Podemos, con las puertas abiertas de par en par

@begonapina

MADRID.- Uno de los gestos más abiertamente honestos y sinceros que probablemente veamos entre los políticos de estos tiempos oscuros, de corrupción y mentiras, es el que han protagonizado los miembros de Podemos al permitir que unas cámaras les acompañaran en todo el proceso de construcción del partido, dejando para este testigo mudo las puertas abiertas de par en par. Política, manual de instrucciones, escrita y dirigida por Fernando León de Aranoa —coproductor también con Jaume Roures— es un documento histórico, pero, además, por las circunstancias de la actualidad política hoy, se convierte en un arma electoral involuntaria de altísima precisión y elevado nivel de eficacia.

Crónica de “uno de los procesos políticos más inesperados y vertiginosos de nuestro tiempo”, la película hace “un seguimiento detallado de la construcción de Podemos. Un manual práctico sobre cómo elaborar y comunicar un proyecto político en tan solo un año”. Se trata, apunta el cineasta en sus notas de dirección, de un “relato independiente. Un relato que, por lo excepcional de su naturaleza, consideramos necesario histórica y cinematográficamente, y atractivo para cualquier espectador, con independencia de sus ideas o del sentido de su voto”.

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Las disidencias internas, el constante debate, las discusiones políticas, los desencuentros están en este recorrido, lo mismo que los fracasos, las tácticas equivocadas y las decepciones, todo al lado, por supuesto, de la ilusión, de las certezas, los tiempos de ocio y los momentos más fértiles del trabajo. Con un montaje espléndido, obra de Yago Muñiz, este documental que podría sonar a propaganda (no lo es) es en realidad una película entretenidísima, con un evidente interés, un pequeño componente humorístico y un par de escenas muy emocionantes. Una película a recomendar.

Fernando León de Aranoa acompaña a sus personajes en los diferentes viajes que realizaron desde el comienzo del proceso en 2014, especialmente a los países americanos, graba entrevistas con los miembros más destacados del partido, se une a la caravana electoral, está en los mítines, en los encuentros con otros políticos y personajes públicos… y, lo que resulta especialmente atractivo, muestra la forma en que se produce el trabajo, cómo escriben los discursos, de qué forman manejan las redes sociales, cómo especifican en sus reuniones las ideas claves para la acción…

No faltan en ‘Política, manual de instrucciones’ las agresiones y ataques directos lanzados contra Podemos, ni la reacción a estos. No se ocultan momentos que han provocado feroces críticas y, tal vez, cierto desencanto. Más bien, al contrario, esos son justamente los ‘gestos’ que León de Aranoa aprovecha para sacar el mejor partido de sus personajes.

Leal y cómplice de sus personajes en todas sus películas, el cineasta lo es también en esta, donde consigue tumbar la imagen que muchos tienen de Pablo Iglesias como un tipo petulante y engreído. El cineasta convierte algunos de los ‘errores’ del secretario general de Podemos en la mejor baza para demostrar su humanidad y también su disciplina de equipo.

“Aquel fue un debate en el que me equivoqué”, dice Iglesias refiriéndose al ya conocido momento don Pantuflo con Eduardo Inda, y entonces, tal y como lo dice a la cámara, no solo le crees, además le entiendes

“Aquel fue un debate en el que me equivoqué”, dice Iglesias refiriéndose al ya conocido momento don Pantuflo con Eduardo Inda, y entonces, tal y como lo dice a la cámara, no solo le crees, además le entiendes. Como entiendes su risa cansada cantando, la noche electoral en Catalunya, “Always look on the bright side of life” (“siempre mira el lado brillante de la vida”), de los Monty Python, o como aceptas su asombro ante las plantas que sobreviven al frío del invierno en Central Park.

No es el único protagonista de esta historia. La revelación de la afabilidad y el sentido del humor de Pablo Iglesias se complementan con el ingenio y la agudeza de Íñigo Errejón, magnífico exponiendo las teorías políticas y haciendo comparaciones de táctica de campaña con estrategias bélicas. “En la campaña, las palabras son como las colinas en una guerra, hay que conquistarlas”. Y conquistar fue exactamente lo que ambos hicieron con Juan Carlos Monedero, más reacio que ellos al principio a lanzarse a esta aventura. Un arroz que él mismo cocinó en su casa y, al parecer, dos botellas de Albariño, le decidieron finalmente, según cuenta el propio Pablo Iglesias a la cámara.

“Éramos deliciosamente folclóricos e inofensivos” dice Errejón en un momento refiriéndose a la idea que otros grupos políticos tenían de ellos. Hoy son una auténtica posibilidad de cambio que ganará, sin duda, unos cuantos votantes más si ven esta película. La mirada del cineasta, más curiosa que entusiasta, asegura cero impostura en su relato. Lo que sea o no fingido en sus personajes es otra cosa, aunque, ciertamente, si lo hay, tenemos a la vista unos grandes actores.