Anunció una oposición "sin cuartel" y lo está cumpliendo. Dijo que usaría todo el poder de su partido para ello, y también lo está haciendo, incluso —o sobre todo— el institucional. Alberto Núñez Feijóo ha abierto una batalla en materia de educación con el Gobierno y lo ha hecho una vez más a través de sus comunidades autónomas anunciando que todas ellas impulsarán una EBAU (prueba de acceso a la universidad) común para 2025. Mismo contenido, mismo criterio de corrección y misma fechas para los estudiantes que se examinen en alguna de las regiones gobernadas por el PP, ha prometido Feijóo. Tras el 28 de mayo suponen el 70% del territorio. 

Las competencias en materia de Educación están cedidas a las comunidades por lo que el anuncio hecho por el líder de la oposición correspondería a los presidentes autonómicos o, en su caso, a los consejeros de educación. No ha sido así. Es más, que Feijóo avanzara el plan este miércoles formaba parte de una estrategia que se acordó poner en marcha solo un día antes en una reunión entre el presidente del PP, la vicesecretaria del área de Educación del partido, Ester Muñoz, y los consejeros de cada región.

Por eso, justifican, todavía no pueden explicar cómo lograrán adaptar las pruebas de acceso a la universidad de 11 comunidades autónomas en menos de dos años. Desde la vicesecretaría de Educación del PP aseguran a Público que el anuncio ha sido solo una declaración de intenciones y que ahora trabajarán "para ver cómo se hace". En las próximas semanas celebrarán más reuniones de trabajo con la comunidad educativa y también pretenden hablar con los rectores de las universidades.

"Ahora toca ver cómo se hace", responden a este medio sin esconder que el plan de unificación de la EBAU se pilotará desde Génova. Aseguran además que le harán llegar su modelo al Ministerio de Educación para que se extensible al resto de comunidades. De primeras, el gabinete de Pilar Alegría ya ha mostrado su rechazo a una propuesta que no convence del todo ni siquiera en la dirección nacional del PP, donde algunos dirigentes se muestran expectantes ante su aplicación real. 

El Ministerio rechaza la propuesta: "Es inviable"

Fuentes del Ministerio trasladan ya que ven "inviable" el plan del PP porque los currículos educativos no son iguales en todas las comunidades dado que las autonomías fijan una parte del currículo educativo, que en las no bilingües es el 40%, el otro 60% lo establece el Ministerio, y en las bilingües el 50%. "En cuanto a una nueva EBAU común en contenidos, hay que saber que quiere decir el señor Feijóo con esa expresión porque tal vez desconozca que una parte muy importante del currículo lo fija cada comunidad", aseguran. 

¿Piensa el PP forzar la imposición de un mismo currículo en todas las regiones en las que gobierna? En Génova todavía no hay respuesta para esto.

Además, desde el equipo de Alegría señalan que la calificación final para el ingreso a la universidad se compone con un 60% de la nota media de los 2 años de bachillerato y un 40% del peso de la calificación obtenida en la EBAU, por lo que el hecho de hacer una prueba única no garantizaría resolver "la supuesta diferencia" entre comunidades que denuncia el PP, apuntan a Público. Aseguran que el plan de Génova  generará división y más desigualdades

Informa PISA, una señal de alarma

La batalla en educación se ha abierto y promete ser cruenta con un PP que ha activado la maquinaria institucional en sus comunidades frente al plan de refuerzo educativo anunciado por Pedro Sánchez. Una partida millonaria que irá incluida en los Presupuestos Generales del Estado para mejorar las competencias en matemáticas y comprensión lectora de los estudiantes españoles. 

Entre el ruido político se esconde la última edición del Informe del Programa para la Evaluación Integral de Alumnos (PISA), la prueba educativa más destacada a nivel mundial. Publicado en diciembre de 2023, arrojó el peor resultado histórico del sistema educativo de nuestro país. Un batacazo, especialmente en Matemáticas y Lengua, que si bien se enmarca en un descenso global de la evaluación en el que España se mantiene por encima de la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), no deja de ser una señal de alarma.