La situación de los refugiados en Grecia amenaza con recrudecerse aún más cuando ya parecía imposible. Los bombardeos y enfrentamientos entre las fuerzas oficialistas sirias y las turcas en Idlib han resultado en una nueva oleada de desplazados. Según medios turcos, los cientos de refugiados comienzan ya a agruparse en la frontera del país heleno, empujados por la violencia en su país de origen. El Gobierno griego ha anunciado ya que reforzará sus fronteras ante un previsible repunte del flujo migratorio utilizando el miedo a la propagación del coronavirus como justificante. Según las autoridades del país, algunos de estos refugiados provienen de Afganistán e Irán, dónde ya se ha detectado la presencia del virus. A esto se suma el clima de tensión que viven los campos de refugiados situados en el país. En los últimos días, las violentas protestas contra la construcción de nuevos campamentos para migrantes se han saldado con decenas de heridos.