Entrevista a Rodríguez Palop"La izquierda no se puede permitir generar marcas en competencia, esto obedece a una lógica empresarial"
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La eurodiputada de Unidas Podemos María Eugenia Rodríguez Palop (Llerena, Badajoz, 1970) es una de esas voces que, desde hace años, han abogado siempre por un entendimiento y confluencia entre las izquierdas. Persona independiente proveniente del mundo de la academia (doctora en Derecho y profesora de Filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid) se puso al frente de la candidatura al Parlamento Europeo de Unidas Podemos en 2019, una vez Pablo Bustinduy se retiró de la lista. Por su obra teórica sobre el feminismo y ecologismo y por su trayectoria, es una voz a tener en cuenta cuando habla de dos temas de acuciante actualidad: las políticas feministas, como las desarrolladas por el Ministerio de Igualdad, y las polémicas que rodean la siempre controvertida unidad de las izquierdas.
Vivimos tiempo de incertezas para el feminismo y los derechos de las mujeres en toda Europa. ¿Cuáles son los principales riesgos de retrocesos en la UE?
En la Unión Europea, el mayor riesgo es el que representa la extrema derecha y su discurso, que cada vez se impone más. Hemos visto a Suecia e Italia cambiar de signo político y la presión de Hungría y Polonia se está extendiendo a todo el eje de Visegrado (Eslovaquia, Hungría, Polonia y la República Checa). Son o van a ser cada vez más los gobiernos que en el Consejo Europeo se opongan a cualquier avance en políticas feministas.
"Son cada vez más los gobiernos que en el Consejo Europeo se oponen a cualquier avance en políticas feministas"
Por otro lado, la mayor disputa que tenemos es la disputa de la familia, porque la lucha por volver al esquema de la familia "natural" está ganando terreno. Y en esa lucha, el papel de la mujer, como madre, sea real o potencial, es el más importante para la extrema derecha. En primer lugar, porque garantiza la pureza de la raza. Amanecer Dorado, por ejemplo, habla de ecología racial y dice que las mujeres europeas deben tener hijos propios para que se garantice la perpetuidad de la raza genuinamente europea. Está también ahí la teoría del gran reemplazo, para evitar que vengan migrantes a sustituirnos, con lo que al racismo se une la xenofobia. Según esta perspectiva, las mujeres salvaguardan también las costumbres. Las madres representan la continuidad de las iglesias, ya sean católicas, musulmanas o evangelistas.
Yo creo que en este terreno es donde se pueden dar los mayores retrocesos a futuro. Ahí está la lucha por los derechos sexuales y reproductivos, por ejemplo. Polonia ha retrocedido en ese sentido, Hungría también. Por tanto, discursiva y legislativamente es un elemento importante.
¿Qué alternativa plantean sobre estas cuestiones en disputa con la ultraderecha desde una opción progresista de izquierdas?
En relación a la familia, de la que hablaba antes, no podemos dejarle este terreno a las derechas... Y no solamente porque tenemos que apostar por la diversidad familiar (de ahí que la ley de familias sea una ley relevante que debe salir en esta legislatura), sino que también tenemos que darle una solución a quienes apuestan por una familia convencional, que no se pueden ver excluidos del discurso de las izquierdas.
"Quienes apuestan por una familia convencional no se pueden ver excluidos del discurso de las izquierdas"
Por supuesto, también tenemos que trabajar por los derechos sexuales y reproductivos, por el derecho al aborto, que debería figurar como un derecho humano en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, como hemos defendido en el Parlamento Europeo. También, evidentemente, están las luchas clásicas del feminismo, en las que todavía no hemos obtenido una victoria radical. Hoy estamos trabajando en una Directiva de violencias contra las mujeres precisamente porque no se ha conseguido ratificar el Convenio de Estambul ni se ha conseguido calificar la violencia de género como un eurodelito (para que se persiga por igual en todos los Estados de la Unión), a pesar del apoyo mayoritario y claro que ha recibido esta iniciativa en el Parlamento.
Además, estamos trabajando en una Directiva de transparencia salarial que ha recibido muchísimas resistencias por parte del Consejo Europeo, una vez más, y lo único que exigimos es que las empresas, igual que ocurre ya en España gracias al Ministerio de Trabajo, sean transparentes para poder evaluar la brecha salarial de género, que sabemos que existe y que está en el 14.8% en la Unión Europea.
Finalmente, tenemos la Estrategia europea de Cuidados, que pone el acento en los cuidados de larga duración y en la infancia. La de los cuidados es la gran revolución de nuestros tiempos. Mientras no se resuelva el cuidado en el ámbito formal e informal, las mujeres no llegarán a estar en condiciones de competir en el mercado laboral.
Este 25N el feminismo volvió a manifestarse dividido, al menos en las calles de Madrid. ¿Qué salud diagnostica al movimiento feminista que tanta adhesión consiguió hace unos años en el Estado español?
El movimiento feminista siempre ha tenido manifestaciones muy diversas, incluso simultáneas, en diferentes lugares. Hoy en América Latina está muy fuerte, es un movimiento sólido. De hecho, está alcanzando cotas institucionales que no se habían visto nunca. Lo hemos visto en Chile y en Colombia... Ya nadie duda de la necesidad de un ministerio de igualdad, llámese como se llame.
"Estamos en riesgo de retroceder también por la fragmentación dentro del movimiento feminista"
En Europa, sin embargo, nos hemos quedado algo estancados, sigue habiendo solamente dos leyes de violencia de género, en España y en Suecia... En Suecia en franco retroceso. El resto de los países hablan de violencia doméstica o subsume la violencia contra las mujeres en otros tipos penales. Creo que estamos bastante estancados y en riesgo de retroceder también por la fragmentación que se está dando dentro del movimiento feminista, que espero sea simplemente una disidencia o una muestra de pluralismo y que no pase determinadas líneas rojas o puntos de no retorno. La fragmentación es una mala noticia.
Por otro lado, me preocupa que puedan llegar a asumirse las lógicas y los marcos de la extrema derecha. No basta con legislar bien por y para las mujeres, sino que hace falta hacerlo de otra manera, revertir la lógica patriarcal, hacerlo desde un marco que no sea el convencional. Por eso, a mí siempre me ha parecido muy importante defender la feminización de la política y del espacio público, porque creo que supone llevar los aprendizajes y las habilidades de las mujeres a ese espacio, y no podemos renunciar a eso.
En una manifestación del 25N en Madrid hubo una pancarta que cargaba directamente contra Irene Montero, ministra de Igualdad. ¿Cómo valora la situación que está recibiendo la ministra en las últimas semanas?
Completamente injustificada, sin ninguna ambigüedad, porque creo que se está legislando muy bien desde el Ministerio de Igualdad, se está avanzando de una manera muy contundente en la agenda feminista. Se ha apostado por leyes que exigía el movimiento feminista en las calles desde 2018. Sinceramente, estas críticas me parecen injustificadas.
"Se está legislando muy bien desde el Ministerio de Igualdad"
Otra cosa es que pueda haber disidencias o diferencias respecto a cuestiones técnicas en esas normas. Como estamos viendo, a algunas fuerzas políticas les parece necesario un aval judicial para los menores trans de entre 14 y 16 años que quieran hacer su cambio registral, y eso es legítimo. Uno puede estar de acuerdo o no estar de acuerdo, pero lo que no es admisible es que se critique con el único objetivo de tumbar al Ministerio de Igualdad y hacer daño desde el punto de vista personal a la ministra. Esto está completamente fuera de lugar.
¿Es víctima la ministra Montero de una campaña de violencia política?
Es bastante evidente. No ha sido la primera ni va a ser la última, lamentablemente. Pero en este momento creo que es un objetivo muy claro de las derechas y probablemente no sólo de las derechas.
En el Parlamento Europeo se hizo un estudio que ponía claramente de manifiesto que las mujeres, en términos generales, somos objeto de violencia política, especialmente aquellas dedicadas a la política o al periodismo, y especialmente aquellas que defienden la igualdad o que se han significado como feministas. Son campañas que se intensifican en los países en los que gobierna la extrema derecha, así que el diagnóstico está bien claro.
¿Está bien la ley del 'solo sí es sí' tal como está aunque estén saliendo a la calle algunos condenados al disminuir las penas?
Creo que la ley técnicamente es correcta. La discusión que ha habido sobre la disposición transitoria es técnico-jurídica y me parece, en cierto modo, estéril. Esa supuesta laguna está perfectamente cubierta con las disposiciones transitorias del Código Penal. Por lo demás, ninguna ley es perfecta, todas las leyes, en su aplicación, dependen de interpretaciones judiciales y eso ni se puede ni se debe evitar. Para eso están los jueces, para interpretar y aplicar las leyes caso a caso.
"Tenemos un Poder Judicial caducado, de cuya legitimidad se puede dudar"
Eso sí, lo que está claro es que los jueces, tengan tal o cual ideología, deben tener una buena formación. La CEDAW nos ha dicho con toda claridad que a nuestros jueces les falta formación en perspectiva de género. Con esto no quiero cargar necesariamente contra el Poder Judicial, no se trata únicamente de jueces aislados, sino de cómo funciona el sistema judicial en su totalidad. A esto se suma que ahora mismo en España tenemos un Poder Judicial caducado, de cuya legitimidad se puede dudar. De manera que hay diferentes cuestiones que es posible plantear en este sentido, y que no tienen necesariamente que ver con la ley del solo sí es sí.
¿Se ha explicado bien desde el Gobierno esta ley?
Se ha explicado perfectamente y, de hecho, se ha explicado incluso más allá de lo exigible y de lo que se han explicado muchísimas leyes más complicadas que esta. Esta ley obedece a una exigencia del movimiento feminista que no se orientaba a incrementar las penas, no lo olvidemos, sino a calificar adecuadamente lo que estaba pasando. Y se ha calificado adecuadamente: hay violación en una relación sexual sin consentimiento expreso y explícito. Esto es lo que dice también la Estrategia de Igualdad de la Unión Europea y la Directiva sobre violencias contra las mujeres en la que estamos trabajando en este momento.
¿Es mejor una ley cuanto más sanciona?
En absoluto. El movimiento feminista nunca ha sido punitivista. A mí me parece un acierto que se hayan rebajado las penas mínimas y creo que es lo lógico. No descarto, y no se puede descartar, lo que ha sucedido. Aunque hubiera existido una disposición transitoria en la ley, podía haber sucedido igualmente.
"El movimiento feminista nunca ha sido punitivista"
Creo que el objetivo del feminismo no es únicamente incrementar las penas sino tener una buena política preventiva, tener buenas políticas sociales, acompañar a las víctimas, establecer buenos mecanismos de reparación a las víctimas y, por tanto, me parece que el eje central está en otro lugar. El punitivismo lo que hace es individualizar un problema que sabemos que es social, estructural, y que no se reduce a unas cuantas manzanas podridas. Esto es precisamente lo que querría la extrema derecha. Está claro que entrar en ese marco es hacerle un flaco favor al feminismo y hacerle un gran favor a quienes son profundamente antifeministas, los que clamaban, en su momento, por penas como la cadena perpetua o la pena de muerte para los violadores, sobre todo si eran extranjeros. Las feministas no estamos ahí ni hemos estado nunca ahí.
Otra ley del ministerio que está causando fuertes discusiones con el PSOE es la ley trans. ¿Tienen que tener los menores derecho a ejercer la autodeterminación de género?
Por supuesto que sí. Y está reconocido también en la Unión Europea, en diferentes Estados y con diferentes instrumentos. El derecho a la autodeterminación de género está ya consolidado como un derecho humano, como un derecho fundamental, y en relación a los menores existen diversas legislaciones. En algunos casos se exige ser mayor de 16 o mayor de 18, y en otros casos, incluso, mayor de cinco años. Las normas en este sentido son muy variadas porque hay que matizar, ajustar para saber cuáles son las garantías que este derecho tiene que tener y, en relación a los menores, cuáles son las salvaguardas que se tienen que articular.
"El derecho a la autodeterminación de género está ya consolidado como un derecho humano"
Evidentemente, es legítimo discutir si se ha de necesitar aval judicial o no, en qué período o en qué franja de edad..., pero nadie discute que los menores tienen derecho a la autodeterminación de género. Y todo lo que tiene que ver con la disforia de género o con la estigmatización por la vía médica o psicológica está completamente erradicado.
¿Qué balance hace del Gobierno de coalición, ahora que entramos en el último año de legislatura? ¿Ha valido la pena que Unidas Podemos entrara en el Gobierno?
Sin ninguna duda ha valido la pena. La presencia de Unidas Podemos ha permitido o ha facilitado que salieran a la luz normas que de otra manera no se sabe si hubieran salido. Hablo, por supuesto, de toda la legislación laboral y la legislación feminista, que han sido especialmente alabadas en la Unión Europea.
Yo trabajo en la Comisión de Igualdad de Género y en la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, y me consta que, en ambos terrenos, España es completamente pionera. Podría añadir todo lo que se ha hecho desde el Ministerio de Asuntos Sociales en relación a la infancia y a la familia, que también está claramente en línea con la Recomendación del Consejo sobre garantía infantil en la UE.
Yo creo que la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno ha garantizado a España un lugar preeminente en la Unión Europea que de otra manera no sé si hubiera tenido.
Es evidente la disputa alrededor de la creación de un nuevo sujeto político liderado por Yolanda Díaz. Podemos ha mostrado sus diferencias con el proyecto. ¿Cree que habrá un solo proyecto de unidad en la izquierda?
"La izquierda tiene que ir unida, yo siempre he apostado por confluencias"
Debe haber unidad y creo que no hay alternativa. En la izquierda no nos podemos permitir generar marcas en competencia para garantizarnos una clientela porque esto obedece a una lógica empresarial que solamente le funciona a la derecha. La izquierda tiene que ir unida. Yo siempre he apostado por confluencias, por coaliciones a las que se pudieran incorporar personas independientes procedentes de la universidad, de la sociedad civil... Yo misma soy una persona independiente incorporada a la confluencia de Unidas Podemos, que creo que fue exitosa... La muestra es que formamos parte del primer gobierno de coalición de la historia de España y es exitoso y en Europa estamos haciendo una gran labor. Por lo tanto, me parece que la experiencia nos dice que la unidad es lo único que nos garantiza el éxito.
Usted se ha implicado con el proyecto Sumar de Yolanda Díaz. ¿Qué balance hace de lo recorrido hasta ahora?
A mí me parece positivo. Se está trabajando de manera concienzuda por generar un proyecto de país con un montón de grupos temáticamente divididos y de los que forma parte gente muy valiosa. Ese es el proyecto que va a garantizar una visión estable de lo que tenemos y de lo que queremos tener. Creo que seguir trabajando en un programa a largo plazo es muy importante.
"El liderazgo de Yolanda es el que puede unificar a las izquierdas"
Además, todas sabemos que el liderazgo de Yolanda es el que puede unificar a las izquierdas, que es lo que queremos, y justo por eso está muy bien valorado. Ella tiene un enorme recorrido político, experiencia, una visión clara y un gran conocimiento del terreno que pisa. De manera que yo apoyo el proyecto, apoyo el programa, apoyo el liderazgo y creo que vamos en buena dirección.
Volvamos a Europa. ¿Qué le ocurre a la izquierda alternativa europea, que está en claro retroceso numéricamente?
La izquierda siempre ha sufrido de síndrome de Estocolmo. La socialdemocracia se vendió al neoliberalismo y las izquierdas corremos el riesgo de comprar los marcos y las lógicas agresivas de las derechas para intentar responder desde ahí a las disputas que nos presentan, cuando nosotros tenemos que imponer nuestro propio marco.
Por otra parte, las derechas están interesadas en defender el antifeminismo y la xenofobia, y nosotros todavía no hemos dado una respuesta adecuada a algunas cosas, por ejemplo, a la cuestión migratoria, que es una de las más lacerantes que tenemos ahora mismo en Europa. Hasta que no seamos capaces de responder con nuestras propias palabras, con nuestro propio marco, con nuestro propio sentido común a los problemas de la gente nos arriesgamos a sufrir serios retrocesos, y hay retrocesos de los que no se vuelve nunca.
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