El pueblo de Teruel con un imponente castillo medieval y pasadizos subterráneos

Enclavado en la provincia de Teruel, Alcañiz es un pintoresco pueblo que cautiva tanto a los amantes de la historia como a los turistas que buscan adentrarse en el alma medieval de Aragón. Con una rica herencia que abarca siglos de tradiciones, la localidad es conocida por sus calles empedradas, su arquitectura renacentista y, por supuesto, por el castillo que se erige sobre la loma de Pui Pinos.
Alcañiz, que fue un importante centro en la Edad Media, es también un excelente punto de partida para explorar la zona y descubrir su legado cultural. A lo largo de los siglos, Alcañiz ha sido testigo de diversas civilizaciones y periodos históricos, desde los romanos hasta la Edad Media, pasando por las influencias islámicas. Su castillo, que data de principios del siglo XIII, ha jugado un papel fundamental en la protección y el desarrollo de la localidad.
Pero más allá de su arquitectura militar, el castillo de Alcañiz es un testimonio de la evolución del arte y la arquitectura medieval en Aragón, con una fusión de estilos románicos y góticos que han dejado una huella indeleble en el paisaje de la región.
El castillo de Alcañiz
Situado sobre la estratégica loma de Pui Pinos, el castillo de Alcañiz fue edificado con fines defensivos a principios del siglo XIII. Su estructura se adapta a las características del modelo de fortificación Felipe Augusto, una de las primeras en la península en adoptar este estilo, lo que le otorga un carácter singular. La fortaleza presenta una planta regular flanqueada por torres y un patio interior que conecta las distintas dependencias del castillo.
Esta disposición es típica de las construcciones militares medievales y refleja la importancia del castillo en la defensa de la localidad. Una de las particularidades más destacadas del castillo es la combinación de dos áreas claramente diferenciadas: la zona religiosa y la militar. La parte norte alberga la capilla dedicada a Santa María Magdalena, una de las primeras parroquias de Alcañiz, construida en el estilo románico.
La capilla destaca por su bella portada románica, uno de los pocos ejemplos que sobreviven en el Bajo Aragón, y por su sobria planta rectangular, cubierta por una bóveda de cañón apuntado. Además, el claustro adyacente complementa la belleza del conjunto, con su arquitectura refinada y sus pinturas murales que adornan las paredes de las estancias.
Otro elemento clave de la fortaleza es la torre del Homenaje, que data del siglo XIV. Esta torre, de planta cuadrada, fue construida como parte del programa defensivo del castillo y servía como residencia del comendador. Con una impresionante fachada gótica y un ventanal decorado con arcos entrelazados, la torre se erige sobre el atrio de la capilla y alberga diversas estancias, que en su momento fueron utilizadas tanto como residencia como para funciones militares.
Los pasadizos subterráneos
Además de su impresionante arquitectura, el castillo de Alcañiz esconde un intrigante sistema de pasadizos subterráneos que añaden un aire de misterio al lugar. Aunque los detalles sobre estos pasadizos son limitados, se sabe que fueron utilizados en épocas pasadas como rutas de escape o como vías de comunicación secretas entre las distintas partes del castillo y la ciudad.

Estos túneles subterráneos conectan diversos puntos del castillo y, según algunas fuentes, habrían jugado un papel importante en la defensa de la fortaleza, permitiendo el movimiento discreto de los habitantes durante tiempos de guerra. La existencia de estos pasadizos subraya la importancia estratégica de Alcañiz durante la Edad Media.
Además, su conservación ha permitido a los arqueólogos y a los historiadores obtener una visión más detallada de las técnicas de construcción utilizadas en la época y de cómo se organizaba la vida en el castillo. Aunque hoy en día no todos los pasadizos son accesibles al público, algunos de ellos siguen siendo objeto de estudio y conservación, lo que añade una capa extra de fascinación a la visita al castillo.
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