El viernes pasado Alberto Núñez Feijóo cumplió su palabra, más de dos semanas después de su reunión con Sánchez en Moncloa, y envió al presidente del Gobierno un documento (acompañado de una carta) con las propuestas económicas del PP. Desde que Feijóo ha asumido los mandos de Génova se ha hecho evidente que el todavía presidente de la Xunta de Galicia sostiene su estrategia política en la ofensiva económica al Gobierno bajo un mantra: bajar impuestos. El dosier de 40 páginas que envió a Sánchez así lo confirma y las rebajas fiscales concentran el grueso de sus medidas. Aún así, expertos en materia fiscal aseguran que los populares "han desinflado bastante" sus primeras exigencias en esta materia, aunque algunas siguen siendo desautorizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Comisión Europea. También por el Banco de España. 

Mientras los organismos económicos internacionales desaconsejan las rebajas fiscales como instrumento para luchar contra la inflación, el Partido Popular presiona el Ejecutivo con una batería de medidas diseñadas bajo esta máxima. Aún así, si en un primer momento el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, recorrió el país pregonando su firme intención de hacer una bajada masiva de impuestos, llegando incluso a asegurar que el Gobierno se estaba "forrando", ahora en Génova insisten en que su propuesta fiscal es "concreta y temporal". Además, no incluye rebajas en los impuestos de Sucesiones o Patrimonio, como llegaron a plantear. 

"A la vista de este documento su discurso se desinfla", explica a Público un experimentado inspector de Hacienda. Cierto es que no solo el Gobierno ha rechazado las rebajas fiscales del PP, lo hizo personalmente el presidente Pedro Sánchez en su cumbre bilateral con Feijóo en la Moncloa, sino que en las últimas semanas se ha producido un goteo de desautorizaciones  a esta propuesta a nivel internacional. La última llegó por parte del comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni.

"La reducción de la fiscalidad indirecta no es necesariamente la solución más eficaz para abordar la asequibilidad de la energía, especialmente si persisten los precios altos". Según publicó elDiario.es, Paolo Gentolini envió una carta a todos los estados miembros de la UE en la que desaconsejaba las bajadas de impuestos a la energía como la que plantea el Partido Popular. "Las reducciones de los tipos del IVA, en particular, tienen un mal historial a la hora de trasladarse a bajos precios para los consumidores", diría en la misiva.

El Partido Popular insiste en que se debe rebajar el IVA de la electricidad y el gas por debajo del 10%. Su propuesta es colocarlo en el 4% o el 5%. Para lo primero se necesitaría la aprobación de la Comisión Europea, pero para dejarlo en el 5% el vicesecretario económico del PP, Juan Bravo, asegura que solo se necesita la transposición de una directiva aprobada en el Consejo el pasado 6 de abril. "Sería rápido", proponen. A pesar de que las recomendaciones vayan en dirección contraria. 

El Fondo Monetario Internacional (FMI) también ha rechazado de forma directa las bajadas de impuestos como método para compensar la subida de precios provocada por la inflación. Lo hizo el FMI en su último informe y lo ha repetido su número dos en una reciente entrevista en el periódico El País. "No recomendamos una reducción general de los impuestos a las empresas. Vemos motivos y margen para medidas de apoyo más puntuales, a objetivos más precisos, que es lo que está haciendo el Gobierno", aseguró Gita Gopinath. En sentido parecido se pronunció también hace semanas el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

"Con que acepten alguna nos vale"

Con estas críticas sobre la mesa, el PP ha "matizado bastante" sus propuestas fiscales, valoran los expertos. Además, Núñez Feijóo quiere consolidar su imagen de hombre de Estado a través de un gran primer acuerdo económico con Moncloa, y ha ajustado sus propuestas para que Sánchez "no pueda decir que no a todo", dicen en Génova.

Tal es el interés del Partido Popular en que el plan de choque lleve su firma que  fuentes del partido aseguran que "con que acepten alguna" de sus propuestas se abrirían a apoyar el decreto ley del Gobierno que se vota este jueves. Si el acuerdo llega será in extremis, porque quedan poco más de 24 horas para que el Congreso de los Diputados ratifique o rechace las medidas urgentes aprobadas por el Consejo de Ministros, dejándolas sin efecto en este caso. "Hay tiempo para negociar", dicen los populares.