barcelona
Helena Solà (Barcelona, 1976) se ha erigido como la tercera opción para presidir Esquerra Republicana en la votación de este sábado, al frente de la candidatura Foc Nou que comparte con el exdirigente de los republicanos Alfred Bosch. Solà es licenciada en educación primaria en la Universitat Autònoma de Barcelona y su vida política se ha desarrollado principalmente en el municipio barcelonés de Cerdanyola del Vallès donde ha sido concejala.
Actualmente es miembro del Consell Nacional de ERC y ha sido responsable de la oficina del delegado del Govern en Barcelona, asesora técnica de educación en la Diputación de Barcelona y consejera del Área Metropolitana de Barcelona. A pesar de ser toda una desconocida para el gran público y para parte de la militancia, ha conseguido colarse en la fase final de la pugna por liderar ERC, y puede ser decisiva.
La suya es una candidatura que se define netamente independentista y que se posiciona en contra de los acuerdos con el PSC o el PSOE, y de la reciente investidura de Salvador Illa. Y de espíritu totalmente renovador, puesto que se postulan como la única candidatura que no tiene ningún miembro de la actual Ejecutiva Nacional de ERC. Pase lo que pase, Solà marcará un hito en este 30 Congreso de ERC, es ya la primera mujer que aspira a presidir el partido en 93 años de historia.
Foc Nou es la sorpresa de la fase final para la elección de la presidencia de ERC. ¿Qué ha supuesto para ustedes conseguir los avales y poder estar en esta carrera electoral para presidir Esquerra?
En la precampaña había gente que veía con dudas si éramos una candidatura viable. El hecho de haber conseguido los avales nos abre la puerta para defender que sí tenemos posibilidades, y que hemos pasado este primer filtro. Y, por tanto, el escenario ha cambiado en el sentido de que la militancia nos ve de otra manera. Ahora nos ven como una posibilidad real y un actor que no hemos quedado por el camino. Y la gente que tenía dudas se está planteando el voto por nosotros. ¡Y esto es bueno!
¿Qué representa Foc Nou en estas elecciones por el liderazgo de Esquerra?
Foc Nou representa una ruptura con lo que ha habido hasta ahora. Representa algo fresco, algo nuevo. Representamos la regeneración, la ilusión, las ganas de recuperar el orgullo de pertenencia. También la claridad en el mensaje. Y nosotros somos muy claros cuando decimos que queremos situar de nuevo la independencia como uno de los objetivos, uno de los pilares, que debe tener nuestro partido. Lo manifestamos sin ningún tipo de complejo.
-¿Cuál diría que es la principal diferencia de Foc Nou con Militància Decidim y con Nova Esquerra Nacional?
Creo que hay varios rasgos que nos diferencian del resto de candidaturas, como la voluntad de dejar de pactar sistemáticamente con el Partido Socialista.
Pero ERC ha hecho los pactos de Govern con Junts y no fue muy bien...
No, no fue bien. Lo que no puede hacer Junts es estar en el Govern y hacer de oposición. Por tanto, uno debe ser coherente con sus decisiones y con lo que hace, y Junts no fue coherente. Pero el hecho de que no queramos pactar sistemáticamente con el PSC, no significa que nuestro socio preferente sea Junts. Lo que estamos diciendo es que nosotros no entendemos el acuerdo de investidura de Salvador Illa. Para nosotros es más bien un pacto de legislatura, porque nos hipoteca.
¿En qué les hipoteca?
Pues, por ejemplo, con los presupuestos. Porque nosotros ya hemos hecho a Illa president, ya hemos cumplido. Pero no sabemos qué pasará si Esquerra Republicana no vota los presupuestos. No está recogido en el acuerdo y no tenemos por qué votar a los presupuestos. ¿Pero será una excusa para el Partido Socialista para decir que no pueden cumplir con lo pactado? No lo sabemos, pero nosotros entendemos que nos hipoteca y que, por tanto, la militancia debe poder decidir qué es lo que vamos a hacer con este acuerdo.
¿Quiere decir que habría que volver a votar el acuerdo de investidura?
Nosotros lo que proponemos es plantear de nuevo a la militancia si debemos mantener este acuerdo o revocarlo.
Pero Salvador Illa ya es president, ¿en qué términos lo plantearían?
Claro, es que éste es el error principal y por eso soy la única presidenciable que votó en contra y que lo manifestó públicamente. Ese acuerdo fue un error. Claro que ese pacto no se puede revertir. Pero sobre todo lo que no podemos revertir es que nosotros hemos cumplido con nuestra parte. Esto ya lo hemos hecho por adelantado. Ahora nos toca esperar a que el Partido Socialista cumpla, pero lo que no queremos hacer es hipotecarnos y votar sistemáticamente los presupuestos.
¿Habría preferido la repetición electoral pese a los augurios de un mal resultado?
Era mejor repetir elecciones. Entendiendo que era un disparo en el pie, porque habría sido después del escándalo de los carteles y eso nos habría penalizado muchísimo. Además, teníamos una crisis abierta debido a que el señor Aragonès se marchó y no teníamos candidato. La situación para Esquerra Republicana era muy compleja, pero yo creo que habría estado bien haberlo reconocido i haber explicado en qué situación estábamos, pero realizar el acto de valentía que nos faltó y haber ido a elecciones. Y yendo a pecho descubierto y contando las verdades, quizás no se nos habría penalizado tanto como seguramente se podía prever. Creo que el acuerdo de investidura con el PSC fue un error que gran parte de nuestra militancia y del electorado no entendió.
¿Cómo valora los primeros cien días del Govern del PSC y de Salvador Illa en la presidencia?
Mire, en estos primeros meses de la presidencia del señor Illa nos estamos encontrando con cosas inauditas que no deberían estar pasando. ¿Cómo pueden plantear, por ejemplo, introducir el castellano en las aulas de acogida? En el acuerdo había medidas para reforzar el catalán, pero reforzar el catalán no es introducir al castellano en las aulas de acogida. No acabamos de entender, ni de ver, qué políticas están desarrollando, y se lo hemos facilitado nosotros.
Y si se dan los primeros pasos para cumplir con el acuerdo para la financiación, ¿ve terreno de juego para negociar los presupuestos?
Nosotros haremos la pregunta a la militancia. Somos un partido asambleario y no puede ser que sólo se nos consulte cada 12 años. Una consulta en la que se defenderá el sí y el no, y donde se deben explicar los beneficios, pero también los riesgos que conlleva, algo que no ha ocurrido con este pacto de investidura. Sólo se explicaron las bondades, ocultando todos los riesgos que entrañaba, sin un debate real. De hecho, no se trata de votar o no los presupuestos, se trata de preguntar a la militancia si mantenemos o no ese acuerdo.
Respecto a la política estatal, ¿cuál cree que debe ser la posición de ERC respecto al Gobierno de Pedro Sánchez?
Si depende de nosotros, ERC no volverá a facilitar una investidura en Madrid, a menos que haya un acuerdo para realizar un referéndum de autodeterminación de nuestro pueblo. Se acabaron las migajas. Llega un punto, en el que estamos pactando cosas que me parecen ridículas.
¿Por ejemplo?
Pues, por ejemplo, el traspaso de Rodalies. Unas Rodalies que no funcionan en modo alguno. Lo sé por experiencia en la línea R4 de Cerdanyola a Barcelona. ¡Es una vergüenza, es infame! Es imposible llegar a trabajar puntuales. O tienes que ir como una anchoa, o dejar pasar trenes porque ya la gente no cabe en los vagones. Eso, si no se estropea. Podría escribir un libro de mi experiencia con la Renfe. Al final, lo que estamos pidiendo es que funcione el medio de transporte de los trabajadores y de los estudiantes, principalmente de las mujeres que son mayoría en los trenes. Y parece que estemos pidiendo la luna. Creo que tenemos un problema parecido al síndrome de Estocolmo. Esto debe exigirse, porque es un derecho, a cambio de nada. ¡Que ya pagamos suficiente cada año con las balanzas fiscales!
Sí, pero un referéndum de autodeterminación no parece aceptable para el PSOE. Y la alternativa es un Gobierno de PP y Vox.
Nosotros hemos puesto una condición sobre la mesa. Si la derecha o la izquierda aceptan o no aceptan... ¡Es que estamos hablando de algo que es legítimo! Siempre existe este chantaje y creo que Esquerra, a veces, nos hemos situado en el centro de la diana, y hemos asumido responsabilidades que no nos corresponden. Al final, lo que nosotros pedimos como pueblo es legítimo. Se está haciendo en otros lugares del mundo sin ningún problema. Y lo que hacen el Gobierno inglés o el canadiense es seducir a la gente de Quebec y de Escocia. Y no ir a golpe de porras a robar las urnas y a agredir a las personas que están votando. Creo que tenemos unos marcos mentales que debemos empezar a romper. Porque siempre estamos con la cabeza agachada y aceptando dar los votos como mal menor. ¡Ya basta! Nosotros tenemos claro qué es lo que queremos y debemos empezar a exigir derechos.
Junts y la CUP han sido muy críticos con Esquerra Republicana. Con Foc Nou ¿la unidad independentista sería más viable?
Probablemente sí. De entrada, cuando algo no ha ido bien, si cambias a los actores, tienes más posibilidades de que la cosa funcione. No es una garantía, pero sí más probable. Por tanto, sí, entendemos que será más probable llegar a entendimientos. Pero no solo con los partidos independentistas. Creo que aquí juegan un papel muy importante y tienen mucha fuerza, incluso más que los partidos políticos, las entidades independentistas y la ciudadanía. Debemos ser capaces de trabajar todos juntos.
¿Y cómo han encontrado a la militancia en esta precampaña?
La militancia, por lo general, está enfadada, decepcionada y siente vergüenza. Es un momento complicado para Esquerra Republicana, no es fácil.
¿Por qué?
Porque los ataques de falsa bandera -de los carteles del Alzheimer- creo que nos han sorprendido a todo el mundo. Porque esto no casa con nuestro partido. Es algo que quizás esperas de otros partidos políticos, pero no de ERC. Y esto ha generado desafección entre la militancia.
¿Y por qué cree que ha pasado este episodio de los carteles?
Esto ha pasado porque alguien ha decidido que pasara. No ha sido un error, ahí ha habido una intencionalidad. Ha habido pagos, ideólogos, ejecutores. Esto es así. Y lo que necesitamos en la militancia es saber exactamente cómo ha sido este proceso y quién lo ha sacado adelante. Desde las personas ideólogas a las ejecutoras, a las que han pagado, las responsabilidades directas y las políticas. Debemos limpiar bien y si es necesario debemos emprender acciones legales también.
¿Acciones legales contra quién?
Contra las personas que hayan tenido relación con estos hechos. Y debemos poner los mecanismos para que esto no se repita. Es la única manera de cerrar este episodio y poder revertir el mal hecho, a la militancia, pero también respecto a las siglas. Esto ha supuesto una mancha en los 93 años de historia de Esquerra Republicana.
¿Por qué cree que no ha habido un dictamen definitivo sobre el caso antes del congreso del partido?
Lo desconozco, pero evidentemente esto no es positivo porque es importante aclararlo de una vez.
Ninguna de las dos candidaturas rivales, Militància Decidim y Nova Esquerra Nacional, parecen querer asumir ninguna responsabilidad sobre el asunto. ¿Cómo lo valora?
No, es que no lo parece, es que no las asumen. Dos tercios de la actual Ejecutiva Nacional de ERC están repartidos entre estas dos candidaturas. Por tanto, el propio equipo responsable de estos actos y de haber llevado a Esquerra donde está hoy, está repartido entre las dos candidaturas oficialistas.
Pero Oriol Junqueras asegura que esto se hizo sin su conocimiento con una estructura en B. ¿Le cree?
¿Quién es el máximo responsable de una organización política? La persona que la preside, en este caso, es el señor Junqueras. Si soy yo la presidenta del partido tendré que responsabilizarme, me guste más o menos, de todo lo que pasa en el partido. Tenga o no conocimiento. O sea, por acción o por omisión. Porque al final, el máximo responsable del partido es la persona que lo preside. Y el señor Junqueras esquiva muchas cuestiones, ésta y otras muchas, y no es capaz de asumir responsabilidades.
Si usted es la presidenta de Esquerra Republicana ¿qué hará respecto a este tema de los carteles?
Nosotros lo que vamos a encargar es una auditoría. Se debe realizar una investigación a fondo y no puede ser de parte. Y debe darse cuenta a la militancia del resultado de esta auditoría. La militancia debe tener conocimiento por los canales del partido y no por los medios. Tiene derecho a saber lo que ha pasado. Y si hace falta, debemos emprender las acciones oportunas, no solo de expulsiones del partido. Si se han hecho pagos y se han hecho de manera irregular, pues deberemos tirar por la vía jurídica también. Aquí no estamos hablando de cuatro militantes que han colgado unas fotocopias y se les expulsa. Esto es difícilmente controlable. Aquí estamos hablando de que ha habido unos pagos realizados por el propio partido. Yo creo que debemos poder controlar qué es lo que pagamos o no pagamos. Porque las secciones locales estamos muy fiscalizadas y debemos justificar absolutamente hasta el último euro. Sin embargo, aquí, barra libre, y eso no puede ser. Y por último, hay que crear los mecanismos oportunos para que esto no se vuelva a repetir.
Se ha puesto a Marta Rovira en la diana de este tema de los carteles. ¿Qué responsabilidad le atribuye?
Marta Rovira es la secretaria general. Por tanto, también es corresponsable, junto con Oriol Junqueras. El máximo responsable del partido es el presidente y, en segundo lugar, la secretaria general.
¿Están a favor o en contra del Hard Rock?
En contra. Sin embargo, parece que ya tienen unos derechos adquiridos y no se puede detener. Deberíamos pagar varios millones de indemnización. Pero va en contra de nuestro modelo de país.
¿Serían partidarios pues del aumento de la presión fiscal al juego tal y como ha tramitado ERC?
Claro. Lo que no puede ser es que tengamos en Catalunya una especie de Las Vegas, una especie de burbuja que queda excluida del Estatuto de los Trabajadores o de la fiscalidad vigente.
¿Y de la ampliación del aeropuerto?
La ampliación de las instalaciones aeroportuarias de Catalunya creo que es necesaria. Lo que no quiere decir que deba hacerse en El Prat. Si en El Prat no es posible, tenemos más aeropuertos y deberíamos explorar la posibilidad del modelo que hay en Londres, con varios aeropuertos. Hay que explorar si en aeropuertos que ya tenemos se puede incrementar el volumen y realizar algún tipo de tren lanzadera como el Gatwick Express, por ejemplo, que en media hora estás en Victoria Station. Pues lo mismo, en media hora en el centro de Barcelona. Cuando algo no se puede hacer es necesario buscar alternativas. Esquerra no puede ser siempre los del no a todo. Queremos ampliar el aeropuerto porque no queremos pasar por Madrid cada vez. Necesitamos un aeropuerto potente, si no se puede ampliar El Prat ningún problema, ampliamos otro. ¿Se ha explorado? que yo sepa no!
¿Qué hay que hacer para garantizar el acceso a la vivienda después de la gran manifestación del 23N?
Soy de izquierdas y creo que el Estado debe intervenir. Porque hay unos precios del alquiler que las familias, los jóvenes o la gente con unos ingresos precarios, no pueden pagar. Y, por tanto, la vivienda es un derecho y el Estado debe intervenir para que las personas puedan vivir de forma digna. Se deben tomar medidas. Algunas ya se han tomado, pero seguramente son insuficientes. No puede ser que tengamos viviendas vacías.
Si el sábado no hay un ganador, ¿en caso de pasar a segunda vuelta haría un acuerdo con alguna candidatura rival?
No sé. Sinceramente, no sé.
¿Pero se sentiría más cómoda con Oriol Junqueras o con Xavier Godàs?
No tenemos ninguna preferencia y, en todo caso, llegaríamos a acuerdos en base a nuestros objetivos y programa. Hablar, evidentemente, hablaríamos e intentaríamos llegar a algún consenso y sumar. Porque, al final, somos del mismo partido político. No sé si llegaríamos a buen puerto o no, pero en todo caso hablaríamos e intentaríamos negociar en base a los puntos que tenemos en el programa.
Usted es la única candidata a la presidencia y, de hecho, si gana sería la primera presidenta de Esquerra Republicana. ¿Qué significación tiene para usted?
Di el paso con cierto miedo, lo reconozco. Por lo que representa para mí y para mis compañeras. Al ser la primera mujer en dar este paso estoy rompiendo un techo de cristal, y me he impuesto una presión yo misma de intentar hacerlo lo mejor posible. Porque entendía que estaba representando a un colectivo, en este caso a las mujeres de Esquerra Republicana. Y para mí no ha sido fácil, porque soy muy autoexigente y perfeccionista... Cuando tengamos a la segunda mujer presidenciable del partido ya será otra cosa, pero ahora soy la primera candidata y tengo la presión que me he autoimpuesto.
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