Sumar aguanta el augurio de las encuestas y sería clave en un gobierno de izquierdas
Yolanda Díaz resiste a las encuestas que vaticinaban un descalabro y se mantiene por encima de la frontera moral de los 30 escaños.
Publicidad
madrid, Actualizado:
Las victorias vienen definidas por las expectativas. El vencedor y el vencido los define el contexto, y la izquierda transformadora sabe algo de esto. Lo supo en 2019, cuando los 35 escaños del 10N valieron más que los 42 del 28A, porque permitieron un Gobierno de coalición con el PSOE.
Publicidad
Los 31 escaños que Sumar ha sacado en las elecciones generales celebradas este domingo también están sujetos a este juego de lecturas en el que el contexto y la óptica, las "gafas", definen en cierta medida la realidad. Son cuatro escaños menos de los que obtuvo Unidas Podemos en 2019, siete menos si añadimos los de Más País y Compromís, partidos que se coaligaron con Yolanda Díaz en el acuerdo político más grande de la izquierda española en la historia reciente.
En total, Sumar ha perdido alrededor de medio millón de votos si se juntan los que estas formaciones tenían hace cuatro años. Además, el bloque de las izquierdas (PSOE y Sumar) reduce dos escaños por el resultado de los de Díaz (que dejan por el camino cuatro escaños respecto a UP), ya que los socialistas han crecido respecto a 2019.
Pese a ello, la sensación en la sede de Sumar este domingo por la noche era de euforia, la suficiente para descorchar champán y para ver a Yolanda Díaz subida en una tarima en plena calle (en la que se ubica su sede) dirigiéndose a unas 200 personas que la aclamaban como "presidenta"; las expectativas y los relatos también definen las victorias.
Publicidad
Hace solo una semana, la derecha y la ultraderecha iban a ser depositarias de una mayoría absoluta frente a una izquierda impotente que había perdido el país. Hace una semana, Díaz figuraba en encuestas que apuntaban a un descalabro de la izquierda transformadora y que hablaban de que la ministra de Trabajo se quedaría lejos de superar el umbral psicológico de los 30 escaños, creado a raíz del resultado de formaciones como Podemos e IU en las elecciones del 28M.
Con 31 escaños, Sumar ha superado esa barrera impuesta en los relatos de otros y, pese a la pérdida en votos y escaños, ha salvado los muebles.
Publicidad
Díaz y su equipo están en condiciones de articular un gobierno progresista con el PSOE (más difícil y con peores números que los de 2019 por la caída de ERC, y con el beneplácito necesario de un Junts que, a día de hoy, no está por la labor), un ejecutivo en el que, de nuevo, la izquierda transformadora es clave.
Sumar ha perdido su particular batalla con Vox por el tercer puesto, pero se ha quedado a tan solo a unos 20.000 votos (con más del 99% escrutado) de la ultraderecha.
Publicidad
El domingo por la noche en la sede de esta coalición sólo se hablaba de una España que había frenado a la derecha y a la ultraderecha, de una España que este domingo "iba a dormir más tranquila", de una remontada y un "cambio de guion" inesperado, pero no por eso menos peleado en una campaña durísima.
A Sumar le hubiera gustado más (algunos de sus dirigentes no lo ocultaban), "pero no se puede pedir todo", decía a continuación con una sonrisa comedida. Gestión de unas expectativas que anunciaban la caída de la izquierda a un pozo sin fondo. La celebración no es, precisamente, un síntoma del fracaso, y este domingo la izquierda celebró. "Mañana a dialogar", remachó Yolanda Díaz.