Comedores escolares andaluces: cuatro empresas copan un servicio con comida recalentada y cientos de quejas
Un estudio denuncia que el 83% de los usuarios sale con hambre de los comedores, en manos de un oligopolio ganador de una licitación pública de la Junta, por la mala calidad y escasa cantidad de los alimentos que sirven.

Sevilla--Actualizado a
La externalización de los comedores escolares en Andalucía, con cerca de 211.000 usuarios, ha sido copada por cuatro grandes empresas, que han obtenido el 89% de los contratos con un valor de más de 200 millones de euros en un plazo de dos años.
La comida se suele distribuir dos veces por semana, envasada en recipientes de plástico para luego ser recalentada en los hornos que hay en los colegios, un sistema de catering de línea fría que, según una encuesta realizada entre cerca de 4.000 familias, deja con hambre al 83% del alumnado usuario del servicio externalizado.
La encuesta forma parte del estudio que ha hecho la organización Justicia Alimentaria sobre la situación de los comedores escolares de los centros públicos de Educación Infantil y Primaria de Andalucía, de los cuales el 18% los explota directamente la Junta y el 82%, empresas contratadas a través de licitación pública.
Según datos de la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, la Junta gestiona actualmente el servicio que se presta en 1.446 comedores donde se sirven a lo largo de todo el curso más de 20 millones de menús.
El estudio, que será presentado el próximo mes de abril, refleja que el modelo de externalización de los comedores escolares llevado a cabo por la Junta de Andalucía ha propiciado la acumulación de este servicio en unas pocas empresas, desde las que se distribuye la comida a toda la comunidad, con una extensión cercana a la de Portugal.
Desde 2019, (primer año del PP en el gobierno de la Junta) hasta 2025, el número de empresas que prestan este servicio se ha reducido notablemente, de 21 a nueve, debido, según Justicia Alimentaria, a un sistema de licitaciones que ha propiciado que únicamente las grandes empresas hayan podido optar a lotes en los que se contrata a la vez el servicio para los comedores de más de 55 centros (el 44% de los casos) y dos de ellos para más de 70.
Esto ha derivado en que, de acuerdo con el estudio que maneja datos publicados por la Junta, cuatro empresas –Mediterránea, Hermanos González, Comertel y Aramark Servicios de Catering– hayan obtenido los contratos de 1.282 colegios, el 88,7% del total, con 107.332 personas usuarias cada día.
Las consecuencias de este modelo, según los autores del informe, son muchas, entre ellas: la pérdida de calidad de las comidas que se elaboran en enormes cocinas industriales situadas, por lo general, a una gran distancia de los colegios de destino; su envasado en recipientes de plástico en los que pueden permanecer varios días; el alto consumo energético que requiere su transporte y, además, la reducción de oportunidades para la industria local que supone contratar un servicio centralizado en unos pocos puntos de la comunidad.
El estudio incluye la encuesta que se realizó en en el curso 2022-23 entre cerca de 4.000 familias y asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPAS) de toda Andalucía, que reveló que el 83% de los niños y niñas usuarios de los comedores externalizados con empresas salían con hambre, porque no les gustaba la comida o no les ponían suficiente cantidad, un porcentaje que en el caso de los comedores de gestión directa se reducía al 48%.
"La calidad de la comida no ha mejorado desde entonces. Lo único que ha cambiado es que ha aumentado la concentración de empresas que prestan el servicio", ha dicho a Público Erin Mcnulty, coordinadora de Justicia Alimentaria en Andalucía.
A juicio de Mcnulty, la Junta está favoreciendo el oligopolio con un sistema de licitación que saca a concurso hasta 18 lotes para abastecer a los comedores de 55 centros, con una media de 100 menús diarios por colegio, ya que a esa oferta no se pueden presentar las pequeñas y medianas empresas, las que son más locales, que carecen de recursos para dar un servicio de tal envergadura.
"La consecuencia de este sistema es que los niños y las niñas comen mal, una comida con una composición nutricional que no es mala, pero que no está rica, que visualmente no es apetecible y que la rechazan y por eso salen con hambre. Y esto es nefasto para su educación alimentaria", subraya la coordinadora regional de Justicia Alimentaria.
Empresas que impiden ser controladas
La Confederación Andaluza de Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado por la Educación Pública (Codapa) también asegura que los usuarios de los comedores escolares salen con hambre, fundamentalmente, a su juicio, porque no les resulta apetecible, por las cantidades de comida que les ponen en el plato o por la forma de preparación. Y cada curso reciben cientos de quejas de familias por esas circunstancias o por el incumplimiento de otros requisitos establecidos en los pliegos para la concesión de este servicio en los centros educativos.
Rocío Bejínez, responsable de la Comisión de Comedores de Codapa, ha asegurado a Público que son las grandes empresas que copan este servicio público en Andalucía las que mayor malestar causan a las familias, las que son más opacas y reacias a facilitarles información y acceso a lo que comen sus hijos.
Algunas de ellas han dificultado, incluso, que se pongan en marcha o que funcionen sin trabas las comisiones de los consejos escolares para controlar los comedores, cuya creación se exige en los pliegos de licitación del servicio para acabar con el oscurantismo que antes impedía por completo saber qué se estaba ofreciendo en ese servicio de los centros educativos, precisa Bejínez.
El rechazo de algunas empresas a ese control ha motivado, según la Codapa, que la Junta de Andalucía haya tenido que enviar a los centros una circular recordando la importancia de crear las comisiones escolares, con la participación de las familias de los usuarios, para supervisar el funcionamiento de los comedores y emitir, si fuera necesario, un informe con las irregularidades detectadas a fin de que intervenga la inspección administrativa o se abra un expediente sancionador.
"El principal problema es que no hay una fiscalización por parte de la Administración, Estas empresas campan a sus anchas y solo van a obtener un rédito económico. Hemos visto casos de empresas que dejan la comida en cámaras frigoríficas de los centros durante el fin de semana para servirlas el lunes. Y eso incumple totalmente los pliegos. En ese tiempo se puede ir la luz, no puedes asegurar que se mantenga la línea de frío", advierte Rocío Bejínez.
Preguntada al respecto, la Consejería de Desarrollo Educativo ha manifestado a este periódico que "en un sistema de tal envergadura no es de extrañar" que haya quejas o incidencias, pero asegura que todas ellas las trata de forma inmediata la Agencia Pública de Educación con las empresas adjudicatarias del servicio con el fin de resolverlas.
Según sus datos, esa agencia de la Junta audita el 20% de los comedores escolares cada curso –una media de 300 visitas–, a lo que se suman las evaluaciones de los técnicos del Plan Evacole que se encarga de la supervisión de este servicio, que hicieron 610 el curso pasado.
112 expedientes de penalización en un curso
El resultado de esa labor inspectora fue la incoación de 284 expedientes informativos, que dieron lugar a 112 expedientes de penalización, de los cuales solamente uno fue por problemas con la calidad de la comida. En lo que va de este curso, se han abierto 21 expedientes con una sola penalización hasta el momento.
Las causas más frecuentes de las penalizaciones, según la consejería, son el incumplimiento de la ratio de monitores por falta de sustituciones o por ausencias laborales, el incumplimiento de la cantidad de ingredientes ecológicos en los menús, el suministro de comidas distintas a las que figuran en el contrato con la empresa, falta de monitores de mejora o de barreras acústicas para reducir el ruido en los comedores.
La Junta asegura que los menús que se sirven en los comedores escolares andaluces ofrecen una "alimentación saludable, completa y equilibrada", que se caracteriza por la presencia diaria de verdura, fruta fresca, aceite de oliva virgen extra y una mayor proporción de pescado que de carne, tal como marcan los preceptos de la dieta mediterránea.
Sin embargo, según la encuesta hecha entre las familias del alumnado incluida en el estudio de Justicia Alimentaria, los grupos de alimentos peor valorados por los usuarios de los comedores escolares son las verduras y hortalizas (61%) y los pescados (31%).
La composición nutricional y la variedad de alimentos de los menús ha mejorado, admite Erin Mcnulty, porque antes había más procesados, más fritos y menos legumbres y verduras. Pero, al mismo tiempo, añade, la calidad de la materia prima utilizada y el largo tránsito en línea de frío desde que se cocina hasta que se sirve la comida, una vez recalentada, han empeorado su sabor y su aspecto.
Tras la cata de un menú escolar en la que participaron dos madres de alumnos de un centro público de Granada, se hace el siguiente resumen de la experiencia en un informe de la federación de AMPA de esa provincia: "Guiso de patatas con merluza y mejillones. Según ficha técnica ponía 240 gramos. El plato no tenía esa cantidad. La patata por su textura puedo asegurar que tiene proceso de congelación, aunque nos aseguran que no. Mi plato tenía un solo trozo de mejillón el resto era patata. El plato de mi compañera no tenía ni merluza ni mejillón. Sosa, sin sabor".
Impulsar las cocinas en los centros
La solución sería, a juicio de Justicia Alimentaria y de Codapa, que se apostara por las cocinas in situ, que la comida se elaborara en cocinas ubicadas en los mismos centros escolares y a cargo de personal de la Junta de Andalucía. "Hace falta un cambio absoluto de modelo", subraya Rocío Bejínez, que recuerda que fue un gobierno socialista en la Junta el que inició la privatización y externalización del servicio de comedor que han profundizado posteriormente los ejecutivos presididos por Juan Manuel Moreno Bonilla, del PP.
Desde 2021, hay 75 comedores más con cocinas in situ en los centros educativos andaluces, según la Consejería de Desarrollo Demográfico, que asegura que su intención es continuar incrementando su cantidad en los próximos años. Entre los in situ y los de gestión directa de la Junta, en esta comunidad hay este curso 508 comedores en los que se elabora la comida en el mismo colegio, asegura la administración autonómica.
Un caso sintomático es el del colegio de Infantil y Primaria Gómez Moreno de la ciudad de Granada, que, tras más de 20 años gestionado por la AMPA del centro, fue adjudicado a una empresa que presentó una oferta más barata en el último concurso de licitación, según Codapa.
Hace siete años, madres y padres ya tuvieron que llevar a cabo movilizaciones, con una campaña denominada "no me toques la olla", para conservar la gestión del comedor que habían adjudicado a otra empresa.
Los premios y alabanzas que habían recibido por su trabajo, por los productos ecológicos que utilizaban en la elaboración de los menús, por su manera de gestionar el servicio, fueron inútiles frente a las ofertas más económicas presentadas al concurso.
Desarrollo Educativo alega, sin embargo, que en las licitaciones de los comedores escolares se tienen en cuenta tanto los criterios de calidad como los del precio y asegura que en la última, la que se llevó a cabo en 2024, se redujo el peso de los criterios económicos con el objetivo de desanimar las bajos costes en favor de otros criterios relacionados con la prestación del servicio.
La oferta económica, precisa, se valora hasta con 25 puntos sobre 100, el incremento de la ratio de monitores también con hasta 25 puntos, el compromiso de incorporación de ingredientes ecológicos con hasta 15 puntos y otras mejoras sobre información, participación y gestión de residuos, entre otras, con hasta 35.
La formación parlamentaria de Adelante Andalucía ha elaborado un proyecto de ley sobre los comedores escolares para acabar con la privatización y externalización del servicio y fomentar la instalación de cocinas en los centros educativos.
En la presentación de la iniciativa legislativa, su portavoz, José Ignacio García, detalló que habían recabado denuncias y quejas de madres y padres del alumnado de más de 200 centros escolares por los menús de baja calidad que les sirven en sus comedores.
La Junta alega el aumento del SMI para subir el precio un 11%
El servicio de comedor escolar tiene un precio de 5,54 euros por día, un 11,2% más que el curso pasado, subida que la Junta ha justificado por el incremento del coste de los alimentos y su distribución, así como por los gastos de personal debido a los sucesivos aumentos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) aprobados por el Gobierno central, según se señala en el acuerdo del Consejo de Gobierno andaluz del 30 de julio del año pasado.
"En los últimos tres años ha subido el precio del comedor. Y aunque entendemos que es lógico porque han subido los precios de los alimentos, esa subida no se ha notado nada en la calidad de la comida que sirven", se lamenta la responsable de la Comisión de Comedores de Codapa.
Este curso, el 45% de las familias de alumnos usuarios del comedor escolar no tiene que pagar nada, al disfrutar de una bonificación total por sus ingresos económicos, mientras que otras disponen de una bonificación parcial en un servicio al que la Junta destina más de 87 millones de euros al año, según los datos facilitados por Desarrollo Educativo.
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