El PP se rinde al discurso antiabortista de Vox en pleno año electoral
Núñez Feijóo guarda silencio pero Ayuso y Almeida aprovechan la polémica para asumir las tesis "provida" de la extrema derecha.
Madrid--Actualizado a
Parece una pinza perfecta al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, realizada por un lado por la extrema derecha con la que gobierna en comunidades como Castilla y León y por miembros de su propio partido, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con un asunto que es la agenda preferida de Vox: el aborto.
Aunque Alberto Núñez Feijóo guarde silencio y el recién incorporado Borja Sémper diga escuetamente que no van "a tragar con cualquier cosa", Vox ha arrinconado al Partido Popular en su discurso antiabortista. En las 24 horas que Génova lleva titubeando en su reacción a las medidas disuasorias del aborto que anunció este jueves Juan García Gallardo, el vicepresidente de Castilla y León, Isabel Díaz Ayuso ha anunciado un teléfono "a favor de la vida" para dar información a la mujer embarazada, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha asumido las tesis con las que la extrema derecha impone su agenda contra el aborto.
La postura del Partido Popular sobre la interrupción voluntaria del embarazo ha sido errática en las últimas décadas. Ya en el primer Gobierno de Mariano Rajoy, el entonces ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón intentó volver atrás en los derechos sexuales y reproductivos al plantear anular la ley de plazos aprobada por Rodríguez Zapatero en 2010, y volver a una más restrictiva que negaba, incluso, el aborto por malformaciones fetales. Entonces la reacción social y la oposición de un gran sector del partido hizo fracasar la reforma. Feijóo, entonces en la presidencia de la Xunta, se opuso a una medida que no había sido consensuada, con el temor a un fracaso en las elecciones europeas, que estaban a la vuelta de la esquina. Su postura contra el aborto le costó el puesto al ministro de Justicia y un castigo electoral al PP en toda regla, con una bajada superior a un 25% en toda España.
Cabe recordar también que el partido que ahora dirige Núñez Feijóo presentó un recurso de inconstitucionalidad contra la ley del aborto hace más de 12 años que aún no ha sido resuelto por el Tribunal Constitucional. Ahora su flamante nuevo presidente, Cándido Conde-Pumpido, ha colocado este asunto entre las prioridades de su mandato.
El derecho al aborto es terreno pantanoso para el PP. Distintas fuentes del partido con las que ha hablado Público coinciden en la "inconveniencia" política de la polémica que estalló en Castilla y León con el anuncio de la implantación un nuevo protocolo "provida" que, entre otras cosas, obligaría a los sanitarios a ofrecer a las mujeres embarazadas con intenciones de abortar que escuchen el latido fetal y realizar una ecografía en 4D con el objetivo de convencer a las mujeres de que no aborten. "Si conseguimos salvar una única vida, todo habrá merecido la pena", resumió el vicepresidente castellano-leonés, García Gallardo.
Electoralmente atado a Vox
Núñez Feijóo ha elegido la callada por respuesta en un asunto en el que posicionarse ha dejado de tener réditos políticos. Si en los próximos comicios no consigue suficiente músculo en las urnas deberá pactar con Vox, una posibilidad que ya ha asumido públicamente.
Frente al calculado silencio del presidente del PP, las críticas se hicieron ensordecedoras y, de nuevo, una polémica del Ejecutivo autonómico de Alfonso Fernández Mañueco articulado con la extrema derecha ha centrado todas las preguntas del día para los populares. Y las respuestas de otros dirigentes de peso en el PP han evidenciado que el discurso antiabortista de Vox también vive entre sus filas.
Ayuso se quiso subir al tema del día anunciando una línea telefónica para la atención de las mujeres embarazadas que su Gobierno ya puso en marcha en 2019, en un intento de abrirse paso en el camino abierto por Vox en Castilla y León. "Hemos llegado al disparate de considerar que traer hijos al mundo produce huella ecológica o va contra el empoderamiento femenino. Se trata de una mezcla de manipulaciones ideológicas y errores que vienen de los materialismos, el afán desmedido de seguridad, el resentimiento y el olvido de quiénes somos", aseguró la presidenta madrileña este viernes.
Por su parte, Martínez Almeida, al ser preguntado directamente por los planes de Vox en Castilla y León, se reveló contra los ataques a la extrema derecha y aseguró que "nadie puede criticar que se ofrezca a las mujeres toda la información para tener elementos de juicio y tomar la decisión que ellas crean que deben tomar".
Además, distintas fuentes populares consultadas por Público señalan que el anuncio que García Gallardo hizo este jueves (en calidad de vicepresidente de un Ejecuivo del PP, y con un consejero popular al lado, en silencio) fue una maniobra de la extrema derecha para sacar rédito político de un protocolo que, de facto, no "va a cambiar nada" y que sigue "criterios médicos". Las mismas fuentes asumen que la Consejería de Sanidad, del PP, pactó las medidas en el seno del Ejecutivo autonómico con la extrema derecha.
La vigente ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del embarazo, sin embargo, no contiene ninguna medida como la anunciada. Lo único que contempla es la obligación de que la mujer que quiera abortar reciba un sobre con información sobre el proceso y los recursos disponibles y espere tres días de "reflexión" antes de poder someterse a una interrupción del embarazo.
Feijóo, en contra de la nueva ley del aborto
Esta ley, aprobada por el Gobierno de Rodríguez Zapatero en 2010, está en proceso de reforma. Al nuevo texto solo le falta el espaldarazo del Senado en los próximos días para ver la luz.
Esta norma prohíbe tajantemente toda medida que se interponga entre la mujer y su deseo de interrumpir su embarazo, elimina los días de reflexión y el sobre con información. Tampoco permite intervenciones médicas no necesarias para que la mujer acceda al aborto.
Por tanto, las medidas aprobadas en Castilla y León no son más que humo, pero suponen una pesada carga para el Partido Popular en pleno año electoral y un nuevo desafío a los intentos de Núñez Feijóo de colocarse en posiciones más moderadas de cara a los comicios, tal como parece deducirse del nombramiento de Borja Sémper como portavoz del comité de la campaña electoral.
El aborto no estaba llamado a ser uno de los temas centrales en la campaña de Núñez Feijóo y del Partido Popular. Feijóo ha evitado a lo largo de los últimos meses hacer cualquier referencia a este asunto, aunque está en desacuerdo con que el Gobierno de coalición haya devuelto a la norma la capacidad de que las jóvenes de 16 y 17 años puedan abortar sin el consentimiento parental, una medida que sí consiguió eliminar Ruiz-Gallardón en su día. Sin embargo, su alianza con Vox y el empuje ultraderechista de su pata madrileña han convertido el aborto en la nueva patata caliente del PP.
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