo era la de hacer "equilibrios" para tratar de no soliviantar durante las elecciones a ninguna de las fuerzas con las que aspira a pactar después.

En este contexto, el caso más flagrante se ha dado en el País Valencià. Si esta se anticipaba como una de las principales plazas de la batalla entre la izquierda y la derecha antes de la campaña, en su recta final y a tres días de las elecciones la disputa está más igualada que nunca. Los gobiernos progresistas de la comunidad y del ayuntamiento podrían caer en manos del PP y de Vox, y en la ciudad las fuerzas de la izquierda transformadora estiman que la pugna se podría decantar por apenas unos centenares de votos.

Con un resultado que se estima tan ajustado, cada voto importa, y la estrategia política se abre paso para relegar a las filias y las fobias políticas y personales a un lugar secundario. Díaz se ha volcado el miércoles y el jueves en este territorio con esto en mente y, tras dos actos (distintos en cada uno de sus aspectos), las reacciones tan dispares de los distintos actores políticos y de los medios de comunicación apuntan a un interrogante: ¿Por quién ha hecho campaña la vicepresidenta?

Héctor Illueca, "garantía para revalidar el Botànic"

A nivel autonómico no hay dudas de que ha respaldado a Unides Podem y a Héctor Illueca. Durante un acto en Alicante el miércoles, Díaz aseguró sin rodeos: "Hago un llamamiento a la concentración del voto porque, si no alcanzamos los objetivos, van a ganar ellos. Ese voto se llama Unides Podem y ese hombre se llama Héctor Illueca. La garantía para revalidar el Botànic es Héctor Illueca".

Concentrar el voto en Héctor Illueca, votar a Unides Podem. Esa fue la petición de Díaz a un electorado progresista valenciano que también se encontrará con la papeleta de Joan Baldoví (Compromís) cuando acuda a las urnas. Hace ocho meses, en septiembre de 2022, cuando Baldoví anunció que se presentaba a las primarias de su partido para tratar de encabezar la candidatura a presidir la Generalitat valenciana, se dio por hecho que la vicepresidenta lo respaldaría en su carrera electoral.

Se dio por hecho por su buena relación y sintonía política y personal, pero también porque la ministra de Trabajo lo apuntó: "Le deseo la mejor de las suertes políticamente. Quiero que ganen (las primarias). Es un auténtico servidor público, representa como nadie los intereses de la Comunidad Valenciana", dijo. Entre ese momento y el actual se ha abierto paso un escenario en el que la demoscopia apunta a que si Illueca no entra en el Parlamento valenciano, Ximo Puig perderá el gobierno y el PP y Vox enterrarán el ciclo del Botànic.

Baldoví parece haber encajado con deportividad este apoyo expreso de la vicepresidenta a Unides Podem: "Yo lo veo todo bien, nosotros estamos centrados en lo nuestro y lo veo perfectamente. Yo tengo una edad en que lo veo todo bien. No me voy a pelear con nadie por unas declaraciones", dijo este jueves.

Toda vez resuelto el asunto autonómico, la incógnita recae en el ámbito municipal. Este jueves Díaz ha acudido a la zona de El Saler y la Albufera de València para manifestar su rechazo al proyecto de ampliación del puerto de la ciudad. Allí ha compartido escenario con el actual alcalde de València y candidato municipal de Compromís, Joan Ribó, con la candidata de Unides Podem en la ciudad, Pilar Lima, y con miembros de la Comissió Ciutat-Port.

La Alcaldía, Joan Ribó y "todas las fuerzas progresistas"

Aunque no se trataba de un acto para las elecciones ha sido un acto en elecciones, un paseo y unas declaraciones en las que la ministra de Trabajo también ha pedido el voto, aunque de una forma completamente distinta a la de Alicante. "Le pido a los valencianos y valencianas que hagan posible que la Alcaldía de Valencia siga en manos de Joan Ribó; lo pido alto y claro, con el apoyo de todas las fuerzas progresistas de su ciudad. Lo pido alto y claro porque lo que puede ser la alternativa lo conocemos; tenemos que continuar con las transformaciones de la Alcaldía de Ribó con el apoyo de las formaciones progresistas", aseguró.

La escenografía y el acto en sí, lejos de ser una improvisación, habían sido acordados por todos los actores políticos protagonistas. También sonaba a pacto la mención a "todas las fuerzas progresistas de la ciudad", aunque no lo parecía tanto que Díaz mencionara de forma expresa a Ribó.

En València, la Alcaldía de Compromís (apoyada por el PSOE) está seriamente amenazada por un PP en claro auge, mientras que las encuestas sitúan a Unides Podem muy lejos del 5% de los votos necesario para poder entrar al consistorio, aunque el objetivo de los de Lima es el de invalidar estos pronósticos, algo que solo decidirán las urnas. En una batalla por el voto a voto, como la del País Valencià, los equilibrios que miran de manera prospectiva a diciembre se rompen ante el casi presente 28 de mayo.