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PSOE y Unidas Podemos salen de la reforma del 'solo sí es sí' con la mayor herida de la legislatura

Los socialistas decretan "cierre de ciclo" tras sacar adelante su proposición en el Congreso. En la formación morada creen que al PSOE le va a costar mucho explicar por qué han reformado una de las medidas estrella que emanan del movimiento feminista con una fuerza como el PP. 

Las ministras de Derechos Sociales e Igualdad, Ione Belarra e Irene Montero, se abrazan en el Congreso tras la intervención de esta última en el debate sobre la reforma de la ley del 'solo sí es sí'
Las ministras de Derechos Sociales e Igualdad, Ione Belarra e Irene Montero, se abrazan en el Congreso tras la intervención de esta última en el debate sobre la reforma de la ley del 'solo sí es sí'. Dani Gago

"Se cierra un ciclo". Este es uno de los mensajes que trasladan desde el PSOE tras la polémica votación celebrada este jueves en el Congreso de los Diputados. La reforma de la ley del solo sí es sí se ha materializado, a falta de su aprobación en definitiva en el Senado, tras meses de disputas internas en el Gobierno. La visión en Unidas Podemos no ha variado un ápice. Tampoco en el PSOE. El fin de los trámites legislativos no cierra las diferencias y, al contrario, supone el inicio de una más que probable disputa política e ideológica que trasciende al ámbito institucional.

"Hoy es un día triste", destacó la ministra de Igualdad, Irene Montero, durante su intervención desde la tribuna de la Cámara Baja. La ministra decidió intervenir al final del debate (cualquier miembro del Gobierno puede hacerlo cuando así lo desee) para transmitir su posición y la de su grupo. "Costó muchos años poner el consentimiento en el centro. Ahora, estamos volviendo a escuchar a sectores del poder judicial político y mediático señalar que el consentimiento es un teatro", dijo. 

UP y PSOE llevan meses con interpretaciones diferentes sobre lo que supone la reforma que se ha votado este jueves. Se han mantenido firmes hasta el final. En las filas socialistas, según las fuentes consultadas por Público, reconocen que lo vivido este jueves, y durante todo este tiempo, no ha sido "una situación agradable". "No me gustan estas diferencias en el Gobierno", destacaba una ministra socialista. 

Lo cierto es que de momento más de 2.000 juristas y activistas y unas 150 organizaciones feministas han firmado un manifiesto en contra de los cambios. Este miércoles se convocaron concentraciones frente al Ministerio de Justicia en Madrid y en otros puntos del Estado para protestar por la reforma. También lo confirman diversas juristas consultadas por este periódico en las últimas semanas. 

Pero en todo caso, el PSOE lleva semanas dando por amortizado el daño electoral y de imagen que, a su juicio, estaban provocando los "efectos indeseados" de la Ley de Libertad Sexual. "El tema está cerrado", destacan desde Moncloa. Precisamente por una reforma que han sacado adelante con los apoyos de la derecha. Algo que "no preocupa" en las filas socialistas porque "lo importante era la reforma".

Sobre los populares, en un primer momento negaron que fueran a tener conversaciones. Su posición cambió en la recta final y se pactaron "enmiendas técnicas". En el PSOE critican la "sobreactuación" del PP en el momento de aplaudir tras las votaciones. Solo ese grupo se levantó para hacerlo. "Les importa poco la ley", señaló en los pasillos del Congreso el portavoz parlamentario Patxi López, que también criticó la "escenografía teatralizada" del partido que lidera Alberto Núñez Feijóo. 

Las diferencias sobre el desgaste también son palpables entre los dos partidos. "Les hace más daño a ellos", afirman con rotundidad en el PSOE. Lo ejemplifican con unos datos de diferentes encuestas privadas cuyos datos reflejarían que una mayoría de votantes de UP serían partidarios de corregir la norma. 

Nadie en el PSOE, en todo caso, se atreve a hablar de ruptura. "No va a pasar nada que no haya pasado ya", afirman fuentes del partido que no ven signos de que se pueda romper el Gobierno, por parte de UP, por las consecuencias de esta reforma. "No creo que estén practicando una política para irse ahora pero juegan a subrayar diferencias con Sumar", añaden las fuentes consultadas respecto a las disputas entre sus socios. Es decir, entre Podemos y el proyecto de Yolanda Díaz, ya completamente visibles para la opinión pública, aunque no en el proceso de reforma de la ley del solo sí es sí, donde ha habido coordinación entre ambas partes.

Podemos cree que el PSOE tiene difícil explicar su posición

La lectura de Podemos sobre lo sucedido este jueves en el Congreso de los Diputados dista mucho de la de los socialistas. En la formación morada creen que al PSOE le va a costar mucho explicar por qué han reformado una de las medidas estrella que emanan del movimiento feminista con una fuerza como el PP, que tiene una hoja de servicios a modo de bloque de oposición a normas históricas como la ley del aborto.

Pero más allá de los relatos y argumentarios, lo que parece claro es que ni Igualdad ni el espacio confederal van a pasar página con este asunto. Como expresó Irene Montero este jueves en la tribuna de la Cámara Baja, sacar el consentimiento del centro de la ley es un retroceso en materia de derechos feministas, y si el movimiento planta cara y trabaja en los avances, lo hace con mayor intensidad y esfuerzo en los retrocesos, un principio que comparten en Podemos.

Por este motivo, no se espera que Montero o el resto del espacio den por amortizada esta disputa, sino que el cierre de la batalla legislativa con el PSOE por reformar la ley del solo sí es sí parece que dará paso a una disputa ideológica de mayor calado en la que la formación morada buscará recuperar el consentimiento como núcleo fundamental de la norma.

Durante el Pleno, Montero estuvo arropada por su secretaria general y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, a la que se abrazó tras su intervención; también asistió Yolanda Díaz, que aplaudió de pie a la titular de Igualdad, al igual que el resto de la bancada de Unidas Podemos.

En la admisión a trámite, hace unas semanas, de la reforma registrada por el PSOE (que pasó el filtro del Pleno en ese momento también gracias al PP), se vio conversar a Díaz y a Montero en la sala del Escritorio de la Cámara Baja. Aunque en el espacio han mantenido diferencias estratégicas y discursivas sobre cómo afrontar esta batalla con los socialistas (las famosas formas que tan de moda parecen estar en las disputas de la izquierda) el fondo político ha sido compartido por todas las partes, que rechazan sin fisuras la modificación legislativa pactada entre los socialistas y el PP.

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