Este artículo se publicó hace 9 años.
Los socialistas ceden a la presión social y ahora rechazan el blindaje a las multinacionales
Aunque la semana pasada votaron junto a la derecha europea a favor de un informe parlamentario que no rechazaba la fórmula del arbitraje privado, han presentado tres enmiendas para rectificar su posición y rechazar el ISDS de plano.
Manuel Ruiz Rico
Actualizado a
BRUSELAS.- Ante la presión social desatada esta semana en torno al TTIP, los socialistas europeos han decidido rectificar la posición de no rechazar el blindaje a las multinacionales manifestada el pasado jueves en la comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo.
Ese día, la comisión dio luz verde a un informe (que será votado la semana que viene por la Cámara europea al completo) en el que, con los votos a favor de la derecha europea y los socialistas, se evitaba el rechazo explícito a incluir los tribunales de arbitraje privados en el TTIP, el acuerdo comercial que la UE negocia con Estados Unidos.
Tras una semana de duras críticas por haber tomado esta postura de alineamiento con la derecha, los socialistas presentaron ayer, in extremis puesto que era el último día para hacerlo, tres enmiendas a la resolución aprobada el jueves pasado por la comisión de Comercio Internacional.
En las enmiendas, se establece expresamente “proponer una solución permanente para resolver disputas entre inversores y Estados sin el uso del [método] ISDS de arbitraje privado”.
Como alternativa al ISDS, los socialistas, según se establece en otra de las enmiendas, proponer la creación “a medio plazo de una Corte Internacional de Inversiones, de carácter público como medio más apropiado para dirimir estas disputas”.
El eurodiputado socialista, Sergio Gutiérrez, se ha mostrado plenamente convencido de que las tres enmiendas “se aprobarán de modo que quedarán incluidas en el texto final del informe que votará la semana que viene el Parlamento Europeo en Estrasburgo”.
Como alternativa los socialistas proponen crear “a medio plazo una Corte Internacional de Inversiones, de carácter público como medio más apropiado para dirimir estas disputas”
Gutiérrez ha justificado esta cambio de giro del siguiente modo: el grupo socialista europeo tuvo que rebajar su nivel de aspiraciones la semana pasada, en la votación de la comisión de Comercio Internacional en la que se evitó el rechazo directo al ISDS, “para asegurar que la comisión pudiera, al menos, sacar un informe”.
De este modo, ha argumentado el eurodiputado socialista español, “de haber mantenido el rechazo total en ese momento al ISDS, la derecha no lo habría apoyado y no hubiera habido informe alguno que votar la semana que viene en Estrasburgo. ¿Y qué imagen hubiera dado el Parlamento Europeo? Sobre todo si el Parlamento, que no está en las negociaciones del TTIP junto a la Comisión Europea, pretende influir en ellas”, ha insistido.
Pero, ¿y sobre la opción de haberse alineado con Izquierda Unitaria Europea y Los Verdes para sacar adelante, y frente a la derecha, un informe sobre el TTIP pero con el rechazo explícito al ISDS?
En este caso, Gutiérrez argumenta que esta opción tampoco hubiera sido posible porque “estos partidos, sobre Izquierda Unitaria Europea, no hubieran votado a favor de ningún informe sobre el TTIP porque están contra el TTIP, de modo tampoco habría salido informe alguno que enviar la semana que viene a Estrasburgo”.
Gutiérrez ha señalado que son conscientes de que esta semana se ha trasladado a la sociedad “que los socialistas se han vendido a las multinacionales”
Pero, ¿y por qué no explicaron todo esto la semana pasada cuando socialistas y populares hicieron un frente común en la comisión de Comercio Internacional para sacar adelante el informe sin el rechazo al ISDS? ¿Por qué dejar pasar las cosas una semana?
Gutiérrez ha señalado que son conscientes de que esta semana se ha trasladado a la sociedad “que los socialistas se han vendido a las multinacionales” mientras que la también eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero lo ha achacado a que “la estrategia comunicativa en este punto ha sido mejorable”.
Rodríguez-Piñero ha insistido, con todo, en que “un ISDS basado en el arbitraje privado es una línea roja por la que no pasarán los socialistas como también lo es que Estados Unidos acepte las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo, que se asegure la transparencia en las negociaciones del TTIP así como evitar las privatizaciones de los servicios públicos”.
Si la semana pasada se votó en contra de esta línea roja fue, aseguran, por estrategia política. Pero nada de esto dijo el socialista alemán y presidente de la comisión de Comercio Internacional, Bernd Lange, la semana pasada tras la votación del informe que abría la puerta al ISDS. Lange se limitó a explicar que era mejor algún informe que ninguno, a pesar de todo. Una semana después, los socialistas han decidido rectificar su posición.
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