Este artículo se publicó hace 7 años.
Así ve Rajoy el problema de la corrupción: "Todo lo exagerado acaba por ser irrelevante"
El presidente del Gobierno hace un balance triunfalista del año y resta importancia a la petición para que comparezca en el Congreso después de su declaración ante el tribunal de la Gürtel. "La ansiedad es siempre mala consejera", sentencia.
Madrid-
Sin ni siquiera inmutarse. Así ha recibido Mariano Rajoy a la pregunta sobre si está dispuesto a comparecer en el Congreso para explicar sus (no) respuestas del miércoles ante el tribunal de la Gürtel. "Todo lo exagerado acaba por ser irrelevante", espetó tras referirse a la cuestión como "ese asunto sobre el que usted se interesa".
Si ni siquiera citar la palabra "corrupción", el presidente del Gobierno consideró que, desde 2009, ya se ha sometido a suficientes intervenciones públicas al respecto. "Me he presentado a tres elecciones y he participado en algunos debates, he protagonizado decenas de intervenciones en el Parlamento, algunas de ellas monográficas", enumeró. "Si se produce una más, pues será una más", ninguneó la petición de PSOE y Podemos, a quienes lanzó un claro mensaje: "La ansiedad es mala consejera".
Y, aunque volvió a mostrar su disposición "total" a colaborar con la justicia ("Haré lo que se me pida", dijo), también consideró que "en España hay suficientes problemas políticos y temas que importan a los españoles, como para estar transmitiendo que no hay nada más en política que esos asuntos con los que llevamos 10 años". Hubo una repregunta. ¿Su respuesta? La habitual: "Antes ya he respondido sobradamente".
Balance triunfalista y Catalunya
El resto de su intervención -que duró más de 50 minutos- lo dedicó a hacer un balance triunfalista de su gestión en el primer semestre del año y a dejar claro al Govern catalán que el referéndum en Catalunya "no se va a celebrar". Tras anunciar que el Ejecutivo central ha recurrido ya al Tribunal Constitucional la reforma del reglamento del Parlament que facilita las leyes de desconexión, se mostró convencido de lograr recabar los apoyos de PSOE y Ciudadanos en toda medida que el Gobierno central tome para impedir las pretensiones independentistas de la Generalitat. "Sigo dispuesto al diálogo, pero mi obligación como presidente es impedir que se celebre un referéndum que va en contra de la Constitución y priva al conjunto de los españoles de su derecho a decidir sobre su país", sentenció. "Lo importante es la defensa de la soberanía nacional y en eso estaremos en acuerdo total con el PSOE", auguró, pese a que no quiso detallar si existía ya un pacto cerrado con las autodenominadas "fuerzas constitucionalistas" para marcar una hoja de ruta de respuesta a los pasos que Catalunya dé hacia la independencia. "Hemos hecho una pequeña aproximación, pero no hay un acuerdo cerrado. Lo importante es recuperar la normalidad y el sentido común", respondió.
Con Carles Puigdemont habló esta misma mañana, pero no sobre la situación política, sino únicamente para mostrarle su deseo de "volver a la normalidad cuanto antes" tras conocer el accidente del tren de cercanías que ha dejado a decenas de heridos, a quienes deseó una "pronta recuperación". Lo mismo hizo la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, con su homólogo catalán, Oriol Junqueras. ¿Previsiones de un adelanto electoral (con intenciones plebiscitarias o con doble votación para que se celebre también el referéndum) para el 8 agosto? "Convocar o no es una decisión de él [de Carles Puigdemont] y yo tengo que respetarla, pero mi labor es hacer que se cumpla la ley", incidió Rajoy.
Más benévolo se mostró con el incumplimiento de la ley por parte de Juana Rivas, la madre que se negó a entregar a sus hijos a su padre, condenado por maltrato. "Hay que ponerse en el lugar de esta madre y ser consciente de lo que le ha ocurrido. A las personas conviene atenderlas y comprenderlas y luego está todo lo demás", dijo. No podía responder de otra manera: acababa de ponerse una medalla, otra, con el pacto de Estado contra la violencia de género que esta misma mañana vería luz verde en el Congreso.
"Estamos en condiciones de hacer que España tenga una larga etapa de crecimiento económico"
Una muestra, dijo, de la "capacidad de diálogo y pacto" del PP que ha permitido dar estabilidad al país, mejorar su imagen internacional y mejorar la economía y el empleo. "Estamos en condiciones de hacer que España tenga una larga etapa de crecimiento económico, crear mucho empleo, tener un lugar prominente en Europa, modernizarse en el sector de nuevas tecnologías, tener un buen sistema energético, ser más competitivos...", enumeró. Sobre si está dispuesto a volver a presentarse a las elecciones, respuesta a la gallega: "Yo me encuentro bien, pero no me lo he planteado. Lo que me planteo es seguir trabajando en beneficio del interés general de los españoles", zanjó.
En su balance no faltó el vanagloriarse del último informe del FMI ("España es el país con más crecimiento entre los más desarrollados"), la subida del PIB "muy superior a la media de la zona euro", la mejora de las previsiones ("llegar al objetivo de 20 millones de trabajadores se puede conseguir incluso antes del año 2020") o el incremento del "dinamismo" en el sector exterior, con una "mayor competitividad de las exportaciones".
Sacar pecho con los Presupuestos
"Con Cs, PNV, CC, NC, UPN, Foro Asturias y PAR estamos demostrando que hacemos una política más útil, capaz de buscar el interés común por encima de tacticismos de vuelo corto"
Ello le sirvió para presumir, de nuevo, de haber logrado aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2017 "gracias a los grupos políticos sin los que nada de eso sería posible". "Con Cs, PNV, CC, NC, UPN, Foro Asturias y PAR estamos demostrando que hacemos una política más útil, capaz de buscar el interés común por encima de tacticismos de vuelo corto", criticó a la oposición. Y siguió lanzando pullas, especialmente, al PSOE: "Pretender encasquillarse en un bloqueo permanente no produce más que la expulsión en una etapa en la que nadie debería quedarse al margen de la recuperación de España".
También lanzó indirectas a Podemos. Primero, 'burlándose' de la moción de censura fallida: "Se demostró que no existe una mayoría alternativa a la que ahora hay en la Cámara", presumió. Después, centrando buena parte de su discurso en su "preocupación" por Venezuela. "Está en un punto crítico. En tres meses ha habido más de 100 muertos, cientos de heridos, miles de detenidos, una violenta represión y una convocatoria sin consenso que no respeta los criterios democráticos esenciales". "El Gobierno de España, igual que el resto de miembros de la UE, pide al Gobierno de Venezuela que reconsidere esta situación [...] y celebre unas elecciones democráticas y transparentes", exigió a Maduro, a quien lanzó una advertencia: "Seguiremos de cerca el desarrollo de la situación sin descartar la adopción de medidas adicionales que puedan ser efectivas".
Por último, admitió que "no existen razones para la autocomplacencia y el chovinismo", pero sí se mostró "satisfecho" de lo logrado hasta el momento "entre todos". Como futuros retos marcó no sólo el hacer frente al desafío independentista en Catalunya, sino seguir avanzando en los pactos de Educación, pensiones, reforma de la financiación autonómica o, ya en Europa, en los debates sobre la creación de "un sistema de defensa europeo, un presupuesto europeo, un ministro de Hacienda europeo o un tesoro europeo con bonos europeos". "Si uno se queda parado se acaba quedando atrás, por eso yo me he apuntado siempre a las reformas", concluyó Rajoy. Con él, el resto del Gobierno se va ya de vacaciones, aunque sin salir del país. Se van tranquilos, sin pensar ya en su comparecencia en la Audiencia Nacional, pendientes sólo de los retos que les presente Catalunya. La corrupción es ya para el presidente, simplemente, "ese asunto".
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